“Funerales”, de Sofía Troncoso: entre el dolor y la rabia

por Tomás Vio Alliende
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Premio Roberto Bolaño 2022, este libro puede dejar a los lectores con los pelos de punta.

Desde un principio, la escritora Sofía Troncoso (1997) deja en claro que lo de ella son los párrafos de narración largos, con punto seguido. Esos que el crítico Juan Manuel Vial llamaba “La parrafada infernal”, especialmente cuando se refería a los textos de Mike Wilson (“Leñador” (2013) y “Ciencias ocultas” (2019)), con segmentos interminables y poco espacio para el respiro. Es así como se estructura “Funerales”, la primera novela de Troncoso, breve, pero intensa, que pone los pelos de punta y que de principio a fin marca el soliloquio de una mujer herida por la vida que intenta negarlo todo, desde el dolor de la pérdida hasta la rabia que siente consigo misma. Una disociación del mundo que sólo la puede aterrizar, a momentos, la aparición de su hermana, aunque el personaje principal siempre sigue ensimismado en su relato egocéntrico, mirándose el ombligo una y otra vez, culpándose a sí misma y al resto por no poder aceptar el destino, por no poder vivir la vida simplemente como es.

Troncoso apela en este libro a la memoria, a la intimidad de los lazos familiares, a lo que pudo ser y no fue, a los recuerdos, al caldo de cabeza que explota en medio de una balacera de textos donde la palabra no se reitera una y otra vez:

“No voy al funeral. No creo que sea adecuado ir al funeral de alguien que no conoces. Es de muy mal gusto, igual que morirse en verano”

Así comienza el libro y la potente angustia de la protagonista que, dentro de sus pensamientos y diálogos, se muestra como una niña inmadura que no sabe cómo enfrentar la vida y menos los duelos que le toca vivir. Poco a poco este mundo en suspenso se va articulando con el manejo de un lenguaje y una edición que permite que la construcción del relato, en torno a una tristeza autodestructiva, de corte psiquiátrico, se mantenga de manera casi completa en el desarrollo de la novela. Quizás por eso, este primer libro publicado de Troncoso haya que leerlo por partes y no de una sola vez como pasa con otras obras.

En los párrafos largos, que terminan en 110 páginas, hay que detenerse para reflexionar, para sentir en carne propia el egoísmo de la protagonista, el ensimismamiento fatal que, escrito en clave de diario de vida, la ha llevado a contar sus dolores, fobias y rabias. Tal vez en ese punto tan interior e íntimo me faltó como lector un poco más de ambientación de la novela, entender mejor los escenarios físicos más allá de los mentales. En la obra se observa a una mujer que vive sola, que traduce libros, sale poco a la calle, y que está demasiado enrollada con su familia. Está tan alienada o al borde de la locura que le da vueltas al tema de muerte como si se tratara de una encrucijada de la que no puede escapar:

“No sé cuál es la verdad intocable en cuya existencia antes creía. La muerte, sí, tal vez, es la única verdad, pero tampoco estoy segura que es lo que yo creía. Para mi hermana, para mi hermano, para todos los demás, la muerte ha pasado en tiempos distintos, y esa fue su verdad mucho antes que la mía”

De esta forma se expresa la protagonista en uno de los pasajes de la novela ganadora del premio Roberto Bolaño 2022 y que este año publicó la editorial Trazos de Aves. Intenso y llamativo el debut de Sofía Troncoso, habrá que ver cómo sigue su recorrido por la literatura con nuevas obras que exploren otros o los mismos caminos de personajes dominados por el dolor, el ensimismamiento y la rabia.

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