Ocaso y metamorfosis de una industria inviable

por La Nueva Mirada

Por Luis Breull

Aunque falta conocer el monto de las pérdidas anuales de Chilevisión en el balance final 2019 de la inversión publicitaria en la TV abierta, las cifras entregadas por los restantes canales a la Superintendencia de Valores y Seguros –lo que se conoce como fecu o ficha estadística codificada única de las sociedades anónimas- totalizan pérdidas por más de 30 mil millones de pesos.

totalizan pérdidas por más de 30 mil millones de pesos.

¿Sorpresa? Ninguna, salvo que en el ejercicio contable que rigurosamente se informa cada trimestre al regulador estatal ya no existe ninguna estación que se libre de la debacle publicitaria que se vive en el país post estallido social. Un fenómeno que se agravó en general en todos los medios de comunicación -prensa escrita, radios, TV paga y TV abierta, cine y vía pública- con la pandemia del coronavirus y que pone en jaque la subsistencia del sistema televisivo privado y público.

Un fenómeno que se agravó en general en todos los medios de comunicación -prensa escrita, radios, TV paga y TV abierta, cine y vía pública- con la pandemia del coronavirus y que pone en jaque la subsistencia del sistema televisivo privado y público.

El comienzo del fin

Desde hace seis años –2014 para ser precisos- que se viene cristalizando este estado actual de catástrofe en las señales de TV generalista, momento en que el liderazgo lo obtiene Mega, de la mano de Carlos Heller Solari, su nuevo dueño (pasando a integrar el rubro de medios de comunicación a las empresas del grupo Bethia, con presencia en el retail, el sistema financiero, las Isapres, los caballos, las lecheras, la producción de vino y el transporte de carga, entre otros).

Tiene que ver esta debacle general con la forma como ese canal se refunda

Tiene que ver esta debacle general con la forma como ese canal se refunda, desvistiendo equipos estratégicos completos, como el área de programación, planificación y contenidos editoriales de Canal 13, más el área dramática de TVN. Ergo, se robustece al tiempo que da estocadas mortales a esas dos estaciones, que a la vez venían de liderar en años anteriores (2010 la señal pública y 2012-2013 la señal de Luksic). Pero también se relaciona con otras estrategias de desarrollo comercial de Mega, referidas especialmente a bajar casi a un tercio el precio de la publicidad televisiva en el mercado, y a la forma de franjear contenidos exitosos y baratos como las teleseries turcas, junto con las telenovelas nacionales, cerrando todas las opciones a ventanas de visionado en el prime time a los restantes canales.

los desastrosos procesos de recambio de directores ejecutivos en TVN y Canal 13

Pero como no toda la responsabilidad le compete al canal líder, los desastrosos procesos de recambio de directores ejecutivos en TVN y Canal 13 –que totalizan 14 entre ambas entidades en este mismo lapso-, ayudaron a configurar el cuadro. Sumado también a un constante proceso deficitario en La Red y Chilevisión, ambos proyectos televisivos en manos extranjeras (el empresario mexicano Ángel González, y el Grupo Turner como parte de Time Warner, respectivamente).

un constante proceso deficitario en La Red y Chilevisión, ambos proyectos televisivos en manos extranjeras (el empresario mexicano Ángel González, y el Grupo Turner como parte de Time Warner, respectivamente).

Revisando cifras generales

El año 2019 consolidó un fuerte cambio en la tendencia de distribución de avisaje de medios, ya que las plataformas digitales por primera vez se ubicaron en el top del share de inversión con un 33% de cuota de mercado frente a un 28% de la TV abierta. Si esto se analiza en perspectiva de lo que ha pasado en el inicio del 2020, antes incluso de la pandemia, en enero y febrero ya subía a sobre el 40%, quedando la TV en menos de 25%. Algo absolutamente distinto de lo que sucedía el 2014, cuando las pantallas televisivas se llevaban un 37% de la torta publicitaria y los medios online solo un 12% (reporte de la Asociación de Agencias de Medios, AAM).

las plataformas digitales por primera vez se ubicaron en el top del share de inversión con un 33% de cuota de mercado frente a un 28% de la TV abierta.

