Suicidio de Mall. Por Sergio Canals L

por La Nueva Mirada

Viernes, 14.30 horas. Un día antes de la gran cuarentena. Salta al vacío una persona de la tercera edad desde el piso 5 en un gran mall. Otras ya han escogido estos lugares para abrazar la muerte. Consumió penosamente su vida. Tapado por una carpa azul, el cadáver ya no escucha música ni el ladrido de los perros. Las personas siguen comprando como si nada. El tumulto consumidor continúa en el país de la muerte y el mega consumo económico viral.

Vida y muerte en un mall.

Chile se suicida en un mall, y a muchas personas no les importa mientras compren y salven su vida.

Antes que político económico, es un suicidio ético moral. Una muerte espiritual. Un paroxismo individualista. Un vértigo narcisista. Un abandono definitivo del otro.

Dos días después, una policía de 25 años es asesinada (presuntamente) por dos jóvenes de 17 y 19 años en La Pintana. Un disparo a quemarropa sin compasión ¿Fuego narco poblacional? Poco o nada les importa la vida.

Mientras, el virus continúa impávido con su marcha destructora y mortal haciendo caso omiso a las vacunas. Se ríe en silencio de una lenta vacunación que reconoce tarde la necesidad de una tercera y quizás cuarta dosis “con vacunas más efectivas en cortar los contagios”. La vacuna china es poco eficiente. Ya se había advertido mucho tiempo atrás. A pesar de lo anterior, una prestigiosa universidad hará ensayos clínicos en niños. Recordemos que la mala gestión pandémica actual, será evaluada por los 100 muertos promedios diarios. A pesar de lo anterior, se sigue insistiendo de forma irresponsable en la vuelta a clases y en la importancia de la economía por sobre la vida. Los niños y adolescentes, también se enferman y mueren.

Los muertos no votan ni consumen.

Después de la última “marejada ¿anormal?” política, hoy martes amanece frío y nublado en Santiago. Sólo los niños están contentos. El domingo recién pasado vieron a los dinosaurios hablar por la tele. También vieron a zombis con el cuerpo vivo y la cabeza muerta. Algunos-de ambos géneros-, quieren ser presidente de este país.

Escuchamos hace poco sobre “estatutos de garantías” que resguarden el futuro contra un “nuevo golpe militar”. La revolución social y económica chilena en curso, “no debería extraer su poesía del pasado, sino sólo del futuro”.

Hay que dejar que los muertos sepulten a sus muertos para alcanzar un contenido propio”.

Hay que disparar contra los relojes digitales y crear “nuestro propio tiempo”.

La social democracia actual, ya no es suficiente. No debiera ser un motivo de inspiración. Necesitamos crear nuestra propia revolución

Nuestra propia “poesía del futuro” revolucionaria y transformadora pacíficamente.

Ya no será más la vieja democracia. Ni el antiguo mercado neoliberal marxista o no marxista. No más “presentismo” donde un segundo atrás equivale a un siglo. Sólo instalarse en el mundo real y ver que está lleno de gigantes.  Monstruos antediluvianos y des humanizadores que combatir.

Sréko Horvat

El filósofo Srécko Horvat, cita una conferencia del subcomandante Galeano, zapatista, el 2017 llamada: “Preludio: los relojes, el apocalipsis y la hora de lo pequeño”.

Allí presentó su visón del tiempo revolucionario, que a diferencia del tiempo capitalista que desprecia las revoluciones por “anacrónicas” y “atrasadas”, necesita del tiempo granular en movimiento creativo de un reloj de arena. Hizo ver que esta mirada permitía vivir el tiempo transcurrido, observando el pasado tratando de entenderlo, y dimensionando el futuro a la vez. Al reloj de arena -que presentó para ilustrar esta idea-, lo llamó: “No sabes nada, Jon Snow”.

Horvat plantea que esta cita de “Juego de Tronos”, hace referencias al momento en que “la salvaje Ygritte le dice a Snow- quién le ha preguntado por qué lloraba con la canción del “último gigante”, si el acababa de verlos por centenares- que no sabe nada del mundo real”.

El futuro transformador pasa por la necesidad de que los actuales líderes y quienes aspiran a serlo, se instalen en el tiempo real de una realidad del pueblo ciudadano.

Que dejen atrás la vida mortal de un mall.

Nuestro futuro acontece en nuestra “poesía (ética y moral) del futuro”.

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