En septiembre de 2018 se iniciaba la firma al primer tratado medioambiental de América Latina y el Caribe, el Acuerdo de Escazú. Se esperaba la presencia de Chile, pero esa firma no se concretó y el Acuerdo entró en vigor en 2021 sin nuestro país. El Gobierno del ex Presidente Piñera prefirió la inacción, abandonando el liderazgo que Chile había ejercido junto a Costa Rica en el inicio y negociación de un proceso que llevó a un acuerdo multilateral ambicioso sobre acceso a la información, participación y justicia en asuntos ambientales, con un fuerte componente de defensa de derechos de las y los defensores ambientales, el primero en el mundo en hacerlo.
Este viernes 19 de marzo de 2022 con un acto en la Moneda, el Presidente de Chile Gabriel Boric, acompañado de la Ministra canciller Antonia Urrejola y la Ministra de Medio Ambiente Maisa Rojas corrige ese camino y firma la decisión de integrar el Tratado en presencia de líderes sociales, jóvenes, pueblos ancestrales, entre otros, demostrando el apoyo que la protección del medio ambiente y este Tratado tienen en la ciudadanía.
A partir de su adopción el 4 de marzo de 2018, el Tratado de Escazú ha sido ratificado por 12 Estados, y está abierto a los 33 países de la región de América Latina y el Caribe. A la fecha cuenta con 24 firmas. La firma del presidente Boric señala la intención de adherir dando curso a la ratificación, que esperamos sea de trámite rápido, por el Congreso Nacional .
La firma del Presidente Boric marca así una diferencia sustantiva en Política Exterior con el anterior gobierno, afirmando nuestra vocación de cooperación, solidaridad y respeto a los espacios multilaterales de concertación y diálogo, así como la oportunidad de caminar como región hacia espacios de nuevo trato social, de respeto a los derechos humanos y de una democracia abierta e inclusiva.
Nature reveló en 2019 que entre 2002 y 2017 han sido asesinados más de 1.558 defensores del medio ambiente. Solo en 2019 fueron asesinados 212 defensores ambientales, dos tercios en América Latina. Mary Menton, investigadora de la Universidad de Sussex, señala a una fuente escrita en 2020 que esta cifra podría ser mucho mayor. Si bien Chile no presenta los escalofriantes números de Colombia, Filipinas, México o Brasil, formamos parte de una región que debe rechazar la violencia, caminar hacia la paz social y revertir en conjunto la pérdida de biodiversidad y efectos negativos del cambio climático.
En escenarios de creciente conflictividad e incertidumbre en la región y a nivel global, el Tratado de Escazú es un mensaje de esperanza y una herramienta concreta de cooperación y fortalecimiento de capacidades al establecer estándares para los derechos de acceso, un medio ambiente sano y a un desarrollo sostenible asentado en principios tan relevantes como el de no regresión, de equidad intergeneracional e igualdad y no discriminación.
Por Alejandra Figueroa, bióloga y Marta Maurás, socióloga
Integrantes del Foro Permanente de Política Exterior de Chile
Miembros del Programa de Salud Global, ISP/ U de Chile