El matrimonio igualitario será ley de la república. Recuerdo que hace cuando menos 20 años, movimientos de liberación homosexual luchan organizadamente por ganar libertad y derechos. Dos décadas les tomó cambiar nuestras consciencias y ganar hegemonía cultural; la nueva legalidad se hizo natural e inevitable. Constituyó una acción política democrática en su mejor expresión. Incansables, nunca aislados, siempre creando lazos y articulándose con otras expresiones que en nuestro infinito esquematismo arrumbamos como “minorías”, ayudaron a coordinar a muchas de ellas con su lucha, al mismo tiempo que nos hicieron sensibles a la indignidad a la que estaban sometidas todas ellas. Desde otras expresiones de género, a pueblos originarios, pasando por discapacitados…
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Agradezco con admiración a los movimientos homosexuales que han hecho de Chile un país mejor, y de nosotras, personas más decentes.