El espejismo de las elecciones primarias

por La Nueva Mirada

Son múltiples y diversas las razones que explican la baja participación ciudadana en las recientes elecciones primarias, en donde algunos partidos o coaliciones buscaban definir sus candidatos a gobernadores regionales y alcaldes, en un número reducido de comunas.

Primero, es necesario convenir que tradicionalmente las primarias han tenido una escasa convocatoria en nuestro país. Por otra parte, es indesmentible que el gobierno no contribuyó a incentivar la participación en estas primarias legales, como era su deber. La propia campaña desplegada por los candidatos y candidatas a gobernadores regionales se vio constreñida por la emergencia sanitaria. Y los medios de comunicación no hicieron una gran contribución para su difusión.

A ello se debe sumar que existe un evidente desconocimiento cívico y un vacío legal acerca del rol y competencias que tendrán los gobernadores regionales, que debutan en las próximas elecciones.

A ello se debe sumar que existe un evidente desconocimiento cívico y un vacío legal acerca del rol y competencias que tendrán los gobernadores regionales, que debutan en las próximas elecciones.

Fue una elección muy limitada, en donde no todos los partidos decidieron someterse a este mecanismo de primarias en todas las regiones y menos en las comunas, para definir sus candidatos.

Un porcentaje significativo de mesas no pudieron funcionar, simplemente porque los vocales designados no se presentaron para constituirlas, y tampoco hubo voluntarios que los reemplazaran, impidiendo que un número indeterminado de ciudadanos pudiera ejercer su derecho a voto.

Y sin lugar a dudas está presente la crisis  de confianza de la ciudadanía hacia los partidos políticos, que explica buena parte del desinterés por participar en un evento propiamente político.

Con todo en las recientes primarias votaron más de 419.000 personas. Un porcentaje muy bajo en relación al padrón electoral, pero algo significativo, atendiendo las circunstancias y el carácter de esta elección.

Ganadores y perdedores

La llamada Unidad Constituyente, que integra a la DC, el PS, PPD, PRSD, Pro y Ciudadanos, puede celebrar el hecho de haber realizado primarias para elegir sus candidatos a gobernadores en todo el país, en tanto que el Frente Amplio las limitó a un número reducido de regiones. Mientras que el PC y los humanistas decidieron no participar. Por su parte, la derecha las redujo a un número muy reducido de comunas (en torno al 10 %) en donde se registraban disputas por los liderazgos y unas pocas regiones.

En este limitado contexto la Democracia Cristiana aparece revalidando su condición de partido mayoritario de la oposición, ganando siete de las 16 primarias regionales, con un categórico triunfo de Claudio Orrego en la región metropolitana (con un importante aporte de las comunas del barrio alto de Santiago en donde se impuso la opción por el rechazo).

El Partido Socialista se ubicó como segunda opción opositora, con elección de cinco candidatos a gobernadores regionales, a los que puede sumar el triunfo de Aldo Valle en la quinta región, que comparte con el PPD.

Por su parte, el PPD gana en dos regiones, destacando el triunfo del exsenador Tuma en la séptima región, mientras que el PRO obtiene un triunfo y gana un independiente.

Un dato relevante a tener en cuenta, en este limitado contexto para mediciones más globales, es que la suma de los votos del PS. PPD y PRSD, que integran la convergencia progresista, supera la votación alcanzada por la DC. Sin contar los votos del PRO e independientes, proyectando más de una duda en materia de candidaturas presidenciales.

Un dato relevante a tener en cuenta, en este limitado contexto para mediciones más globales, es que la suma de los votos del PS. PPD y PRSD, que integran la convergencia progresista, supera la votación alcanzada por la DC. Sin contar los votos del PRO e independientes, proyectando más de una duda en materia de candidaturas presidenciales.

En el Frente Amplio, la sorpresiva victoria en la región metropolitana de Karina Oliva, militante de Comunes, por sobre el candidato de Revolución Democrática, Sebastián Depolo, se constituyó en un serio revés para el partido aparentemente más estructurado del FA.  En una apreciación más general Comunes puede celebrar su desempeño en las primaras frenteamplistas y RD lamentar un modesto desempeño que devela su baja incidencia territorial.

