El joven Allende. En el año de fundación del Partido Socialista

por Jaime Esponda

Eran los días en que Adolf Hitler asumía la cancillería alemana. En Italia, el fascismo se encontraba afianzado y Mussolini contaba con admiradores entre los políticos chilenos. En ello cavilaba El Chicho, a sus veinticinco años, caminando por la Avenida Pedro Montt, cuando al pasar por el edificio de propiedad del Arzobispado de Valparaíso dirigió naturalmente su mirada hacia el piso donde vivía la familia Pinochet Ugarte, pues un cuchicheo de esos días era que Augusto, ex alumno del colegio de los Sagrados Corazones, había logrado ingresar a la Escuela Militar, en su tercer intento.

A partir de marzo de 1933, mientras esperaba la aprobación de su memoria de prueba y la obtención de su título de médico, Salvador comenzó a trabajar en la formación del partido Socialista, en la provincia. Fue el senador porteño y concuñado suyo, Hugo Grove, quien le solicitó se encargase de la organización de la nueva colectividad, aconsejándole tomar contacto con el diputado del partido Demócrata, Ramón Sepúlveda Leal. Así lo hizo el Chicho, no sin antes ilustrarse sobre quién era ese parlamentario de cuarenta y seis años, que vivía en una población obrera de Viña del Mar. Zapatero y autodidacta, Sepúlveda había sido muy conocido de Luis Emilio Recabarren y alto dirigente del partido Comunista, pero lo abandonó al iniciarse el gobierno de Ibáñez. En Viña desarrolló gran parte de su actividad política, siendo fundador, en los años veinte, del periódico La Comuna.

A partir de marzo de 1933, mientras esperaba la aprobación de su memoria de prueba y la obtención de su título de médico, Salvador comenzó a trabajar en la formación del partido Socialista, en la provincia.

Desde su primer encuentro con Sepúlveda Leal, impresionó a Allende cuán versado era en marxismo y literatura griega, y le sorprendería aún más constatar que habiendo comenzado a trabajar a los nueve años luego de cursar solo tres grados de la enseñanza básica, dominaba el inglés y el francés. Mientras caminaba por calle Quillota, frente al palacio de los Rioja, junto a Sepúlveda y su hijo Adonis de catorce años, explicó al diputado que Hugo Grove le había encargado organizar el partido en la provincia. Hablaba con un temor reverencial que se disipó con la cordial acogida que prestó el diputado   a la petición de que asumiera la tarea en los sectores obreros de Viña del Mar.

A una semana de haber obtenido Salvador el título de médico cirujano se suscribía en la capital el acta de fundación del Partido Socialista de Chile, en una ceremonia a la cual, representando a Valparaíso, concurrió el senador Hugo Grove. Es evidente que el joven Allende no estuvo presente. Él mismo ha afirmado que solo “fui el fundador del Partido en Valparaíso”[1]. En el mismo mes de abril, el joven se ocupa de organizar el primer núcleo socialista, que integraron el obrero gráfico Emilio Palacios, un ferroviario de apellido Cepeda, el mueblista Prudencio Rojas, el zapatero Amaro Castro, de pasado anarquista, y el médico y diputado Humberto Casali, conocido por atender gratuitamente a personas sin recursos en su consulta de la avenida Pedro Montt.

El Chicho postulaba a todos los concursos para llenar plazas de médico en la salud pública, pero era rechazado por motivaciones no profesionales. Por ello, no vaciló en instalar una consulta particular. Como no tenía medios económicos, fue acogido por su cuñado Eduardo Grove en el estudio de calle Aldunate número 1638[2], a una cuadra de la Plaza Victoria. Todos los días, al salir de la consulta, se reunía con alguno de los núcleos socialistas que surgían en los cerros del puerto. Marmaduke Grove y su mano derecha, Oscar Schnake, sentían admiración por el crecimiento del partido en Valparaíso.

Mediando el año, supo de la necesidad de un médico ayudante de anatomía patológica en el Hospital Van Buren, especialidad rehuida por la mayoría de los profesionales. Fue contratado y durante más de un año alcanzó a practicar mil quinientas autopsias, pues no había otros médicos disponibles.

Ya entonces hacía gala de su proverbial capacidad de trabajo. Al terminar las autopsias y luego de atender su consulta, proseguía con las tareas de organización del nuevo partido Socialista. En pocos meses había constituido más de quince núcleos, de uno de los cuales era jefe. También le correspondió organizar el primer acto de masas socialista de la provincia, en junio de 1933, con la participación de una delegación santiaguina integrada por Eugenio Matte, el dirigente obrero Albino Pezoa y el joven abogado Federico Klein.

Luego se aplicó Salvador a la creación de las seccionales de la provincia, que reunirían a todos los militantes de una comuna. Él mismo fue elegido secretario de la seccional porteña. Por esos días, conoció a una graciosa liceana proveniente de Chuquicamata que había ingresado al partido tan solo con trece años de edad.

Carmen Lazo recuerda y describe su primer encuentro con Allende, “un jovencito como de 26 años, muy engominado, con unos lentes de fino marco de oro, muy buen mocito y muy elegante; por algo le decían el Pije Allende”. También a éste llamó la atención Carmen, debido a la facilidad de palabra que demostró en una reunión ampliada, y la abordó días más tarde – “venga morena, siéntese a mi lado”- a fin de recomendarle cómo mejorar su elocuencia[3].    

