Arauco tiene una pena, que no la puedo callar
Son injusticias de siglos, que todos ven aplicar
Nadie le pone remedio pudiéndole remediar…
Este primer verso de la creación poética de nuestra insigne Violeta Parra revela la esencia de una historia de larga data que está en pleno desarrollo. Y ha sido el gobierno recién asumido del presidente Gabriel Boric que ha tomado la decisión de cumplir inmediatamente con una promesa de campaña. Encontrar un camino de entendimiento de la sociedad con la “nación mapuche”, como se define este pueblo ancestral.
La delegación encabezada por la ministra del interior Izkia Siches, tenía el propósito, según propia confesión, de iniciar el camino político para un problema agudo. El hecho de anunciar al mismo tiempo que no se renovaría el estado de excepción que implicó militarizar la Araucanía en tiempos de la derecha, sin hallar la sintonía para construir la paz que el país reclama.
El pueblo mapuche es el más numeroso de las etnias que habitan el territorio entre las regiones de Bío Bío hasta Los Lagos, pasando por la Araucanía y Los Ríos. (casi un millón ochocientas mil personas).
Como ocurrieron los hechos han sido latamente descritos y comentados, pues se trató de un capítulo lamentable. La quema de un par de vehículos en el camino a la comunidad Temucuicui y los disparos al aire, surgidos desde los matorrales, obligaron el retorno de la comitiva, a la comuna de Ercilla.
La jefa de gabinete no se amedrentó por el sorpresivo cuadro de violencia y ha expresado que la intención del gobierno es levantar el estado de excepción el 26 de marzo y retirar de la zona a las fuerzas militares que apoyaban a las policías en supuestamente garantizar la seguridad en la zona, cuestión que por lo demás nunca ocurrió, ya que los sucesos vilolentos siguieron sucediendo, por más que el gobierno de Piñera, diera a conocer estadísticas que nadie estaba en condiciones de verificar.
La intención del gobierno es abandonar la solución militar para darle curso, a la alternativa política. Es decir, aplicar los principios del arte de gobernar. La intención de parlamentar que nos anuncia la administración recién asumida podría leerse como una forma de darle un giro al Estado. En palabras de Foucault, se trataría de concebirlo como una organización política con mecanismos de acción en un cuadro de racionalidad. Es lógico pensar que la trayectoria será más compleja, pero opuesta a la brutalidad represiva y usurpadora que hemos conocido desde el siglo XV para acá.
Las voces interpretativas que hemos escuchado de los sectores que recién dejaron el poder, resultan paradójicas. Tuvieron todas las herramientas en sus manos, y lo único que quedó es la siembra de la violencia, que trajo más violencia. El asesinato de Camilo Catrillanca a manos de la policía uniformada, es simbólico del cenit de la crisis. La muerte de civiles y la destrucción material son parte dolorosa de esta historia.
La construcción mediática que hemos visto en las horas siguientes a los hechos, está marcada por las conjeturas más diversas. Que hubo improvisación, que no la hubo, que se justifica mantener el sistema represivo en la zona.
La palabra de Francisco Huenchumilla, ex alcalde de la zona, exintendente y senador de la Araucanía, nos ilustran de la realidad que se vive en ese territorio: “la sociedad mapuche tiene sus propios códigos, cultura y forma de relacionarse- Entonces lo primero que tienes que saber que para llegar a una comunidad tienes que hablar con el jefe de la comunidad, para preparar el día, la hora y los términos y objetivos de la visita”.
En conversación con radio Cooperativa, en el programa Lo que queda del día, apuntó:»no diría que la ministra lo hizo mal, a lo mejor no se preparó adecuadamente los puntos finos de una cultura que se desconoce por la inmensa mayoría de los dirigentes políticos de Santiago«, lo cual, sea como fuere, «no justifica que a uno lo reciban con balazos».
Ya había visto con buenos ojos, antes del viaje ministerial, la idea de ir al sur:
“Creo que hay que tener una mirada positiva con este nuevo gobierno, porque es una nueva generación de políticos que se hace cargo del Estado, hay un programa diferente, el diagnóstico que se tiene acá es más acertado, porque se ve como un problema de naturaleza política, se hace cargo de que efectivamente hay un problema de seguridad y víctimas, así como un problema de reparación de tierras“.