2020, antes incluso de la pandemia, en enero y febrero ya subía a sobre el 40%, quedando la TV en menos de 25%.

En cifras nominales la TV abierta retrocedió del 2018 al 2019 de $227.500 millones a $199.200 millones. Para otras industrias el escenario también se volvió crítico porque la prensa escrita pasó de $101.100 millones a solo $71.180 millones, en tanto que la TV paga de $66 mil millones bajó a $47.300 millones. En el caso de las revistas la baja fue de $11.900 millones a solo $5.600 millones.

la prensa escrita pasó de $101.100 millones a solo $71.180 millones, en tanto que la TV paga de $66 mil millones bajó a $47.300 millones. En el caso de las revistas la baja fue de $11.900 millones a solo $5.600 millones.

Las restantes industrias tuvieron un comportamiento menos crítico, como la radio, que mitigó su baja de $63.500 millones a $61.500 millones. Vía pública vivió un proceso similar cayendo solo de $89.800 millones a $88.700 millones, mientras que el cine subió de $2.290 millones a $2.350 millones.

Las industrias digitales –impulsadas fuertemente por la irrupción de nuevos servicios de streaming, como Netflix y sus nuevos competidores- marcaron un vuelco histórico con un 2019 que elevó sus ventas a $229.300 millones, respecto los $199.500 millones vendidos el 2018.

El caso a caso de la debacle de los canales abiertos

Sea por el estallido social el 2019 y ahora por la pandemia del coronavirus, las platas de los avisadores se han restringido fuertemente en todos los medios. La situación no solo sucede en Chile, sino, por ejemplo, en España, luego de la crisis sanitaria tuvo una baja del 80% de la inversión publicitaria radial y casi un 50% en la TV abierta. Algo insostenible sin la discusión de políticas públicas asistenciales en períodos de catástrofe.

Si actualizamos las pérdidas o utilidades de los principales canales de TV chilenos en los últimos seis años, el panorama da para explicarse un escenario de déficit estructural que no tiene salidas.

  • TVN totaliza pérdidas el 2019 por 12.182 millones de pesos –mayores que el 2018- mientras que acumula un déficit nominal entre el 2014-2019 por 78.352 millones de pesos.
  • Mega, el único medio con cifras azules consiguió unos escuálidos 183 millones de pesos de utilidades el 2019, frente a un acumulado en los últimos seis años que asciende a 33.517 millones de pesos nominales.
  • Canal 13 venía de exhibir utilidades el 2018 por 1.100 millones de pesos –fruto de un engañoso ejercicio contable que incorporó a su balance operacional los ingresos por 5.600 millones de pesos obtenidos extraordinariamente por la venta de implementos técnicos y equipos a la empresa española Secuoya-, el 2019 informó pérdidas por 6.500 millones de pesos. Y en el mismo lapso 2014-2019 nominalmente acumula un déficit de 58.377 millones de pesos. El segundo más crítico de la industria.
  • La Red es un canal de TV que, para el tamaño de gestión operacional –posee una octava parte de trabajadores si se compara con TVN o Canal 13, rondando los cien-, es altamente deficitario. El 2019 totalizó pérdidas por 5.529 millones de pesos. En tanto que en los últimos seis años sus pérdidas nominales ascienden a 27.554 millones de pesos.
  • TV+ o el ex UCVTV informó pérdidas por 182 millones de pesos, mientras que en el transcurso de la gestión de sus nuevos dueños (2018 – 2019) su balance llega a pérdidas por solo 4 millones de pesos.
  • Chilevisión hasta el momento no ha cumplido con el envío de la fecu a la Superintendencia de Valores y Seguros, cuyo plazo vence a fin de mes. No obstante, ya en el período enero-septiembre 2019 sus pérdidas acumuladas llegaban a 6.123 millones de pesos. Y el acumulado de su déficit provisorio 2014-2019 totaliza 41.885 millones de pesos. Esto sin excluir el actual conflicto que mantiene Turner con la ANFP y la productora española Mediapro por el pago de derechos de transmisión de los partidos de la selección chilena. Debido a la suspensión de las eliminatorias, Mediapro frenó el envío de los fondos comprometidos a Turner para poder cumplir el contrato con la dirigencia del fútbol nacional (que asciende a 120 millones de dólares). El conglomerado dueño de CHV debe cancelar 30 mil UF mensuales por este convenio, pero el último mes abonó solo el 20%, debido a que Mediapro debía cancelar el 80% restante.

