Uruguay: Expectativas para segunda vuelta presidencial

por La Nueva Mirada

La incertidumbre del Frente Amplio

Los recientes comicios presidenciales y parlamentarios, así como el plebiscito de Reforma Constitucional nominado “Vivir sin miedo”, entregaron resultados contradictorios que acentúan las interrogantes respecto de una segunda vuelta que podría interrumpir la secuencia de gobiernos liderados por el Frente Amplio en Uruguay.

De los 2.310.112 votos válidos, Daniel Martínez, abanderado de la coalición oficialista, consiguió el 40, 7%; seguido por Luis Lacalle (Partido Nacional) con un 29,7%; Ernesto Talvi (Partido Colorado) llegó al 12, 8%; mientras  el general® Guido Manini del ultraderechista Cabildo Abierto sorprendió con el 11,3% de los sufragios, incorporando un actor nuevo en el escenario político, que agudiza las referidas  incertidumbres.

En el ámbito parlamentario se expresa con nitidez una alteración de las históricas tendencias, acentuando las interrogantes para las expectativas de gobernabilidad futura de quien triunfe el próximo 24 de noviembre en lo que se vaticina como una reñida contienda entre Daniel Martínez y Luis Lacalle, quién en el juego de los números aparece con una alta probabilidad de superar las pretensiones de continuidad de un amenazado Frente Amplio, que apuesta a su tradicional capacidad de remontar escenarios difíciles, aunque éste parece, a todas luces, un desafío inédito.

En el ámbito parlamentario se expresa con nitidez una alteración de las históricas tendencias, acentuando las interrogantes para las expectativas de gobernabilidad futura de quien triunfe el próximo 24 de noviembre en lo que se vaticina como una reñida contienda entre Daniel Martínez y Luis Lacalle, quién en el juego de los números aparece con una alta probabilidad de superar las pretensiones de continuidad de un amenazado Frente Amplio, que apuesta a su tradicional capacidad de remontar escenarios difíciles, aunque éste parece, a todas luces, un desafío inédito.

El nuevo parlamento, tanto en diputados como senadores, reflejará el nuevo escenario político institucional uruguayo. El Frente Amplio mantiene su mayoría relativa con 42 diputados y 13 senadores; seguido por el Partido Nacional con 30 diputados y 10 senadores; mientras el Partido Colorado suma 13 y 4 respectivamente; sumándose el emergente Cabildo Abierto con sorprendentes 11 diputados y 3 senadores.

Como bien ratifica el siempre crítico analista Esteban Valenti, cualquiera sea el triunfante en segunda vuelta presidencial el escenario político ya es otro en la república orientalEs un cambio muy significativo, porque representa para cualquier gobernante, la necesidad, el arte, la inteligencia de lograr mayorías apelando a otras fuerzas políticas, a otras sensibilidades y erradicar la soberbia de las mayorías impuestas por mecanismos estructurales y aparatos piramidales que le impusieron al país, cosas buenas y muchas, muchas cosas arbitrarias y malas. Porque mala fue la cultura de la omnipotencia, de cocinar todo dentro de la propia olla, sazonarlo, revolverlo y dárselo a tragar a todos los uruguayos”

Desplegado por el pueblo frenteamplista que” en el último tramo de la campaña se pusieron sus causas, sus historias, su sensibilidad al hombro y salieron con sus banderas. Sobre todo en Montevideo. Pero lo hicieron. Es un enorme capital político, pero sobre todo humano”.

Desde esa mirada, que contrasta con el empeño del Frente Amplio para una odisea mayor, Valenti advierte que el resultado bajo las expectativas de sus dirigentes pudo ser mayor y aquello no ocurrió debido al esfuerzo desplegado por el pueblo frenteamplista que” en el último tramo de la campaña se pusieron sus causas, sus historias, su sensibilidad al hombro y salieron con sus banderas. Sobre todo en Montevideo. Pero lo hicieron. Es un enorme capital político, pero sobre todo humano”.

En definitiva, no sólo para el Frente Amplio las cartas no están definitivamente echadas para próxima contienda electoral, más allá del juego inevitable con los números a la vista y así lo ratifica el mismo analista “La otra campaña comenzó este mismo domingo y queda un largo e intenso camino por delante. Habrá que seguirlo con mucha agudeza, porque hasta las verdades aparentemente sacrosantas de que la situación regional, los desastres de otros gobiernos vecinos, las complejas situaciones electorales y de gobiernos de derecha, iban a impulsar a una de las partes en puja en Uruguay, se demostraron equivocadas. Los uruguayos pisan fuerte su tierra, sus problemas y sus aspiraciones…………..También es cierto que el que dé todo por resuelto cometerá un grave error. Todavía no elegimos a nuestro presidente, observaremos, analizaremos, preguntaremos, escucharemos y el 24 de noviembre vamos a opinar en las urnas…… Lo más difícil de la política es aprender todos los días, en particular de los tropiezos y sobre todo reconocer que las fracturas, las polarizaciones siempre tienen dos caras, dos posibilidades y un día juegan a favor y otro totalmente en contra”

Lo más difícil de la política es aprender todos los días, en particular de los tropiezos y sobre todo reconocer que las fracturas, las polarizaciones siempre tienen dos caras, dos posibilidades y un día juegan a favor y otro totalmente en contra”

Para el esperanzado Lacalle esta segunda vuelta es también su segunda opción y apuesta a revertir el escenario que lo destrozó personalmente cuando fue avasallado electoralmente, hace 5 años, por el actual mandatario Tabaré Vázquez – hoy gravemente afectado por un cáncer – perdiendo por una diferencia mayor al 12%.

