Se remece la derecha… Por Fernando Ávila I

por La Nueva Mirada

Si los asuntos políticos en la centroizquierda e izquierda están a lo menos confusos, en la derecha las cosas no están mejor, se ha replanteado una pugna entre los sectores más refractarios al cambio social y quienes demuestran alguna sensibilidad a una sociedad golpeada que se estremece en sus bases.

Lo más visible surge en la férrea defensa de algunos de los intereses del gran capital financiero-especulativo, expresado en la resistencia al retiro de fondos de las AFP y negativa a incrementar los impuestos a los más ricos.

Todo se agudiza por la mediocridad e incompetencia del gobierno en la conducción de los asuntos públicos y, especialmente, en el enfrentamiento de la pandemia, registrado en la desaprobación mayoritaria a su gestión tal cual lo ilustran la bajísima adhesión que muestran las diversas encuestas.

Así se refleja en un agudo enfrentamiento entre dos de los precandidatos presidenciales de Chile Vamos y el gobierno, como entre los dirigentes de la UDI y RN.

Mario Desbordes, presidenciable RN ha sido enfático “esto ya se salió de todo control posible y hay que ser más agresivo en las ayudas a la gente. Aquí el gobierno debe ser menos dogmático y más pragmático. Ir al TC es un error. Las consecuencias políticas de esto pueden ser tremendas”. Agregando que “una alternativa es la que propuso Joaquín Lavín, de utilizar los fondos del seguro de cesantía”. No se inhibe para apuntar a la responsabilidad de Sebastián Piñera:“El Presidente se termina instalando en un círculo donde todo lo encuentran perfecto, todo lo encuentran bueno y se empieza a distorsionar la realidad y eso es un problema no menor”. (La Tercera, 10-abril).

Por su lado Joaquín Lavín, postulante presidencial UDI, reitera su resistida propuesta de recurrir a los fondos de cesantía: El tercer retiro deja a tres millones afuera, que ya no tienen nada que sacar. Y las propuestas del gobierno, IFE, bono clase media, la verdad es que no llegan ni a la mitad de la gente que lo necesita” (Cambio21,12-abril).            

Desde las propias directivas de la UDI y RN se vieron obligados a contrariar a sus cartas presidenciales acusando que, con esas críticas, los aspirantes a La Moneda buscan «sacar provecho político». «Los tiempos no están para pequeñas ventajas políticas”. (Emol, 10-abril)

A esto se agrega, en tono menor, una guerra desatada entre la derecha oficial y sus “ultras” republicanos en las comunas de Las Condes y Vitacura, más refriegas menores de candidatos potenciales a diputados y/o senadores en otras regiones.

Como ha sido una constante histórica pre- electoral, lo más probable es que la sangre no llegue al río y la derecha tenga un solo candidato(a) a la presidencia y la ultra- derecha sostenga a su líder José Antonio Kast, con la pretensión de ampliar su apuesta y, la comunidad de intereses, a fin de cuentas: transversal, lo lleve a apoyar al candidato de Chile Vamos, en segunda vuelta.

Con todo, ni un solo candidato, ni un apoyo en segunda vuelta de Kast, asegura a la derecha imponerse en la presidencial. Porque, además, tienen que cargar con el pesado fardo de la “herencia” de Piñera que, a todas luces, disputa el liderazgo entre los peores gobiernos de la historia del país.

Sin embargo, aunque la derecha lo tiene más que difícil, la centro- izquierda y la izquierda les pueden facilitar la vida en la medida que no consigan un acuerdo. Mientras más caótica sea la situación de la oposición se abre una posibilidad de que la derecha se mantenga en el gobierno.

Así, en este desordenado escenario pre- electoral, reaparecen y surgen políticos populistas, demagogos y oportunistas, como el citado Lavín que ahora se declara socialdemócrata olvidando su pasado dictatorial. Y, desde una suerte de seudo -izquierda, a lo Bolsonaro, crece la demagogia desatada de Pamela Jiles, con el obvio apoyo desde las sombras de las encuestas de Cadem y la amplia cobertura de los medios proclives a la derecha.

Si la centro -izquierda e izquierda hicieran las cosas medianamente bien sería posible presumir una verdadera bancarrota para la derecha, en la próxima presidencial y parlamentaria. La convocatoria a buscar un acuerdo, iniciada por el pre – candidato del PR, Carlos Maldonado, así como los encuentros opositores para consensuar mínimos programáticos durante la última semana parecieran una señal auspiciosa, pero con un recorrido no liberado ni exento de trampas.

También te puede interesar

Deja un comentario