Los caminos de la vida,
son muy difícil de andarlos,
difícil de caminarlos.
Y no encuentro la salida.
Vicentico
Hace unas semanas, durante el desarrollo de los Juegos Panamericanos, dos muchachas jóvenes hicieron noticia en nuestro país. La primera, China, ocupó un pequeño espacio en la prensa, la segunda, Ina, acaparó todos los titulares de los diarios y la Internet, llevó la noticia a distintos lugares.
La China
El Domingo 22 de octubre, Denisse Bravo, “La China”, joven boxeadora chilena, llegó al Centro de Entrenamiento Olímpico ubicado en Ñuñoa, se midió ante la costarricense Nicole Barrantes. “La China” dominó durante toda la pelea y se quedó con una clara victoria que se dirimió en las tarjetas.
Durante esos días “La China” hizo historia y se convirtió en la primera chilena en recibir una medalla en boxeo dentro de los Juegos Panamericanos. La noticia fue apenas mencionada y la boxeadora fue felicitada por la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, lo que provocó la sorprendente cólera de José Antonio Kast, que reclamó porque el gobierno estaba preocupado por los deportistas.
La Ina
Dos días después, la mañana del 24 de octubre, Sabrina Durán Montero, la Ina, fue abordada por desconocidos que le dispararon y le quitaron el vehículo en plena vía pública. Ese mismo día falleció y la policía confirmó el asesinato de una conocida narcotraficante. El vehículo, fue encontrado en Quilicura, al norte de la capital.
Ella había salido recientemente de la cárcel tras cumplir una condena y contaba con antecedentes policiales por receptación de vehículo, robo de accesorios y microtráfico.
Se habló de la influencer y una joven madre. Las Últimas Noticias, fotografió su rostro en la portada y su sepelio fue equivalente a un funeral de estado. Centenares de Carabineros, coronas de flores y un par de zapatitos de charol, despedían a esta joven que hacía propaganda por tick tock.
Evidentemente en su funeral no hubo ministros y José Antonio Kast no emitió ninguna declaración. (Ningún político la hizo)
Diferencias y Coincidencias
Al revisar la vida de ambas muchachas, se puede avizorar que entre China e Ina hay coincidencias con millones de mujeres chilenas y extranjeras avecindadas en esta larga y angosta faja de tierra. Son representativas de nuestra cultura, tanto como lo fueron Gabriela Mistral, Michelle Bachelet, Sor Teresa de los Andes y la Tía Carlina.
Las primeras coincidencias saltan a la vista. Ambas son jóvenes (Ina tenía 22 años, la China 21) y las dos vienen de un estrato sociocultural similar. Más allá de estas obviedades, se puede decir que ambas estuvieron, como dicen Los Prisioneros, pateando piedras. La joven deportista debió hacer malabares en la calle para poder entrenar, la influencer también hizo malabares y sus piruetas la llevaron a la cárcel y a que otros se hicieran famosos: su asesino le dio los últimos disparos frente a cámara.
Ahora bien, al hablar de diferencias, se puede decir que, entre ambas, hasta el momento, le ha ido mejor a China. Ella tuvo más suerte, dirán algunos y el resto se preguntará si fue un asunto de suerte. ¿Se puede envidiar la fortuna de la joven nacida en Lontué el 2002 que, tras la separación de sus padres se independiza, trabaja de sol a sol, descubre el box y lo utiliza para relajarse tras las extensas jornadas laborales?
Alguien dirá que el problema de Ina es que tuvo mala suerte. Otro responderá que sus videos superaban el medio millón de visualizaciones y sus seguidores llegaban a 321 mil. Ella tenía un negocio familiar: ella y su hermano hacían acopio de droga, mientras que su hermana se encargaba de venderla.
¿Será tan importante el azar en un país donde muchos jóvenes prefieren morir con plata que viejos pobres?
El lugar común
Al descubrir que no se trata de un problema de suerte y al enfrentar el devenir de este par de muchachas, entramos en un conflicto. En momentos de aprieto siempre es bueno acudir a un lugar común y, en función de esa necesidad, se ha de recurrir a Gabriel Julio Fernández Capello (Buenos Aires,24 de julio de 1964), conocido artísticamente como Vicentico y recordar su tema: “Los caminos de la vida/No son lo que yo pensaba/No son lo que yo creía/No son lo que imaginaba.”
Hablar de los caminos de la vida, resulta tan inconducente como sacar teorías del azar. ¿Cuál era el camino que se les tenía preparado a este par de muchachas? El mismo que se le ha dispuesto a los millones de jóvenes que no saben si ser boxeadores o narcotraficantes. Algunos tienen capacidades para ser una cosa u otra. ¿Cuántos boxeadores se han transformado en narcos y cuántos narcos han logrado ocupar un lugar en su cartel por ser buenos para los combos?
Todo esto ocurre en ciertos lugares, en otros no se necesita ser narcotraficante o boxeador. Basta jugar tenis o handbol, tener un amigo dealer que te fíe unas líneas y se ponga pesado si no se las pagas. Si no pagas, puedes encontrar una mano solidaria que te regale dos millones de pesos, para que canceles la deuda y duermas tranquilo.
Eso no ocurre en el mundo de Ina ni de China.
No se trata de ser pesimistas, sino de constatar lo intricada que está la cosa en el mundo de los micro traficantes y boxeadores. Todo se ha enredado, la prensa sabe qué noticias tienen rating y hay que ponerlas de portada y, frente a este estado de cosas, sólo queda decir que el presidente se equivocó al decir que no daban ganas de leer los diarios.
Evidentemente, puede ser políticamente incorrecto, pero al ver la foto de Ina en la portada y a Kast alegando porque Camila Vallejo abraza a la China, sólo nos queda decir, con Vicentico: Los caminos de la vida/Son muy difícil de andarlos/Difícil de caminarlos/Y no encuentro la salida.