Annie Besant: Blavatsky, Gandhi y Krishnamurti. Filosofía, religión, política… Una vida multifacética. Capítulo 2.

por Cristina Wormull Chiorrini

Si hemos de crear un mundo nuevo, una nueva civilización, un arte nuevo, no contaminado por la tradición, el miedo, las ambiciones, si hemos de originar juntos una nueva sociedad en la que no existan el «tú» y el «yo», sino lo nuestro, ¿no tiene que haber una mente que sea por completo anónima y que, por lo tanto, esté creativamente sola? Extracto de un discurso de Krishnamurti

La semana pasada, muy confiada anuncié que para esta semana continuaría con la historia de Annie Besant, pero ya instalada en su etapa en la India,  posterior a la de librepensadora, desafiante revolucionaria, atea y feminista y transformada definitivamente en teósofa, dicen algunos, que a raíz de su encuentro con  Helena Blavatsky, más conocida como «La esfinge”, cofundadora de la Sociedad Teosófica y autora de obras tan famosas, como Isis sin velo donde describe la religión creada por ella o La doctrina secreta, un libro donde compila  teorías relacionadas indirectamente con el hinduismo .  Su influencia sentó las bases para numerosos movimientos que se desprendieron a través de los años hasta nuestros días, especialmente de la mano de la contracultura de los sesenta y del movimiento New Age, como afirma el escritor mexicano Mauricio-José Schwarz en “La izquierda feng-shui”.

«Mantengan la unión, no hagan que ésta, mi última encarnación, sea un fracaso».
(últimas palabras de Madame Blavatsky antes de morir de gripe).

La fama de la teosofía, apoyada en los libros escritos por Blavatsky, se expandió a través del mundo y atrajo a figuras muy destacadas de la época como Thomas Edison, entre otros.  

Pero volvamos a Annie Besant que es la razón de ser de esta crónica y quien, a lo largo de todos sus años como activista social y el desarrollo de su trabajo teosófico, tuvo gran demanda como la notable oradora que era y dejó un legado difícil de mensurar. Su pensamiento se centró en la teosofía a partir de su llegada a India donde postuló que la esencia de ésta sería que, dado que el hombre es de naturaleza divina, tendría así la capacidad de penetrar la esencia de la divinidad.  De esto dedujo que la fraternidad universal entre los hombres, basada en la unidad de vida, convertía las vidas existentes, en expresión de una vida común, La teosofía se afirma en dos dogmas:  la reencarnación y el karma.  Es decir, postula que el hombre debe vivir una serie de vidas en la tierra hasta conseguir la pureza a través de experiencias sucesivas que se transforman en la vida celeste en facultades intelectuales y en conciencia.  De esta forma , cuando un niño nace, ya trae sus experiencias anteriores convertidas en tendencias, facultades y talentos intelectuales. Eso viene acompañado del Karma, la carga que cada hombre arrastra como consecuencia de sus actos en sus vidas terrestre.  Besant intentaba contribuir con estos postulados a que las clases desposeídas (especialmente en India) accedieran a la prosperidad y al bienestar.

Una etapa muy importante de su vida estuvo marcada por su relación con Krishnamurti a quien conoció en su adolescencia a través del ocultista y teósofo Charles Webster Leadbeater en el centro de la Sociedad Teosófica de Adyar en Madrás, India. Annie Besant lo adoptó y crio junto a Leadbeater, mientras ambos eran líderes de la Sociedad.  Ellos vieron en Krishnamurti el «vehículo» de un Maestro del Mundo o Mesías. Así establecieron la Orden de la Estrella para apoyar su quehacer en este mundo, pero, el mismo Krishnamurti, años después, la disolvió y descartó la idea transformándose en un conocido escritor y orador, independiente de credos, en materia filosófica y espiritual desarrollando temas como la revolución psicológica, las relaciones humanas, la naturaleza de la mente y el propósito de la meditación para producir un cambio positivo en la sociedad global.  Aún hoy, Krishnamurti tiene seguidores en todo el mundo a través del que viajó incansablemente dando conferencias hasta avanzada edad.  Es destacable que, a los 90 años diera una conferencia en la ONU acerca de la paz y la conciencia, recibiendo la Medalla de la Paz de la ONU en 1984 poco antes de su muerte.

Pese a ver abortado uno de sus proyectos más queridos (Krishnamurti), Annie Besant continuó trabajando por el crecimiento de la Sociedad teosófica y en el devenir político de India, llegando a tener una notable influencia en la vida educativa, cultural y política de esa nación.  Besant había llegado a India a fines del siglo XIX, pero ya para 1913 se había unido al Congreso Nacional Indio y un par de años después propuso la creación de una red de ligas de autogobierno (Home Rule) en todo el territorio en post de la autonomía.

