La historia es vertiginosa si se ejercita la memoria.
El mundo se convulsiona, no sólo por los avances tecnológicos, desplomes de economías, un feminismo creciente (a buena hora), inmigración, agitación social.
Es 18 de octubre de 2019 y en Chile comienza una epopeya, liderada por la energía fervorosa de la juventud de la época. Quiénes cansados de los abusos de un gobierno neoliberal , pero sobre todo por el abuso de poder de círculos de control que han tenido secuestrada la democracia -o al menos eso parecía- los jóvenes se alzaron ante una nueva subida del pasaje del metro, pero esta vez usando la desobediencia, que fue castigada brutalmente por las fuerzas de carabineros que no dudaron en usar toda la rabia que había sido acumulada desde sus antecesores, con una brutalidad inusual. Claro, el orden y la patria estaban en peligro, un peligro sin miedo, un peligro danzante, un peligro atiborrado de luz y futuro.
El peor de los peligros: Un cambio de Sistema.
Uno que ya empezaba a dar frutos en Estonia y en China, uno transversal, democrático y muy bien vestido, hasta futurista se aventuraría alguno a decir.
El sistema de crédito social chino es un plan de gobierno que busca premiar a los buenos ciudadanos y castigar a los que no sigan las reglas del sistema de crédito. Si quieres algo de libertad sólo debes seguir las reglas. ¡Es fácil y está en la palma de tu mano! solo debes pulsar el botón, aceptar cookies, instalar la dinámica, jugar para ser libre, como en esa serie coreana.
Pero vayámonos a los Estados Unidos, es 2013 y se firma un enorme proyecto, un proyecto de proporciones sólo comparable al de la carrera espacial, un proyecto financiado por el país que controla el mundo actual y además por el primer presidente de raza negra en la historia de ese país. Todo un hito. Hablamos del proyecto Brain, sostenido además por un grupo compuesto por varios países dentro de los cuales está EEUU, China, Israel, Turquía, Corea, Japón, España, Francia, Australia, Canadá, entre otros. Este grupo se llama MorningSide, creado por la familia Chan.
El proyecto trata de entender el cerebro, usando tecnologías disruptivas buscan leerlo, escribir sobre él y tomar control de esta última frontera, la que aún protege conceptos como la libertad o alma (que hoy suenan tan etéreos y frágiles). Parece ciencia ficción, pero no lo es, está pasando.
En 2004 comienzan las primeras pruebas con enfoques optogenéticos. Los científicos fueron capaces de, literalmente, controlar ratones de forma remota. En ese entonces todavía usaban electrodos para enviar una señal lumínica específica para despertar, entre otras cosas, hacer descargas de dopaminas y alterar respuestas asociadas al miedo. Hoy, después de 18 años la cosa es distinta, en los laboratorios de Yuste, se está instalando imágenes en el cerebro de las ratas, claro, ya no utilizan los aparatosos electrodos que ponían en esos años a los ratones en sus cabecitas. Se ha sofisticado la técnica, lo que utilizan es Óxido de Grafeno Reducido, unas moléculas bidimensionales sacadas del carbono, con características sorprendentes, es más resistente que el acero y el mejor conductor electromagnético conocido hasta hoy, esta es capaz de atravesar la capa hematoencefálica ( o la capa que protege el cerebro de toxinas y agentes externos) y ser usada como vehículo para llevar el medicamento necesario para tratar, por ejemplo, enfermedades como el alzheimer o el párkinson, algo que sería muy bienvenido por su puesto.
Pero cabe preguntarse: ¿y si este enfoque y tecnologías, que ya están siendo utilizadas, caen en las manos de personas sin escrúpulos? ¿y si pasa algo similar o peor que en la segunda guerra mundial, donde la energía nuclear fue usada como arma, la más masiva hasta ese entonces (40´s)?
