La paradójica televisión 2020

por La Nueva Mirada

Por Luis Breull

En diciembre pasado -proyectando lo que sería esta temporada de emisiones televisivas de una industria local con seis años de aguda crisis financiera, de sentido, de calidad y de audiencias, y en medio del estallido social-, prospectaba un escenario de “otro ciclo de ajuste de costos, de reducción de puestos de trabajo y de sueldos de rostros, de menor diversidad en la oferta de géneros y formatos, y de lo que podríamos asemejar a la obsolescencia programada en el entorno tecnológico”.

Si bien en estos pocos meses transcurridos todos estos ingredientes se han ido confirmando y consolidando un paupérrimo estado de la industria, faltaba un factor clave para completar el actual vía crucis: la pandemia y reclusión mundial por coronavirus y su consiguiente impacto en la vida cotidiana de la población.

Si bien en estos pocos meses transcurridos todos estos ingredientes se han ido confirmando y consolidando un paupérrimo estado de la industria, faltaba un factor clave para completar el actual vía crucis: la pandemia y reclusión mundial por coronavirus y su consiguiente impacto en la vida cotidiana de la población.

Más es menos y menos es menos

Resulta curioso que el periodismo local –preso de su falta de visión o de su a veces excesiva buena voluntad- destaque como muy positivo el alza en el consumo de televisión por la cuarentena decretada desde la semana anterior, que en términos generales alcanza un 18% y que en la TV abierta bordea el 15% y en la TV de pago el 21% (comparada con la segunda semana de marzo), pero que al mismo tiempo se omita el factor clave del derrumbe de la inversión publicitaria. Y se pase por alto también la creciente pauperización de la oferta de contenidos y los anuncios de repetición masiva de teleseries ya vistas para paliar la falta de financiamiento o avisadores para la producción de otro tipo de programas de entretención.

Baste sobre lo anterior el ejemplo de la cancelación del carísimo estelar de Canal 13, Bailando por un sueño, que entró en receso debido a que su principal soporte de auspicio, la empresa de telecomunicaciones Claro retiró toda su pauta de avisaje del espacio y puso en jaque su continuidad. No obstante, se informó públicamente que el estelar conducido por Martín Cárcamo se suspendía temporalmente solo por las dificultades de realizarlo en estudio por temor a contagios de la pandemia. Ya en enero pasado, en una columna sobre las lógicas de industria imperantes, advertí que la apuesta de la estación de Luksic por un programa de este tipo era una fórmula contra intuitiva, riesgosa y que podría traer enormes costos si fracasaba.

advertí que la apuesta de la estación de Luksic por un programa de este tipo era una fórmula contra intuitiva, riesgosa y que podría traer enormes costos si fracasaba.

Es decir, actualmente en el entorno televisivo abierto se consolida la paradoja que a mayor encierro hay mayor visionado de TV, más audiencia frente a las pantallas, pero menos avisadores dispuestos a invertir en publicidad por estos públicos debido a la crisis económica general desatada por el estallido social y profundizada por la pandemia.

No obstante, no estamos ante un fenómeno solo atingente a Chile, en Argentina también ha habido una fuerte alza de consumo televisivo (31% en general y 17% en la TV abierta) más una aguda baja de avisaje, y en España esta crisis ha generado una pérdida del 45% de la inversión publicitaria en TV y un 80% en las cadenas de radio.

La otra cara de la medalla

Como contrapartida a esta baja de inversión de avisaje en la pantalla local, que en el último mes bordea el 40%, se encuentra la situación del aumento de valor de otras empresas. Si se quiere indagar en rubros que aún mantienen en este escenario una oportunidad para publicitarse, estos remiten a industrias de telecomunicaciones, de retail y de abastecimiento alimentario con posibilidades de venta online y de despacho domiciliario, más las cadenas de farmacias y laboratorios, entre otros.

Un informe reciente de Megatime, empresa validadora de ventas publicitarias en medios en Chile, constató que, entre diciembre y febrero, la distribución porcentual del avisaje de las grandes cadenas farmacéuticas locales fue de un 52% para Cruz Verde, 29% para Salcobrand, 17% para Farmacias Ahumada y 2% para Doctor Simi.

la distribución porcentual del avisaje de las grandes cadenas farmacéuticas locales fue de un 52% para Cruz Verde, 29% para Salcobrand, 17% para Farmacias Ahumada y 2% para Doctor Simi.

