Boric termina y comienza un año con 12 corajudos indultos de presos de la revuelta y un ex frentista. ¡Bien! Presidente. Lula inicia su mandato el 2023 mirando de frente al pueblo y con compromisos sociales focalizados en la pobreza, la desigualdad social y el medio ambiente. No hay (por ahora) menciones postmodernistas identitarias. “Reconstruirá” un país en la “unidad” y lo llenará de “esperanzas”.
El socialismo se retuerce contra las cadenas liberales populistas polarizadoras.El presidente Boric ríe de forma amplia para la foto, y el nuevo presidente mira a este joven con una semisonrisa con algo de escepticismo paternal. Bolsonaro, huye espantado a la tierra del capitalismo neoliberal buscando un hogar trumpista acogedor. Espera su revancha.
El fin del año 2022 comenzó con la muerte de la reina Isabel II del Reino Unido, vestigio de una realeza colonialista imperial europea, que desaparece transformada en un funeral espectáculo vacío. Termina con el cáncer que se lleva en medio de la samba y carnaval a Pelé, el mejor jugador, “el “Rey” latinoamericano del “Fútbol espectáculo” y los negocios, en una fiesta permanente en búsqueda de sentido. Benedicto XVI, el primer Papa Emérito, el teólogo de la “dictadura del relativismo”, el de la “razón y la fe”, se apaga susurrando una frase que hoy es extraordinaria por su fe desbordante e iluminadora plena de sentido, en el “escándalo de la cruz” para el mundo de hoy: “Jesús te amo”.

Muertes, funerales y espectáculos, reflejos fragmentados de una época que muere y se transforma temerosa por un eterno retorno lleno de muertes y renacimientos. Occidente fracasa en la guerra de Rusia contra Ucrania. Sus muertos más los pandémicos, ya son milenarios. La luz de la razón democrática y la historia titila mientras ¿se apaga? La energía oscura de un fantasma invisible impulsa el interruptor.
En Chile, hijos occidentales de Atenas y Jerusalén herederos de “la ciudad de Sócrates e Isaías”, del “sol luminoso”, los dioses de la historia, la tierra y los pueblos originarios, somos víctimas del “fantasma que recorre Europa”. Caemos arrojados sin puntos existenciales de anclajes al “Abismo existencial de occidente”, (propuesta desarrollada en el estupendo libro de Alberto Mayol, titulado con esa frase).
Nos ha invadido la sombra y la confusión. El malestar social actual, no es más que una “ruptura de sentido”. Un sin sentido que no es más que “la nada no deseada”. Nos abandona la verdad y su deseo. Dios se resiste a abandonarnos.
El malestar social no es lo contrario del bienestar. El malestar es lo contrario del sentido. Y su principal consecuencia es la pérdida de la capacidad de generar legitimidad para el poder “político”. Sólo se legitima el poder (energía) del flujo poderoso del lucro alimentado por el deseo- consumo. En este hecho nace y muere la legitimidad del nuevo proceso constitucional que se ofrece al país.

Nuestro abismo existencial es el de occidente. ¿Cuál? “Todo lo que rodea al dinero”, afirma el autor. “El respeto universal por el dinero es, en nuestra civilización (y con especial intensidad en Chile), el único hecho que tiene esperanzas” (Bernard Shaw, citado por A. Mayol).
Gore Steiner afirma que Europa siempre ha creído de forma fatalista, que “después de un cierto apogeo, acontecerá su ruina y final”. Tienen razón. En su notable librillo “La idea de Europa”, habla del “cansancio, la confusión y la división” que lleva al suicidio (afirmación del que escribe) de la cultura occidental.
¿Su propuesta esperanzadora?: “Volver a la convicción de que “la vida no “examinada” no merece la pena ser vivida”. De esta manera se abre el camino del sentido en una humanidad lanzada hacia la búsqueda y encuentro con la verdad, la belleza, y los otros en el bien y la comunidad. Son los caminos azarosos de la razón de la sin razón, la fiesta y de la fe.
Nota: Recomiendo al presidente, “Los poemas de la locura” de Hölderlin.