¿Y si picáramos fino Sebastián? Por Frank Kotermann

por La Nueva Mirada

Te confieso que son tus supuestos aliados los que lo verían con mayor entusiasmo. Te tienen ganas y muchas cuentas por pasar en tiempos que abunda el desencanto por tu desgraciada gestión. Y no me refiero a desilusionados mayores y endémicos como Pablo Longueira que tiró la esponja contigo hace rato. La oposición sólo gana con tus días en La Moneda. Quizás aquello ayuda a la vista gorda.

Ahora, cuando te sobra el tiempo en La Moneda y desde tu sector claman para que te calles y no le hagas más cuesta arriba el período electoral que entra en tierra derecha, podría ser el momento para escribir unas memorias que, te garantizo, serían un best seller, aquí y en la quebrada del ají.

Tu futuro político terminó como el de tantos de una generación que hace agua transversalmente. Más aún en América Latina, donde alcanzaste a pasar la película del oasis en medio de amigos gobernantes, todos hoy en desgracia. Bastaría con mencionar los apellidos Macri, Bolsonaro, Duque…¿a qué seguir?

Tonteaste con una gira imaginaria por Europa, hasta que desde tu propia familia te mandaron a callar. Nadie te querría recibir ni hacerse cargo de tus desventuras ante un ansioso Baltasar Garzón, con tiempo suficiente y obsesión por despistados viajeros del cono sur con yayas mayores en violaciones a derechos humanos, donde te anotaste desde fines de 2019 avalando brutalidades varias que te pesarán para siempre. Tú, rey de las contradicciones, experto en perfilar cómplices pasivos, desde el estallido social, cuando descubriste al enemigo poderoso e implacable que no se detenía ante nada ni nadie, te inscribiste en aquella lista que nunca imaginaste integrar. Sorpresas nos trae la vida y no salvaste de aquello que le provocó pesadillas y alucinaciones a la paciente Cecilia.

En lo único que “salvaste” siempre fue en los negocios y en estos años desgraciados no hubo virus que te dañara en esas lides. ¿Para qué tanto? Es una pregunta estúpida en tu caso y nadie te sacó de esa obsesión desde los primeros mangazos juveniles del Banco de Talca en tu inicial carrera gloriosa hasta las últimas “movidas” con Bancard Inversiones – Inversiones Santa Cecilia, de por medio – y el ruido por el manejo del pasivo de Casinos Enjoy más reciente. Todo en el límite de la legalidad, al estilo Ricardo Claro, con fideicomisos tuertos “ a la chilena”.

Material tienes de sobra, necesitarías un buen escribano porque tu verbo es limitado, reiterativo y tedioso. Podrías farrearte la oportunidad creyendo, una vez más, que te las sabes todas. Quizás el dinero te alcance para financiar una buena pluma. En tu caso, los consejos no los damos gratis. Pero todavía tienes dónde preguntar.

Aprovecha este tiempo que te sobra. No te pases películas. Ni Biden, ni Putin están preocupados de tu ausencia por las grandes lides.

También existe el Metrópoli como un juego alternativo…pero requiere de paciencia.

No puede negar la generosidad de nuestra propuesta Sebastián.

Será hasta la próxima,
Atentamente
Frank Kotermann

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