Rafael Yuste, es quien encabeza el proyecto Brain y es también coordinador del grupo MorningSide. Ellos, además de avanzar exponencialmente en leer y escribir en el cerebro humano, se han querido anteponer «al tsunami que se nos viene encima» en palabras de Yuste, trabajando desde el año 17 – como le gusta decir al científico español- en un marco legal para proteger a los cerebros de inminentes invasiones. A las que -luego de una intensa lluvia de ideas- llamaron: Neuro Derechos y que serían anexados a la declaración de derechos humanos, estos son:
1. Derecho a la privacidad mental
2. Derecho identidad y autonomía personal
3. Derecho al libre albedrío y a la autodeterminación.
4. Derecho al acceso equitativo para la aumentación cognitiva
5. Derecho a la protección de sesgos de algoritmos y procesos automatizados de toma de decisiones.
Estos derechos ya son un hecho en Chile y Werner Herzog estuvo acá para documentarlo. Si, somos el primer país en el mundo en aprobar una ley que protege los Neuro Derechos en 2021. En TV Senado hay varios videos de este hecho histórico, pero quisiera destacar uno que es precisamente la presentación del proyecto de ley, donde Yuste, junto a otros miembros del senado chileno y altos comisionados de Naciones Unidas, comienza haciendo referencia a la bomba atómica, refiriéndose al momento histórico que estamos atravesando y a la urgencia con la que se deben regular estos temas.
Date el tiempo de ver este video, analizarlo, lee de nuevo los 5 neuro derechos, reléelos, memorízalos, vuelve a leerlo y seguramente encontrarás un conejo blanco que intentará guiarte en las respuestas de preguntas que nunca antes te hiciste, salvo para comentar «1984» o la serie futurista de turno, pero nunca como una realidad latente.
Quedémonos en Chile.
Recordarán cuando Piñera en su desafortunado discurso de 2019, luego del estallido social, dijo en televisión abierta «Estamos en guerra, ante un enemigo que no le teme a nada ni a nadie«. Yo también pensé en ese momento ¡ este señor es un imbécil! como la gran mayoría de los que vimos esa transmisión. Pero en retrospectiva, no hay que leer entre líneas la literalidad de su frase. Quizá este señor, sólo estaba diciendo una cruda verdad que no estaba encapsulada en nuestro hermoso pero pequeño país. Quizá no se refería a los miles de manifestantes que tocamos cacerolas, dejando en ellas la frustración de un sistema que no trata con dignidad a su gente. Quizá lo que este señor intentaba decirnos era precisamente eso «Estamos en guerra…» «…ante un enemigo que no le teme a nada ni a nadie» una frase demasiado grande -pienso yo- como para refregársela a unos estudiantes que por muy furiosos que se vean, tienen un alma de oro.
¿Y si ese enemigo implacable se trata de algo inminentemente que comienza a instalarse?
Como quien instala un antivirus en su computador, una reprogramación que ya no viene de la mano de la irrefutable moral religiosa y sus malolientes sotanas, sino más bien de un pensamiento humanista sofisticado, uno aún más irrefutable que la polvorienta moral religiosa: La Ciencia. Los avances en GNR (genética, nanotecnología y robótica) que Kurzweil los presenta en su libro «La singularidad está cerca» (2012), avances exponenciales que nos obliga a repensar el mundo, Yuste habla del nuevo renacimiento. Una historia más fresca, una que seduzca al humano y que lo eleve como alguna vez lo hizo la religión. Un nuevo enfoque, algo más razonable, desbordante de inteligencia y sed control, un concepto que vale la pena detenerse a estudiar:
El Transhumanismo
Klaus Schwab, director del WEF o foro económico mundial, probablemente la persona más influyente de esta era que recién comienza. Es el creador de un concepto que tiene a todas las corporaciones trabajando en ello: «El Gran Reinicio». Uno con una agenda que está muy bien articulada, que nos involucra a todos, donde países y diversas corporaciones trabajan en conjunto para conseguir avanzar hacia un lugar distinto al que conocíamos, hay que hacerlo, ¿verdad? No hay otro mundo, tenemos que cuidar nuestro planeta o todos moriremos. Una retórica basada en datos, por supuesto, pero también en el miedo, una retórica que manosea la capacidad supervivencia de nuestra especie. ¡Hay que hacerlo, para sobrevivir!