Una mirada crítica tiene el lider y fundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) Héctor Llaitul quien conversó con una publicación europea: “Nada cambiará, Vamos a seguir teniendo un estado militarizado, criminalización y persecución…
Con respecto a la posibilidad de diálogo, le parece fundamental una respuesta a la demanda de tierras, que considera fueron usurpadas. Dijo: “Por ahora lo veo difícil, pero acumulamos fuerzas para ser un gran estamento de nuestro pueblo.Cuando tengamos la fuerza suficiente para tratar con el Estado, puede ser. Pero será para hablar de devolución del territorio, o no será”.
Otro de los históricos de la etnia mapuche Aucán Huilcamán, del Consejo de Todas Tierras, a través de un video, lamentó el incidente en que la secretaria de Estado salió entre disparos de las cercanías de la comunidad de Temucuicui, y apuntó a la “derecha política” como los principales responsables de quebrar el diálogo y la confianza con el Estado.
“Lamentamos lo que ha sucedido con la ministra en su visita al territorio mapuche, entendemos que la vista tiene por objeto restablecer la confianza entre el Estado chileno y el pueblo mapuche”, comenzó señalando.
El werkén aseguró que el diálogo “se vio abiertamente quebrantado con el gobierno del exPresidente Sebastián Piñera, quien apostó por la violencia militar y odiosidad racial”.
“Por lo tanto, la derecha política y empresarial no tiene autoridad para dar lecciones porque han fracasado en su relación con el pueblo mapuche”, sentenció.
Por su parte Natividad Llanquileo, miembro de la Convención Constitucional, lamentó el incidente ocurrido a la comitiva ministerial. Sostuvo que «mientras el cambio estructural no se produzca, difícilmente se puede avanzar en una solución concreta y vamos a seguir en el mismo problema (…) este gobierno ha dicho que va a dialogar con las comunidades, lo que me parece acertado».
Para poner en contexto la situación vivida en el sur, resulta importante anotar la observación que en su momento hizo el representante para Sudamérica de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Ya en 2020 Jan Jarab reportó también que se han observado expresiones de odio, discriminación racial y violencia por parte de civiles contra los indígenas mapuches.
Jarab afirmó que el único camino frente a estas tensiones continuas es un diálogo “participativo y de buena fe” que aborde las causas profundas de flagelos como “la discriminación estructural” y otros asuntos pendientes en la esfera de los derechos humanos de los pueblos indígenas.
“Una respuesta puramente centrada en la seguridad pública alimentaría lo que ya es un proceso crónico de tensión, desconfianza y conflictividad, no exento de violaciones a los derechos humanos”, enfatizó.
En este sentido, pidió a las autoridades chilenas que realicen una investigación “pronta, independiente y exhaustiva de los hechos”, sobre todo de las alegaciones de uso excesivo de la fuerza policial y las expresiones de carácter discriminatorio contra el pueblo mapuche. (Cosa que nunca ocurrió)
El representante subrayó, no obstante, que es igualmente importante abordar la problemática “desde un enfoque multidimensional, con énfasis en la interculturalidad”.
Digamos con franqueza que las versiones de algunos medios que ven fantasmas y divisiones al interior del ejecutivo, no pasan de ser conjeturas mal intencionadas, según me confidenció un personero de gobierno que estaba en la delegación. Hay que alejarse de posturas conspirativas, que le hacen daño a la gobernanza, apuntó.
El músico y creador, Nano Stern, no hace mucho, describió en décimas el tramo histórico que vive Chile y que es propicio para ilustrar este momento político. Unos de sus versos:
Para emprender este viaje,
invoquemos la templanza
y llenemos de esperanza
nuestro rumbo y equipaje.
Armémonos de lenguaje
y de riqueza plural, para que así, un vendaval
de humanidad nos señale
aquel porvenir que iguale
este reino desigual.
(*)Premio Nacional de Periodismo