El desafío para Martínez supera con creces el esfuerzo porque se reconozca que tres gobiernos sucesivos del Frente Amplio lograron 15 años de crecimiento, reduciendo la pobreza de 40% a 8%, incrementando los salarios un 60% sobre la inflación. También son 15 años de desgaste político inevitable, como se ratifica en otras realidades de la región, sin excluir a Chile. Con todos los ingredientes de la intensa campaña para un desafío mayor, Martínez no deja de advertir lo que representa su rival favoreciendo “fundamentalmente los intereses de los más poderosos de la sociedad. Nosotros, por el contrario, apostamos a crecer y a seguir generando más derechos e igualdad, con un Estado que continuará siendo el escudo de los más débiles”.

El desafío para Martínez supera con creces el esfuerzo porque se reconozca que tres gobiernos sucesivos del Frente Amplio lograron 15 años de crecimiento, reduciendo la pobreza de 40% a 8%, incrementando los salarios un 60% sobre la inflación.

En la consideración del escenario para la segunda vuelta el director de Factum, Eduardo Bottinelli, junto con resaltar el costo que tuvo, en un primer momento, la imagen del postulante oficialista derrotado, como la ausencia de autocrítica en sus filas, indica que el triunfalismo e instalar como único objetivo sacar al Frente Amplio (FA) del gobierno es peligroso, porque no se puede dar por hecho que todos los votos de la oposición vayan a Luis Lacalle.

Asimismo reitera que dos tercios de los uruguayos viven mejor que hace 15 años y sin embargo el FA pierde la quinta parte del electorado. Agregando que “temas éticos, de competencia por cargos, de transformar la política de una militancia sacrificada a una búsqueda de posiciones personales” son algunos de los que podrían haber influido en las fugas. Acota que hay sectores socioeconómicamente bajos en los que el aumento del consumo no estuvo acompañado de mejoras estructurales.

En ese complejo escenario surge como un factor incidente la irrupción de Cabido Abierto (CA), una opción autoritaria, liderada por un ex general que apuntó a capitalizar la demanda de seguridad y mayor represión.

Con un discurso que no dudó en criticar la inmigración, con apelaciones a un destino guiado por Dios y una crítica y puesta en duda de la continuidad democrática, CA, que en su seno tiene importantes cuadros de militares retirados, varios vinculados a la época de la dictadura (1973-1985) y otros en episodios como el del asesinato del chileno Eugenio Berríos creció en adhesiones y se transformó en un actor político de peso.

Con un discurso que no dudó en criticar la inmigración, con apelaciones a un destino guiado por Dios y una crítica y puesta en duda de la continuidad democrática, CA, que en su seno tiene importantes cuadros de militares retirados, varios vinculados a la época de la dictadura (1973-1985) y otros en episodios como el del asesinato del chileno Eugenio Berríos creció en adhesiones y se transformó en un actor político de peso.

En un discurso realizado en abril dijo el líder de CA sobre los inmigrantes «No somos contrarios a que haya inmigrantes, pero aquí hay algo que es una injusticia. Le estamos dando beneficios a los inmigrantes que muchas veces no tienen los uruguayos. O porque están en negro o por alguna otra razón. Hay que darle prioridad al trabajador uruguayo. No se puede permitir que haya desocupados uruguayos para darle mano de obra a los de afuera». Algo similar a lo que se escucha en la ultraderecha chilena y su expresión más nítida con José Antonio Kast.

Como contrapunto a esa tendencia autoritaria que puede alinearse con la opción de Lacalle, resalta el resultado del plebiscito de Reforma Constitucional, nominado “Vivir sin miedo” apoyado por la oposición al gobierno del FA, donde el Sí resultó derrotada al conseguir sólo el 46,1% de los votos. Un triunfo del oficialismo frenteamplista que sumó considerable adhesión juvenil.

Como contrapunto a esa tendencia autoritaria que puede alinearse con la opción de Lacalle, resalta el resultado del plebiscito de Reforma Constitucional, nominado “Vivir sin miedo” apoyado por la oposición al gobierno del FA, donde el Sí resultó derrotada al conseguir sólo el 46,1% de los votos. Un triunfo del oficialismo frenteamplista que sumó considerable adhesión juvenil.

Un factor más a considerar en lo que será una intensa campaña de segunda vuelta presidencial donde la continuidad del Frente Amplio en el gobierno aparece bajo seria amenaza. Con todo lo ya considerado no es conveniente ninguna celebración anticipada.

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