Asesinato en la Araucanía. Armas y drogas. El terror, el horror. “La crueldad consiste en extirpar por la sangre y hasta la sangre a dios, el azar bestial de la animalidad humana inconsciente, allí donde se le encuentre”, escribió Artaud. Al “cacharra” lo torturaron brutalmente, lo mataron, lo trozaron, le vertieron soda caustica, quemaron sus partes y lo arrojaron al río. Amén.
Empatía 0. Bondad 0. Compasión 0. Solidaridad 0. No pienso como me piensan y sienten. El otro sólo como objeto. Como un medio y no un fin. El ser vaciado de su dignidad. Sólo un pedazo de carne sin espíritu.
Según Simón Barón-Cohen, profesor de Cambridge, la empatía sería “nuestra capacidad de identificar lo que otra persona piensa o siente y responder antes sus pensamientos y sentimientos con una emoción adecuada”. La sociopatía, el narcisismo perverso, la ira extrema, el sentimiento de venganza, los fanatismos extremos, los fascismos de izquierdas y de derechas, la xenofobia y el odio contra las diferencias, la ambición extrema, el uso de algunas drogas, las psicosis paranoides, la anulan o disuelven.
“Los muertos están cada día más indóciles”, advirtió Roque Dalton.
Una puñalada en el muslo izquierdo.
Una imagen monstruosa y grotesca acecha.
Pavor. Pánico. Espanto. Aullido de bestias.
En el suelo, un meñique izquierdo del pie huye horrorizado.
Torturas sexuales aberrantes. “Ano de níquel”.
Pisotean la oreja en el suelo.
Una punta de alicate gotea.
Cuatro dientes arrancados. Dentista aficionada, no usaste anestesia.
“La boca del vacío es redonda y metálica”.
Dolor en todo el cuerpo.
Su cuerpo escupe el llanto por la encía desnuda.
Fueron a cagar en tu cuerpo y convirtieron tu alma en despojos.
Derramaron tu espíritu y hoy no queda nada disuelto en cal y la tierra.
Abandono.
Recuerda cuando eras joven.
Llora a la luna
Sólo quedan tus restos
bajo una araucaria doliente.
En tu sepulcro no duermen funerales.
Sólo “avisos de esperma” y secreción vaginal.
Aprende a volar.
Ya no hay más dolor, “ni cruces al cielo”.
Cruz de hueso, corta pescuezo.
“Goodbye Blue Sky”. Goodbye. (Algo de música)
Al ser humano, “cuando no se lo contiene, es un animal erótico, hay en él un estremecimiento inspirado, una especie de pulsación productora de bestias sin nombre, que son la forma en que los antiguos pueblos terrestres atribuían universalmente a dios”.

“Dios grita en la nada, (donde sólo crece un copihue rojo de latón oxidado): OSCURO, OSCURO, OSCURO, y PARA NADA, PARA NADIE, PARA NADIE”: Artaud aúlla en el bosque.
Una madre, su hija y un compañero, salen a comprar pan y un kilo de venganza.
Allá abajo la lengua del muerto tintinea entre los helechos. Pendiente de la oreja.
La tierra tiembla y la realidad danza.
Chorrea la baba. Espuma de hongos. Prietas humanas. Escupitajo maloliente. Pudrición.
Un dron se pasea impasible sobre bosques y poblaciones húmedos de sangre.
Mira la ciudad donde al comercio informal y a los negocios se les llama emprendimientos. Sonríe burlón. En medio de la esquizofrenia pandémica.
Los muertos no salen a esquiar ni a vacaciones de invierno. Ni van a los restaurantes, ni a los malls. Consumo “Delta Plus”.
El filósofo Francisco (Bifo) Berardi habla de Chile y del “despilfarro y la locura consumista extractivista (que ha devastado el medio ambiente), producida por el capitalismo”. Sociedad patriarcal y oprimida. Obsesión acumulativa. Competencia continua. Precariedad. Pobreza.
¿Su solución? “Transformar la sociedad en un sentido igualitario y frugalmente humanista”.
“Lo que pasa en Chile no es un acontecimiento marginal: puede revelarse un emergente global, la primera experimentación de una existencia social postapocalíptica”. Post pandemónium.
¿Contra la depresión y la agresión psicótica post pandémica, contra una empatía global que tiende a 0? Una ventana de oportunidad. Una Insurrección. Personal y poética, comunitaria, e institucional. Manos a la praxis (o a la obra).
“No era depresión. Era capitalismo”.
(Agradezco también la colaboración desinteresada de los excelentes poetas, Leopoldo María Panero, y Bernard Noel)