Nunca me gustó el rincón. Por Luis Alvarado

por La Nueva Mirada

Este asunto se me vino a la cabeza al escuchar a la presidenta del Senado y su augurio de palco. Por cierto, estar en el rincón es esconderse, pero estar en el palco es puro exhibicionismo, aunque puede ser palco de tercera clase en el teatro municipal de Santiago. Ignoro en qué piso estará doña Ximena.

La palabra rincón evoca tantas cosas. Me recuerdo hace algunos años que los alumnos de secundaria recurrían al rincón del vago para hacer sus tareas. Era una forma fácil de salir del paso.

Y es inevitable asociarla al rincón de un ring de boxeo. En el teatro Caupolicán se hacían veladas notables. Un recuerdo grato es que mi amigo recién egresado de Medicina, el Coco Paredes, contratado por la Federación de box, debía revisar al nockeado para constatar si estaba en sus cabales. No estoy seguro lo que diría su examen de doña Ximena.

Recuerdo también en mis años de alumno de sociología en la Chile, que hicimos un estudio en la zona de San Francisco de Mostazal, sobre la cosa agraria, y los campesinos entrevistados, todos, nos decían: el que nos tiene cagados es el del rincón. Se referían a un patrón que vivía en un rincón entre lomas. (Yo creo que fue lo más cierto de nuestro estudio.)

Es curioso, pero este tema de los rincones se me ha cruzado varias veces. Siendo Ministro de Bienes Nacionales, me correspondió inspeccionar las dependencias que se habían entregado al ejército en la Rinconada de Maipú. Era la escuela de suboficiales y al mismo tiempo había servido como lugar de detención y torturas. No tengo el interés de contar las evasivas de los comandantes que me tocó entrevistar allí. Vaya Rinconada. Ahora allí se encuentran las grandes instalaciones que procesan las aguas servidas (cacas) de los habitantes de Santiago.

Volviendo al deporte, me vino a la memoria Fredy Rincón, notable jugador colombiano del Real Madrid, que en los tiros libres ponía la pelota donde el portero no llegaba. Como decía el sapo Livingston, era el rincón de las ánimas.

Como pueden apreciar la reiterada palabra se vincula a tantas cosas. Por ejemplo, yo mismo guardo en un rincón de mis recuerdos algo no confesable.

Lo que sí tengo claro es que existe un peligro: la araña de rincón

Hoy 18 de enero no me puedo contener al ser sorprendido por el inefable personaje Piñera que, desde un rincón del Congreso Futuro, comunicó a un centenar de científicos y filósofos exponentes de lo más reconocido del racionalismo contemporáneo, que el más allá existe. Varela y Maturana nos observan desde arriba, les dijo. Para información de S.E, siempre arropado en sus grandilocuentes lugares comunes, estos notables científicos chilenos fueron agnósticos y no creían, por cierto, en el más allá.

Queda poquito para que el personaje se vaya a un rincón y desaparezca.

Para vivir en algún castillejo en Francia o en una isla virgen.

Luis Rafael de las Rocas, desde mi rincón de costumbre.

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