En una apreciación más general Comunes puede celebrar su desempeño en las primaras frenteamplistas y RD lamentar un modesto desempeño que devela su baja incidencia territorial.

El espejismo de las primarias

Pero todos estos cálculos pueden convertirse en un mero  espejismo o juego de estadísticas si la oposición no logra unidad para enfrentar las elecciones de abril. A la derecha no le fue mal en sus propias primarias.  Si bien Renovación Nacional se impuso en cinco regiones, contra dos de la UDI, el gremialismo ganó en la mayoría de las alcaldías que se sometieron a primarias, con la clara excepción de Vitacura, en donde Pablo Zalaquett fue avasallado por la candidata de Evoplis, la ex ministra Camila Merino.

la derecha tiene condiciones para levantar una sola lista de candidatos a la convención constituyente y construir un acuerdo unitario para enfrentar las elecciones de gobernadores regionales y alcaldes que bien podría imponerse en la mayoría de las regiones y alcaldías, además de constituirse en la primera minoría en la próxima convención constituyente, con la clara posibilidad de bloquear ese proceso.

Sin embargo, a diferencias de lo que sucede en la oposición, en donde pareciera cristalizar la división al menos en dos bloques (Unida Constituyente y un bloque integrado por el Frente Amplio más el Partido
Comunista y sus aliados, sin claridad en  lo que puedan resolver los humanistas), la derecha tiene condiciones para levantar una sola lista de candidatos a la convención constituyente y construir un acuerdo unitario para enfrentar las elecciones de gobernadores regionales y alcaldes que bien podría imponerse en la mayoría de las regiones y alcaldías, además de constituirse en la primera minoría en la próxima convención constituyente, con la clara posibilidad de bloquear ese proceso.

La decisión del Frente Amplio de avanzar en una alianza con el Partido Comunista y sus aliados para enfrentar las elecciones regionales, con pactos por omisión y primarias convencionales, que podría extenderse a la elección de miembros de la convención constituyente, permite suponer que la oposición enfrentara dividida las próximas elecciones.

Sin embargo, el Frente Amplio enfrenta sus propias contradicciones y diferencias a la hora de resolver su política. Difícilmente pudiera concurrir unido a una alianza con el PC, tal como lo han advertido dirigentes del partido Liberal y algunos dirigentes de RD. Los riesgos de una nueva escisión son evidentes, A estas alturas, la única manera de preservar su unidad y cohesión es mantenerse como una opción a los bloques mayoritarios, bajo el liderazgo de Beatriz Sánchez, que aún no toma una decisión.

Sin embargo, el Frente Amplio enfrenta sus propias contradicciones y diferencias a la hora de resolver su política.

La abortada censura al presidente de la Cámara de Diputados

No es el primer intento de censura en contra del actual presidente de la Cámara de Diputados, el militante de Renovación Nacional, Diego Paulsen. Es el tercero. Y los tres han fracasado en medio de bochornos y divisiones de la oposición. Esta vez fue Pamela Jiles y su compañero de bancada Florcita Motuda, acompañado por el diputado ecologista, un ex diputado del Frete Amplio y una parlamentaria socialista, Jenny Álvarez, los que optaron por abstenerse, impidiendo que la censura prosperara

Ello terminó por colmar la paciencia de la Democracia Cristiana, que tras muchos intentos había logrado consenso para designar a Víctor Torres como el candidato a presidir la cámara en lo que resta del período legislativo. La directiva decidió desahuciar el pacto de administración suscrito al inicio de la actual legislatura para distribuirse entre la oposición la presidencia del Senado y la Cámara de Diputados durante los cuatro años de manera rotativa.

Todo apunta a que Diego Paulsen, que llegó a la presidencia por las divisiones opositoras, cumplirá lo que resta de su período y abre la incertidumbre de lo que pueda pasar el año próximo, cuando deban renovarse las mesas de ambas cámaras.