TV 2020 o mejor no hablar de ciertas cosas

La lenta metamorfosis de la industria televisiva -en curso desde hace una década y acelerada en los últimos dos años- ha tenido como principal foco la baja de la dotación de las plantas funcionarias y en los costos de la producción de programas o la compra de envasados.

Hace tres años TVN o Canal 13 tenían dotaciones de personal que ascendían a mil quinientas personas aproximadamente y hoy apenas superan un tercio de esa cifra.

Hace tres años TVN o Canal 13 tenían dotaciones de personal que ascendían a mil quinientas personas aproximadamente y hoy apenas superan un tercio de esa cifra. Las producciones de ficción internacional fueron colonizadas por el mercado turco desde el 2014 en adelante, provocando también una caída considerable en los costos de producción de las telenovelas. Por ejemplo, si hacer una teleserie nacional para horario prime llegaba a costar entonces 40 a 45 millones de esos por capítulo, una turca se conseguía por dos millones por capítulo, incluido el doblaje hecho en Chile.

si hacer una teleserie nacional para horario prime llegaba a costar entonces 40 a 45 millones de esos por capítulo, una turca se conseguía por dos millones por capítulo, incluido el doblaje hecho en Chile.

Esto configuró un nuevo mercado y nuevos precios. Lo que llevó a externalizar la producción de teleseries también, dejando a Mega como el único canal nacional que conserva un área dramática, aunque sus elevados costos estén absolutamente fuera de la industria. Un fenómeno que ha llevado a plantearse en su directorio la externalización completa del área, no consiguiéndose aún la unanimidad para hacerlo por creer que se trata de un producto de talento estratégico. No obstante, la estación líder igual llevó a cabo en enero de este año una fuerte reestructuración de costos y despidos de cerca de 80 personas, incluidos media decena de rostros, para obtener un ahorro de cerca de mil millones de pesos en su presupuesto anual.

No obstante, la estación líder igual llevó a cabo en enero de este año una fuerte reestructuración de costos y despidos de cerca de 80 personas, incluidos media decena de rostros, para obtener un ahorro de cerca de mil millones de pesos en su presupuesto anual.

La pandemia y el estallido social han sido dos episodios muy críticos para frenar de golpe la inversión publicitaria de una industria que ya venía en retroceso. Y pese al impulso dado por el incremento en sus índices de audiencia cercanos al 20% fruto de la cuarentena y encierro, esto no ha tenido el correlato de atraer a los avisadores a invertir en esta pantalla. Sea porque los medios digitales son el presente y futuro o sea porque la crisis económica frenó gastos en marketing que pueden considerarse suntuarios si de por medio se juega la sobrevivencia de las empresas.

La pandemia y el estallido social han sido dos episodios muy críticos para frenar de golpe la inversión publicitaria de una industria que ya venía en retroceso. Y pese al impulso dado por el incremento en sus índices de audiencia cercanos al 20% fruto de la cuarentena y encierro, esto no ha tenido el correlato de atraer a los avisadores a invertir en esta pantalla.

Pero pasadas estas crisis, el panorama volverá a reubicar a la TV en su cauce de decadencia y retirada normal, en donde sus audiencias preferidas seguirán siendo la tercera edad, las dueñas de casa mayores de 50 años de sectores populares y, en general, los públicos de menores recursos económicos y culturales. Un proceso que desde el 2014 hasta hoy descansa en las mismas audiencias y que acumula pérdidas por 174.500 millones de pesos nominales… La perfecta crónica de una muerte anunciada.

La perfecta crónica de una muerte anunciada.

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