No culpes a la noche: Animadora expía culpas al estilo soviético

por La Nueva Mirada

Por Manuela Gumucio.

Tras la buena causa de convencer a los chilenos sobre la tolerancia cero en el momento de conducir, TVN aportó una mala lección.

Resultó chocante  apreciar el sometimiento a la animadora, durante todo  un programa, para recordarnos lo grave de su proceder.

Katherine Salosny ha pedido perdón en todos los tonos y lugares. ¿Era necesario someterla a esa humillación? Fantástico hacer todo un programa sobre el tema. Por qué hacerlo con ella, como animadora en el difícil momento que vive?

Katherine Salosny si quiere seguir siendo un rostro público tiene que expiar su culpa hasta la saciedad y no cuesta adivinar que la condición para volver fue impuesta por el canal.

Ese tipo de práctica recuerda a la Unión Soviética, a tantos y tantos llevados a la TV para aborrecer de sus propios actos o ideas.

Nadie obligó a la animadora a esto. Sin embargo no deja de percibirse alguna forma de apremio al someterla, durante tanto tiempo, a una situación que se puede calificar, a lo menos, de dolorosa.

Entonces la pregunta es ¿cuántas veces en función de este status y de sus altos sueldos, los animadores de TV tienen que someterse a situaciones que violentan su libertad?

Katherine Salosny si quiere seguir siendo un rostro público tiene que expiar su culpa hasta la saciedad y no cuesta adivinar que la condición para volver fue impuesta por el canal.   Entonces la pregunta es ¿cuántas veces en función de este status y de sus altos sueldos, los animadores de TV tienen que someterse a situaciones que violentan su libertad?

Aunque parezca exagerado, el espectáculo expiatorio de Katherine Salosny me hizo pensar en el escritor cubano, Heberto Padilla, obligado a retractarse de sus críticas al régimen de Fidel Castro, y en otros casos, en Chile, en circunstancias de mayor gravedad y dramatismo, en la época de la dictadura.

Aunque parezca exagerado, el espectáculo expiatorio de Katherine Salosny me hizo pensar en el escritor cubano, Heberto Padilla, obligado a retractarse de sus críticas al régimen de Fidel Castro, y en otros casos, en Chile, en circunstancias de mayor gravedad y dramatismo, en la época de la dictadura.

En resumen, TVN dio simultáneamente una buena y mala lección. Fue un espectáculo de atractivo dudoso ver a  Katherine Salosny sometida a que le recordaran, durante una hora, el desenlace fatal que pudo tener su falta.

Esa pedagogía dejémosla para los países autoritarios, donde suponen que la letra, con escarnio entra. 

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