Existen grupos como el de MorningSide o Bilderberg del cual Schwab es miembro junto con los aparecidos super poderosos informáticos: Zuckerberg y Gates, quienes están llevando a cabo, en conjunto, como en un nado sincronizado, como una danza en la que «no necesitaremos nada para ser felices» en palabras de Schwab, una agenda que se está llevando a cabo en este preciso momento.
Empezaremos desde cero. Cabe entonces preguntarnos, ¿de qué manera llegará este cambio?¿qué evento podría modificarnos a tal nivel?
El 18 de octubre de 2019 y no sólo Chile era noticia, también, pero en menor medida, lo era un evento muy particular: en Nueva York se llevaba a cabo el «Evento 201», un simulacro de pandemia que fue desarrollado por el Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins (la misma que desarrolla el mapa de muertos y contagiados de Covid-19 en tiempo real), el Foro Económico Mundial y la Fundación de Bill y Melinda Gates. El Evento 201 indicó entonces que una eventual pandemia causaría gran cantidad de muertes y también podría desencadenar importantes consecuencias económicas y sociales. Pueden buscar el evento y ver más detalles del desarrollo y sus conclusiones. Al mes siguiente, el 12 de noviembre de 2019 se descubrió un nuevo virus en Wuhan, China. Desde este punto, recuerdo, todo se pone algo confuso, hubo desapariciones de científicos del instituto de virología de Wuhan, China no avisó a tiempo a la OMS de la amenaza que implicaba, la propagación fue inusual y un largo etc. de situaciones de carácter televisivo, de alto rating.
Alguien podría pensar, «son sólo coincidencias», «esas cosas pasan» y claro estoy de acuerdo, esas cosas pasan, pero cuando hay una agenda – y podríamos cambiar esta palabra por guerra, si se quiere- esas coincidencias comienzan a cobrar un carácter distinto.
Si viajamos nuevamente a los experimentos de Yuste en el cerebro, al reluciente metaverso de Zuckerberg, al computador cuántico de IBM y el de Google claro y a la ingeniería Kurzweil en medio, al control social digital de China, a los expendedores de ARNm, por nombrar algunos, tenemos un cocktail perfecto para embriagar al ser humano y en un abrir y cerrar de ojos (2030) la humanidad, probablemente, sea muy distinta a como la conocemos. Donde ya no habrá historias fantásticas de dioses con capacidades únicas. Serán los propios humanos los que comienzan a adquirirlas gracias a neo sacerdotes y sus templos científicos, con ceremonias televisadas por los medios de comunicación y sus redes que van evangelizando hasta encantarnos con descargas de dopamina, una distopía que podría terminar en el final de Homo Sapiens para pasar a ser Homo Deus, como bien define en su libro Yuval Noah Harari.
El renacimiento de Yuste, la GNR de Kurzweil, el metaverso de Zuckerberg, las interfaces cerebro – inteligencia artificial ya están aquí y los avances son exponenciales, entonces queda preguntarnos:¿Vamos en la misma nave hacia la trascendencia de lo humano a través de la retórica tecnológica o podremos sostener nuestra especie, evolucionando hacia una mente más amorosa y empática?
Esto no es un manifiesto anti tecnológico. Pero mientras la tecnología mantenga el carácter de herramienta y no al revés, la humanidad quizás dure algunos años más.
1 comment
Buena choro!!! Cualquier mirada!!! Quede más asustado que perro en bote.
En todo caso, quedo todo súper bien explicado, clarito, se deja leer; se nota que sabe harto de tema el socio acá. Cualquier libro. Yo me lo imagino en la Televisión, en un programa dando esos comentarios sobre esos temas, que atraen. Siga así mijo!!