Gatos. Por Jorge Ragal

por La Nueva Mirada

Hermosos gatos que atraviesan el cielo

con singular maestría.

Gatos negros con ojos de brillante oro

que iluminan los tristes paisajes.

Gatos de perfecto silencio

como los discípulos de Buda.

Qué agiles argumentos al momento de admirar

una mariposa en el edén.

Gatos que juegan con las sombras de los peces

a orillas de la playa.

Da la impresión que confundieran

las noches y los días.

A veces sois displicentes, pero también

de una sutil ternura como los amantes fugaces.

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