Hace más de cien años, en los albores del siglo XX, en España, dos maestras enamoradas idearon una ingeniosa estratagema para lograr vivir como marido y mujer, incluida una hija, protegidas por un matrimonio realizado por la Iglesia Católica en la parroquia de San Jorge de La Coruña, en tiempos que solo la unión religiosa era considerada válida, y luego se podía o no inscribir en el Registro civil.
Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez se conocieron en 1885 en la Escuela Normal de Maestras de La Coruña, lugar en que Elisa, con 23 años, ya trabajaba y Marcela, que apenas cumplía los 18, llegó a estudiar. Empatizaron de inmediato y desarrollaron una amistad que al poco tiempo paso a ser una relación amorosa. El padre de Marcela, capitán de Ejército, vio que la amistad poco a poco se transformaba en una relación prohibida y temiendo un escándalo, sacó a su hija de la escuela y la envió a seguir sus estudios en Madrid.
«Se conocieron hacia mediados de la década de 1880. Marcela estaba estudiando en la escuela de magisterio de la ciudad de La Coruña y Elisa, que había estudiado previamente la misma carrera, estaba trabajando allí. Allí se enamoraron», le dice a BBC Mundo Narciso de Gabriel, autor del libro «Marcela y Elisa, más allá de los hombres”
Pocos meses después, Elisa terminó sus estudios en Madrid y fue destinada como maestra interina en Couso, una pequeña parroquia de La Coruña. Pronto Marcela se las ingenió para ser destinada como maestra superior en la aldea de Calo, muy cerca de donde trabajaba Elisa. El tiempo de separación y el reencuentro solo avivó el fuego de su relación y decidieron vivir juntas en Calo y aunque Marcela fue trasladada a dar clases a Dumbría, otro pueblo cercano, continuaron visitándose.
Durante más de una década lograron convivir sin llamar la atención, pero al parecer, Elisa tuvo entre visita y visita una relación con un hombre que la embarazó. Fue entonces que las amantes idearon la estratagema de casarse, probablemente para darle legitimidad a la maternidad de Marcela. Así, Elisa decidió adoptar un aspecto masculino y se inventó un pasado convirtiéndose en Mario Sánchez, nombre que tomó de un primo suyo muerto en un naufragio. Agregó a sus antecedentes que su infancia había transcurrido en Londres y que su familia era protestante y con esta historia se presentó al párroco Víctor Cortiella, contándole que requería bautizarse para poder contraer matrimonio con su amada Elisa, con la que convivía hacía unos años. El párroco no dudó en bautizarlo, darle la primera comunión, confirmarlo y, posteriormente publicar las amonestaciones para prontamente casar a la pareja el 8 de junio de 1901. La ceremonia matrimonial fue breve y de madrugada y los novios se marcharon a pasar su noche de bodas en una pensión del lugar. Pero de camino, decidieron tomarse una foto con José Sellier, que era uno de los fotógrafos más importantes de la ciudad.
Al día siguiente, en un acto realmente temerario, volvieron a Dumbría, donde trabajaba Marcela y ya durante el trayecto algunas personas descubrieron que Mario era en realidad Elisa y los vecinos que las conocían, empezaron a comentar acerca de este “matrimonio sin hombre”.
Los rumores no tardaron en llegar a la prensa local que empezó a cubrir la noticia e inició una publicación exhaustiva para un tema escabroso que atraía lectores desde todos los rincones de España y Europa.
«El público muestra un gran interés por conocer los pormenores de la historia, la prensa gráfica compite por publicar la exclusiva de la fotografía. El suceso tuvo una repercusión enorme y no solo en Galicia, sino también en la prensa madrileña y en la prensa de otros países, como Francia, Bélgica o Argentina», apunta de Gabriel.
«Pero el engaño solo salió a la luz por la osadía que tuvieron al volver al lugar donde habían vivido como dos mujeres hasta unos días antes», agrega.
Su unión matrimonial se realizó más de cien años antes de que la ley permitiera a los homosexuales españoles contraer matrimonio, con lo que este hecho puede considerarse un precedente del matrimonio homosexual en España. La noticia de su boda fue difundida por toda la región y por varios países europeos.
Ante el acoso de la prensa y la persecución de la Iglesia y la policía -el juez había decretado su búsqueda y captura-, la pareja escapó a la ciudad de Oporto en Portugal donde Elisa tomó el nombre de Pepe y aparentando ser una pareja heterosexual vivieron como marido y mujer durante dos meses, hasta que fueron identificadas, arrestadas y encarceladas a petición del gobierno español.