Y el rubro que a nivel mundial se lleva una gran parte de las ganancias generales con este encierro forzoso de la población en sus hogares es el de las empresas de streaming o video digital on demand como Netflix, Amazon Prime, HBO Go y otras, más las empresas de telecomunicaciones. Tanto así que el tráfico web fijo se incrementó en marzo casi un 40% en Argentina y un 30% en Chile fruto de la cuarentena decretada por ambos gobiernos. Y tanto en la Unión Europea como en el resto del mundo, incluido nuestro territorio, se ha pedido a YouTube, Netflix y Facebook que bajen en un 25% la resolución de calidad de sus vídeos para soportar la sobrecarga de visionado de sus contenidos por el aumento de la demanda de los usuarios, que se estima en un 40% a 50% mayor que a inicios de marzo.

se ha pedido a YouTube, Netflix y Facebook que bajen en un 25% la resolución de calidad de sus vídeos para soportar la sobrecarga de visionado de sus contenidos por el aumento de la demanda de los usuarios, que se estima en un 40% a 50% mayor que a inicios de marzo.

Un panorama inverso al de las industrias televisivas locales –que sumando audiencia ven decrecer de modo abrumador sus ventas por avisaje- es el que exhibe a nivel mundial Netflix. En la última semana vio incrementar en un 4,88% el valor de sus acciones en bolsa mientras los mercados globales se desplomaban. Lo mismo que le sucedió a Amazon, que creció un 2,73% y la empresa japonesa de consolas de juego, Nintendo.

TVN y su ajuste de sueldos

En medio de todo este escenario paradojalmente controvertido y de una industria televisiva amenazada o en plena crisis -diseñando ofertas programáticas repetidas por la urgencia de abaratar costos y la dificultad de producir contenidos frescos a raíz de la cuarentena- Televisión Nacional de Chile acaba de anunciar que rebajará hasta en un 50% el sueldo de sus rostros y conductores ancla. La información no entra en detalles caso a caso, pero según dijo Anita Holuigue, presidenta del Directorio, se aplicará tanto en el área de prensa como de entretención.

Televisión Nacional de Chile acaba de anunciar que rebajará hasta en un 50% el sueldo de sus rostros y conductores ancla.

Este hecho remeció al resto de los canales, aunque ni rostros ni ejecutivos quisieron pronunciarse explícitamente, argumentando que se trata de una decisión de una empresa pública y que ellos pertenecen a estaciones privadas. No obstante, será un hecho que provocará un remezón, debido a que afecta a un estamento que generalmente tiene ingresos que pueden bordear desde los 30 hasta los diez millones de pesos mensuales, en promedio. Por eso, si se analiza la decisión tomada por Mega a comienzos de este año de despedir a cerca de 80 profesionales del área de prensa, con tan solo la salida de cuatro a cinco rostros se cubrió casi la mitad del ahorro financiero generado con este recorte.

Sea cual fuere el rumbo que tome la pandemia por coronavirus, más las secuelas del estallido social que quedó en estado de hibernación, está claro que hay un producto que corre serios riesgos en torno a alcanzar las metas propuestas. Se trata de la postergada Teletón 2019, que se realizará el 3 y 4 de abril. Un programa que deberá luchar contra la cuarentena forzada, el temor a salir a la calle, la dificultad para aglutinar gente en las oficinas bancarias y en los estudios de TV, más el hecho concreto que la posibilidad de realizar transferencias electrónicas de dinero no está al alcance de todas las familias chilenas, sea por razones generacionales, de distribución geográfica o de recursos económicos.

el creciente estrés de la ruptura de las rutinas cotidianas de la gente.

Todo lo anterior nos deja un panorama abierto, donde la única certeza que se dibuja en el horizonte es el creciente estrés de la ruptura de las rutinas cotidianas de la gente. Algo que enfrentarán viendo TV, mirando series o películas, escuchando radio, descargando podcast, navegando por internet, posteando en redes sociales, compartiendo memes, leyendo libros, haciendo ejercicios intradomiciliarios, tocando algún instrumento, comiendo más y, por último, esperando que de una vez por todas se levante el toque de queda y se recupere una lejana y debilitada normalidad.

esperando que de una vez por todas se levante el toque de queda y se recupere una lejana y debilitada normalidad.

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