La presentación del libro “Mayo feminista. La rebelión contra el patriarcado”, sintonizó con la expresión más radical y diversa de un movimiento inédito contra el patriarcado y la violencia de género. Una ola de 26 tomas en sedes estudiantiles había marcado la irrupción de una llama incontrolable y sin precedentes, que incomodó a las autoridades, rompió los patrones conocidos de protestas juveniles y llegó a confrontar a sus eventuales pares y aliados masculinos.
La acumulación de inmensa rabia se traducía en una revuelta. Como lo escribe, una de las notables 15 voces del libro, la profesora Alejandra Castillo, cuando apunta “si la revuelta es feminista, el orden trastocado es el patriarcal”.
La única voz masculina del libro, doctor en Bioquímica, Jorge Díaz, se encarga de advertir que “el feminismo nunca es uno, sino que es múltiple: no existe el feminismo sino que existen los feminismos, así, con s, en plural”. Cuál más, cuál menos, habla desde una herencia de largas rebeldías acumuladas. Resaltan algunas más sistémicas, como Diamela Eltit que describe ingredientes del cataclismo que detona una “tormenta perfecta: los carabineros y el Ejército con sus saqueos a los fondos públicos, los partidos y la crisis de los políticos Soquimich, la derecha Penta, el cohecho de las pesqueras. Y, de manera estruendosa, la iglesia chilena. Todos colapsaron en tiempos si no sincrónicos, al menos similares…”.
La editora del libro, Faride Zerán, asigna al fenómeno rasgos comparables al impacto de la revuelta estudiantil, de hace medio siglo, que desató el gran movimiento histórico de mayo del 68 en París, irradiándose luego a Europa y América Latina, enfatizando que el actual apunta “a un objetivo mucho más nítido y específico: la estructura ideológica patriarcal de la sociedad chilena con las consiguientes inequidad de género y violencia contra la mujer, expresadas en el acoso sexual en las aulas de nuestras universidades, la educación sexista, el lenguaje discriminatorio y otras lacras..”
La revuelta feminista está en marcha. Con hechos y palabras ha llegado para quedarse. Ciertamente, algo más que un oportuno libro. Un movimiento porfiado, tanto como la consigna que se escucha en las calles: NO, NO, NO es NO. ¿Qué parte no entendiste?, la ene o la o?