No es el único desencuentro que han protagonizado las bancadas opositoras en el parlamento. La lista es larga, inicialmente una mayoría de parlamentarios DC, en concordancia con su directiva, optó por buscar acuerdos en solitario con autoridades de gobierno en algunos proyectos emblemáticos, generando fuertes tensiones al interior de la oposición. La mayoría de las acusaciones constitucionales impulsadas principalmente por parlamentarios (as) del Frente Amplio y el Partido Comunista, fracasaron por falta de acuerdos en la oposición y el hecho que la Cámara hoy cuente con un presidente de Renovación Nacional (de su línea más dura) es la mejor demostración que no existe una sola oposición sino varias, con serias y aparentemente insalvables, diferencias en su interior.

No es el único desencuentro que han protagonizado las bancadas opositoras en el parlamento. La lista es larga

Las elecciones de abril 2021 dibujarán un nuevo mapa político

Son aquellas diferencias y la imposibilidad de procesarlas y construir acuerdos esenciales, las que fundamentan escepticismo ante la alta probabilidad que la oposición enfrente dividida el proceso constituyente y las elecciones del próximo mes de abril, que dibujarán el futuro mapa político.

Tradicionalmente las elecciones municipales, que normalmente se desarrollan a mitad del mandato presidencial, condicionan los resultados de la próxima elección de mandatario, que esta vez tendrán su momento sólo siete meses después.

Todo apunta a que la Democracia Cristiana, algo alentada por el resultado de las primarias, nominará su candidato o candidata a principios del año próximo, con la decisión de competir en primera ronda presidencial. Y algo parecido deberían hacer los partidos que integran la llamada convergencia progresista, mientras en el Frente Amplio Beatriz Sánchez aun no asume la opción de competir, en momentos que Daniel Jadue y Pamela Jiles siguen liderando las encuestas como las figuras mejor posicionadas de la oposición.

Pese a que la derecha enfrenta sus propias contradicciones entre un sector más dura e ideológica – que apuesta bloquear el proceso constituyente y defender, artículo por artículo la actual constitución para reponer plenamente el orden neoliberal – y la llamada derecha social, que parece más abierta a cambios y transformaciones, incluso en una perspectiva denominada originalmente social demócrata, como ha propuesto Lavín; el sector continúa manteniendo una primera opción para proyectarse a futuro.

No deja de sorprender que en un país que ha vivido un fuerte estallido social en contra del orden establecido, en donde la opción por una nueva constitución se ha impuesto por abrumadora mayoría, al igual que por una convención íntegramente elegida por voto popular, algunos diputados demandan la renuncia de Sebastián Piñera y adelantar las elecciones presidenciales, tenga como principales opciones, al día de hoy, a Joaquín Lavín y Pamela Jiles.

No deja de sorprender que en un país que ha vivido un fuerte estallido social en contra del orden establecido, en donde la opción por una nueva constitución se ha impuesto por abrumadora mayoría, al igual que por una convención íntegramente elegida por voto popular, algunos diputados demandan la renuncia de Sebastián Piñera y adelantar las elecciones presidenciales, tenga como principales opciones, al día de hoy, a Joaquín Lavín y Pamela Jiles.

Si un escenario similar llegara a materializarse, la responsabilidad política principal será de los partidos de oposición, que ciertamente no han estado a la altura de las exigencias y los desafíos mayores que surgen desde la propia ciudadanía, acentuados desde octubre de 2019. Y el país seguiría pagando las consecuencias de esas incapacidades que ya se hicieron manifiestas en la pasada contienda presidencial.

Si un escenario similar llegara a materializarse, la responsabilidad política principal será de los partidos de oposición, que ciertamente no han estado a la altura de las exigencias y los desafíos mayores que surgen desde la propia ciudadanía, acentuados desde octubre de 2019. Y el país seguiría pagando las consecuencias de esas incapacidades que ya se hicieron manifiestas en la pasada contienda presidencial.

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