El peligro de una Constitución “falsificada”

por Sergio Canals L.

Chile falsificado”. Así titularon un artículo sobre la venta de zapatillas falsificadas y ropa de marca adulterada como productos populares. Hasta el proceso ilegítimo de la nueva Constitución aparece como uno lleno de falsedades democráticas.

Se empeñan en vendernos falsamente a las ISAPRES como “instituciones” claves de la atención privada, cuando no son más que negocios de una industria aseguradora que comercia la salud con cobros ilegales a sus clientes (personas) según dictamen final de la Corte Suprema. Deben devolver estos fondos, o la justicia es una falsedad. Si “caen”, lo que sucederá es que la salud privada se encarecerá, porque los establecimientos de salud privados y públicos no “caerán” y seguirán atendiendo. El resto es una falsedad.

Volviendo a la ¿futura? Constitución, resulta patético ver el esfuerzo por vendernos como legítimo un proceso que nació entre cuatro paredes de un Congreso deslegitimado, sin la participación del pueblo ciudadano. Un comisionado experto designado (cupo RN), de forma arrogante decreta que “La Comisión experta es mucho más representativa de la historia chilena que el Consejo” actualmente elegido democráticamente ¿De qué historia y representación habla?

Sí. Representan a la “historia vieja” de un “orden racional productivo” en una democracia liberal degradada. Representan los sueños, antes optimistas, hoy temerosos, de una ilustración que fracasa destructivamente en su lucha racional permanente contra un romanticismo revolucionario, ambos incapaces de imaginar y desarrollar una nueva alternativa viable y sólida que respete en su dignidad esencial a las personas, la comunidad y la naturaleza. En esta vieja historia, hoy llena de cambios e incertidumbre, “la mera idea de una transformación radical en interés del bien común, o incluso del futuro, ya es casi una ofensa”. He ahí el problema insoluble de la actual falsedad constitucional, hija bastarda del fracaso plebiscitario anterior y de los excesos neuróticos identitarios y sexo genéricos con su “suerte de habla oscura” o “jerga profética” de la elite intelectual que gobierna de forma dificultosa en su tarea de satisfacer las necesidades masivas de las personas y comunidades que a duras penas comienza a lograr.

En un mundo del comercio global competitivamente individualista, “quién es alguien o por qué se toma alguien a sí mismo, son cosas que acaban siendo (realmente) determinadas cada vez más por las decisiones de consumo que una persona toma”. Es el nuevo ser productivo funcional en medio de una pesadilla producto de un sueño de eterno crecimiento condenado al fracaso. Las soluciones debieran ser colectivas a través de una solidaridad que es colaborativa. Pero para para los individualistas liberales, esta debe ser extirpada tanto del Estado, como naturalmente de instituciones privadas de consumo, para ser reemplazada por sentimientos volátiles y fugaces de acciones paternalista sólo caritativas y performáticas.

“Los hombres necesitan historias, pues la realidad en que vivimos ofrece, en lugar de sentido y orden, caos e injusticia” llenos de “sufrimientos innecesarios”.

Para el historiador Philip Blom, (a quien pertenecen las citas), son los relatos que inventamos y las imágenes que imaginamos llenas de actos y sentimientos, la clave para torcer y transformar la historia con cambios impredecibles en un nuevo campo de posibilidades humanizador y personalizador.

La nueva Constitución arriesga incorporar un nuevo relato, pero falso y no democrático sobre el futuro y el pasado histórico ¿El riesgo real? Una nueva crisis de sueños y esperanzas rotas llena de un malestar creciente que se hará incontrolable.

La nueva Constitución arriesga incorporar un nuevo relato, pero falso y no democrático sobre el futuro y el pasado histórico ¿El riesgo real? Una nueva crisis de sueños y esperanzas rotas llena de un malestar creciente que se hará incontrolable.

 “Un clima permanente de miedo y estados de excepción, llevan a una brusca deriva autoritaria y conducen a una historia común de (frustración), negación, hostilidad y de violencia”. A una “sociedad de la ira” consumista.

Necesitamos líderes sorprendentes. “Strong poets”, para iniciar y conducir cambios revolucionarios impensados.

(Citas de Philipp Blom “El gran teatro del mundo. Sobre el poder de la imaginación en tiempos de grandes cambios” y algunas de “El YO soberano, ensayo sobre las derivas identitarias” de Elizabeth Roudinesco)

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