Para asistir al primer congreso general del partido llegó en octubre a la capital, encabezando la delegación de Valparaíso. Y de regreso al puerto, convocó a una “concentración de militantes para oír la cuenta de los delegados” que se refirió a la Declaración de Principios aprobada en el Congreso[4]. Una semana más tarde, se encontraba junto a una importante cantidad de socialistas porteños, en la primera sede que tuvo la colectividad, ubicada en el número 181 de la calle Blanco, plena zona portuaria, frente al Mercado del Puerto. El Mercurio agregaba que se citó “especialmente a los militantes de Playa Ancha, por tener asuntos de vital importancia para ese barrio”, y que se realizarían reuniones “todas las tardes, desde las 18.30 horas en adelante”[5].

Una “concentración” similar en el local de calle Blanco sería convocada para la primera semana de diciembre, a la cual asistirían los integrantes de “una delegación del Comité Central Ejecutivo, con la finalidad de efectuar “la elección de un nuevo secretario seccional[6]. Salvador Allende fue reelecto en ese cargo. 

Eran los días de nacimiento del nazismo criollo, luego de que González Von Marees diese forma al Movimiento Nacionalsocialista que destacaba por la organización de las “Tropas Nacistas de Asalto”, milicias armadas modeladas según las tropas de asalto (SA) de Alemania, que comenzaron a atacar con violencia las manifestaciones sindicales. A la par de la aparición de estas tropas en las calles, el partido Socialista reaccionó alentado por su juventud. Entrenadas por varios militares en retiro que habían acompañado a Grove, comenzaron a tomar forma las milicias socialistas, cuyo título oficial sería el de “Brigadas de Defensa”.

Allende, que tenía formación militar, se encargó de la creación de las milicias en Valparaíso, aún antes de que naciesen oficialmente, preocupándose con esmero de la confección del uniforme que él mismo llevaría puesto tantas veces, con la camisa de color “azul acero”, la gorra miliciana y el correaje.

El entusiasmo por la actividad política hizo que el joven médico desatendiese un reiterado llamado a concurso público para proveer cargos en el hospital donde seguía haciendo autopsias[7]. La noche del sábado dos de diciembre lo vemos bailando en el recién alquilado local de la seccional de Viña del Mar, con motivo de “una regia velada y baile” en que actuó “el Conjunto Francisco Ferrer”, con invitaciones “solo para militantes y simpatizantes”; el lunes 4, aparece participando en la “concentración general y conferencia de una delegación de la directiva de Santiago”, que se realiza en Valparaíso[8]; el jueves 7, en una reunión con secretarios de núcleos, en calle Blanco; y el domingo 10, en una charla sobre “el problema salitrero”, a cargo del diputado Humberto Casali[9].

Pero, en el contexto de la vigente ley de facultades extraordinarias aplicada por Alessandri, estaba ad portas el inicio de una ofensiva gubernamental contra el partido Socialista, que se materializó en diciembre con la acusación contra Marmaduke Grove, por una publicación suya en el diario La Opinión que fue considerada “atentatoria contra el orden constituido y encaminada a insubordinar al ejército”, lo que condujo a su procesamiento por la Corte de Apelaciones de Santiago[10] (…)

Allende fue informado de que Schnake había pasado a la clandestinidad y que la representación pública de la colectividad recaería en Eugenio Matte, provisto de fuero en su calidad de senador. Además, se le instruyó comunicar a toda la militancia de la provincia de Valparaíso que actuase con prudencia, para no provocar ninguna situación que pudiera hacer peligrar la libertad y seguridad personales de los afiliados al partido. El año 1934 se anunciaba tormentoso, cargado de presagios de represión.


[1] “Allende habla con Debray”, Punto Final, N° 126, Santiago, 16 de marzo de 1971, pág. 29.    

[2] Consigna, Año I, N°3, Santiago, 2 de junio de 1934.

[3] Lazo, Carmen y Cea, Eliana. La Negra Lazo, Memorias de una Pasión Política. Santiago, Editorial Planeta, 2005, p.47    

[4] El Mercurio de Valparaíso, 2 de noviembre de 1933.

[5] Ibid., 11 de noviembre de 1933.

[6] Ibid, 30 de noviembre de 1933.

[7] Ibid., 2 y 3 de diciembre de 1933.

[8]Ibid., 7 de diciembre de 1933.

[9]Ibid.

[10]Ibid., 17 de diciembre de 1933

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6 comments

Mario Kahn abril 27, 2023 - 7:24 pm

Espero que el autor pueda pronto publicar el que se avizora como un gran estudio sobre S. Allende.

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Patricia LedesmaC mayo 18, 2023 - 2:34 pm

Muy bueno el artículo de Jaime Esponda, nos ilustra el momento de su inicio como médico y sobretodo como fundador del partido Socialista en Valparaiso, muy ligado a la problemática obrera y poblacional.

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Andrés Donoso Castillo abril 28, 2023 - 10:26 am

Me parece interesante y ameno, con un sólido respaldo bibliográfico.
Puede que la dimensión afectiva esté abordada en otro capítulo de modo que explique su casi total ausencia en éste.

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EDUARDO GAETE DARROUY abril 28, 2023 - 8:28 pm

Esperamos con ansias tu imteresante trabajo especialmente los que nacimos y estudiamos en el Liceo Eduardo de La Barra y ademas socios de Everton,institución donde fue socio desde los 15 años y fue un destacado atleta ( Campeón del Lanzamiento de La Bala en 1922

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Jorge Tramon Guarda mayo 2, 2023 - 7:35 pm

Felicitaciones Jaime, espero que salga pronto el libro. Entretenido y bien documentado.

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Graciela Jiménez Aguilera mayo 3, 2023 - 1:07 pm

Me parece excelente. Como puedo obtener el libro. En Viña estuvimos recopilando historia también.

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