Nómades y Sedentarios. Por Mario Valdivia V

por La Nueva Mirada

¿Se puede mantener articulado un pueblo nación que se dispersa como grupos nómades por el mundo sin fronteras?

Hay casos de conversión de pueblos nómades en sedentarios. Entre que conozco ejemplos históricos y los imagino. Se necesita un hombrón (normalmente ha sido el género indicado) poderoso con un garrote y una familia extendida que lo siga, domine a las demás tribus lejanamente emparentadas que deambulan por un territorio más o menos delimitado, y declare fronteras y súbditos. Sedentarizar parece así una operación de dominio, orden y estabilización.

¿Puedo imaginar la operación contraria, la conversión de poblaciones sedentarias en nómades? Sería un proceso histórico de liberación de un soberano, de desterritorialización de unas fronteras, de inestabilidad y desorden. Una expansión de libertad. No pienso en la migración, el cambio de un soberano sedentario por otro, sino en el nomadismo. Así como la sedentarización crea un pueblo-nación mediante la articulación solidaria de tribus de familias   emparentadas, la transformación nómade supondría quizás convertir la sólida densidad de un pueblo-nación en articulaciones de agrupaciones conectadas.

¿Hay espacio para algo así? Desde que el mapa del mundo se cubrió por completo de territorios de estados naciones, no, por supuesto. Aunque en pequeña escala sí; después de todo siguen existiendo nómades gitanos y se redescubre el nomadismo entre ciertas poblaciones desarraigadas de las grandes ciudades. Sin embargo, en el nuevo espacio de las redes digitales por cierto que sí. Corporaciones y grandes patrimonios ya aprovechan ventajas del nomadismo desarraigado de territorios y soberanías, jugando con los diversos sistemas tributarios y legales nacionales. Lo hace también la población de técnicos y managers trasnacionales que maneja las corporaciones globales. Y se puede añadir la masa de jipis, aventurerillos, vividores y eternas turistas curiosas que vagabundea por el planeta.

¿Tiene sentido pensar en una política pública (disculpen el terminacho) pro-nomadismo? Se me ocurre que hay ciertas condiciones que la hacen imaginable. Una, si se trata de un país con poca población y muchos recursos naturales, obligado a dedicarse a la exportación basada en éstos. Dos, si hace lo que hacen todos los estados nacionales: territorializar a su gente al interior de las fronteras nacionales y educarla para explotar esos recursos. En estas condiciones se creará una sociedad de altas rentas y salarios relativamente bajos. Fatalmente desigual.

Habría que educar para el nomadismo, digo yo. Así como los vagabundos se bajaron del caballo, olvidaron sus habilidades ecuestres y adquirieron las competencias necesarias para la vida urbana, habría que educar para un nomadismo contemporáneo. Concentrarse en la calidad global de los recursos humanos (disculpen el insulto, peo lo necesito pare el juego de palabras), más que en la calidad de los recursos naturales. Formar nómades de excelencia para el mundo sin fronteras de las redes digitales. Exportar – dejar ir – personas altamente competentes, más que solamente buenas fruta y cobre fino. Técnicos, managers, empresas, asociaciones, grupos…

No soy experto en educación, pero se me ocurre que habría que comenzar por masificar la lingua franca de los territorios sin fronteras de hoy: el inglés y el código digital. No creo que instalar esta base sea muy complicado. Ni muy caro. Habría que hacerlo, solamente.

¿Se puede mantener articulado un pueblo nación que se dispersa como grupos nómades por el mundo sin fronteras? Es una buena pregunta, acostumbra a decir el profesor sabelotodo para aplacar al preguntón cuando no sabe la respuesta.

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