Cuando estalló la primera guerra mundial, una mayoría de políticos indios, entre los que se encontraba en ese momento Gandhi, un líder en ascenso, convocaron a una tregua al raj.  Pero Besant se opuso sosteniendo que «la necesidad de Inglaterra es la oportunidad de la India» (New India, agosto de 1914).

Pese a que el trabajo político de Besant para India había comenzado el 22 de diciembre de 1894, cuando se dirigió al Congreso Nacional Indio por primera vez, consolidó su trabajo en la política india en 1913, cuando se unió al Congreso Nacional Indio y publicó una serie de conferencias tituladas ¡Despierta, India! Una petición de reforma social. Para 1914, totalmente incorporada al quehacer del futuro indio, Annie adquirió un periódico y le cambió su nombre a New India para apoyar el movimiento nacionalista mientras atacaba al gobierno colonial promoviendo la autodeterminación del pueblo indio.

Al año siguiente, Annie y sus dos seguidores más cercanos fueron detenidos por el gobierno de Madrás y puestos bajo arresto domiciliario. Su detención inició grandes protestas extendiendo el movimiento de tal forma que, cuando fue liberada, multitudes la recibieron en toda la colonia. Las demandas de autogobierno de 1917 son consideradas como uno de los hitos importantes en la lucha por la independencia de India.  Ese mismo año (1917) asumió como presidenta del Congreso Nacional Indio, y se convirtió en la primera mujer en hacerlo. Este es quizás su momento de mayor influencia en la política de aquel país.


Oh, Vida Oculta que vibras en cada átomo;
Oh, Luz Oculta que brillas en cada criatura;
Oh, Amor Oculto que todo lo abarcas en la Unidad;
Que cada ser que se sienta uno Contigo,
Sepa, que por lo tanto es uno con todos los demás.
(Oh vida oculta, invocación de Annie Besant)


Un par de años después, el sentimiento político indio comenzó a preferir a Mohandas Gandhi, que promovía la desobediencia civil masiva, aunque de forma no violenta. Annie Besant, se opuso a esta política, y advirtió que promover la desobediencia terminaría en violencia. Su propuesta era trabajar para lograr un cambio en la legislación. Los indios siguieron el liderazgo de Gandhi, lo que finalmente condujo a la independencia en 1947, en medio de violentos enfrentamientos entre hindúes, sijs y musulmanes.

A pesar de haber perdido influencia política, Besant fue una decidida impulsadora de la independencia del país y de la educación de la India y ayudó a establecer la Sociedad para la Promoción de la Educación Nacional, apoyando iniciativas escolares destinadas especialmente a estimular el aprendizaje de los estudiantes indios.  Todo esto, en forma simultánea a su trabajo político en pro de la autonomía de India.  Su trabajo ha quedado reflejado en numerosas escuelas como el BesColegio Teosófico Besant, Madanapalle, la Escuela Nacional, Bangalore, la Universidad de la India, la Escuela Annie Besant, el Colegio central universitario hindú (fundada en 1898 y ahora conocida como Universidad hindú de Benares),  la Escuela Annie Besant , el Besant Memorial School, entre otras.

En reconocimiento a sus esfuerzos en el campo de la educación india, la Universidad Hindú de Benarés le confirió el Grado de Doctora en Letras

Luego de su muerte en 1933 y diez años después de su última gira a Estados Unidos, se plantó un abeto en el lugar donde habló por última vez en el Campus Olcott, incorporando suelo del Jardín de la Memoria de Adyar.

Entre los homenajes póstumos está el sello postal que el gobierno indio emitió en 1963 en homenaje a Annie Besant. Y, además de las escuelas que ella misma fundó en India, muchas han sido nombradas en su honor y se ha construido un monumento en su memoria en Cardiff, Gales, Gran Bretaña.  Ramas de la Sociedad Teosófica con su nombre se pueden encontrar en muchas ciudades estadounidenses.

Nadie puede negar que fue una mujer excepcional, una oradora inolvidable y cierro estas líneas confesando que siento frustración al tener que limitarme al espacio de esta crónica para plasmar un atisbo, una mirada apenas,  a una vida apasionante y controvertida como la de Annie Besant.

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2 comments

Jorge+Albornoz+Figueroa octubre 14, 2021 - 2:00 pm

Excelente crónica. Abrazo virtual estimada amiga.

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Rosa octubre 14, 2021 - 4:40 pm

Muy interesante.

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