En Portugal se produjo un movimiento de solidaridad con las dos españolas donde, a diferencia de la prensa española, los diarios portugueses toman partido a favor de la causa de Marcela y Elisa y también lo hace una parte de la sociedad portuguesa que se une en defensa de las dos mujeres. Pero el gobierno español logra que Portugal conceda la extradición de las dos amantes por lo que, ante el inminente traslado, ambas deciden migrar hacia Argentina con los fondos que habían reunido sus simpatizantes portugueses.
El año 1902, el mismo en que nació la hija de Marcela en Portugal, se publicó en España el libro La sed de amar, del escritor extremeño Felipe Trigo. Fue un libro de gran repercusión en la época, porque incorporaba la historia de Marcela y Elisa, aunque cambiando sus nombres por los de Rosa y Claudia. La historia de la relación de ambas es ficcionada en este libro e incluso el propio autor señala que es una historia real que ocurrió en La Coruña. Por si fuera poco, un artículo de Louise Ciallella: Making Emotion Visible: Felipe Trigo and La Sed de amar, da cuenta de que ahí se recogen las vidas de Marcela y Elisa («Decimonónica – Revista de producción cultural hispana» de la Universidad del Norte de Illinois).
«Declaro que, para conseguir esta transmigración de hembra a hombre —lo único, según fama, que no cabe en las atribuciones del Parlamento inglés—, se necesita una habilidad extraordinaria, y que quien la ha realizado, cualesquiera que sean sus fines, no es un ser vulgar».” Emilia Pardo Bazán refiriéndose a Elisa y Marcela en un artículo dedicado a la pareja
La vida de la pareja junto a su hija en Argentina no es muy diferente a la de la mayoría de los gallegos inmigrantes y ambas subsisten trabajando como empleadas domésticas. No obstante, Elisa no está feliz con ello y si en España fue Mario, en Portugal Pepe, ahora en Argentina es María y decide contraer matrimonio con Cristian Jensen, un hombre mucho mayor que ella y de origen danés.
María (Elisa) se niega a consumar el matrimonio y Jensen empieza a sospechar e inicia una investigación que lo lleva a descubrir que está casado con una de las personas que habían protagonizado en España el matrimonio sin hombre (Titular de el diario La Voz de Galicia). Sintiéndose engañado, la denuncia y pide anular el matrimonio. Pero el juez solicita que Elisa sea examinada por tres médicos que concluyen unánimemente que es mujer y por lo tanto el matrimonio es válido.
«El matrimonio no es feliz y el matrimonio acaba mal, entre otras cosas porque Elisa, que en Argentina se llama María, se niega a tener relaciones sexuales con el marido. Había una diferencia de edad importante de más de 20 años», cuenta Gabriel.
A pesar del veredicto la pareja se separa, y Elisa seguirá viéndose con la que había sido su esposa hasta que se dice que murió de un cáncer a los 58 años. ¿Dónde? No se sabe. Del destino final de Marcela se sabe nada y de María Enriqueta, la hija, solo lo que una bisnieta argentina, que se ha dedicado a averiguar sobre su vida, afirma respecto a que se casó, tuvo diez hijos y se esfumó al cumplir 41 años. Algunas versiones señalan que, cansada de los malos tratos de su marido, buscó la paz en un convento.
Además del libro de Trillo, escrito en 1902, el catedrático de la Universidad de Coruña, Narciso de Gabriel, escribió en gallego, ya en pleno siglo XXI, el libro «Marcela y Elisa, más allá de los hombres” que hoy se puede encontrar traducido al castellano y del cual hemos extraído muchos de los antecedentes.
La cineasta Isabel Coixet realizó la película Elisa y Marcela, en el año 2019, estrenada ese mismo año en Netflix obteniendo el premio Gaudí Award for Best Art Direction y nominada al Premio Platinno al Cine y Educación en Valores
Y el colectivo “Milhomes”, para no quedarse atrás, creó el Premio Marcela y Elisa, que, con el apoyo de la FELGTB, ya va por su sexta edición. Hace pocos meses, el ayuntamiento de La Coruña anunció que una calle llevará el nombre de las dos protagonistas de ese peculiar matrimonio.
Como la película de Isabel Coixet nos recuerda, el matrimonio homosexual no fue legalizado en España hasta el año 2005 y actualmente es legal solo en 25 países del mundo. Lo concreto es que, en los 72 restantes, la homosexualidad está penalizada, en 14 de ellos se castiga con penas de cárcel y cadena perpetua y, en otros 13, amerita la pena de muerte.
Aquel ‘matrimonio sin hombre’, como se le conoció desde que así lo apodase La Voz de Galicia, suscitó la condena de algunos, la compasión de otros y la admiración de Emilia Pardo Bazán, que atribuía una inteligencia nada común a Elisa Sánchez Loriga….
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Vi esa película (muy bella, estética, artística) y esa historia es muy apasionante. Gracias por el tema.