Afasia. Por Jorge Ragal

por La Nueva Mirada

Ya no le puedo decir te amo con locura

a mi bella novia de juventud.

Ya no puedo saludar a los poetas

que vienen de la lejana isla de Japón.

Ya no puedo maldecir a los asesinos

de mi hermano menor.

Ya no puedo gritar con alegría

el triunfo de mi equipo favorito.

Ya no puedo contar aquellos cuentos

de súper héroes a mis nietos.

Ya no puedo entonar la hermosa canción

“Imagine” de John Lennon.

Ya no puedo recitar un poema

en el Congreso de los Poetas Malditos.

Y lo más triste es que ya no puedo leer

el discurso de despedida de mi querida madre.

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