Hipatia y Cirilo de Alejandría La tolerancia lapidada, el dogmatismo santificado.

por Cristina Wormull Chiorrini

“Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hypatia, hija del filósofo Teón, que logró tales alcances en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo.” Sócrates Escolástico

A mediados del primer milenio, Hypatia, una erudita de gran prestigio, registrada como la primera matemática de la historia, fue despedazada por una muchedumbre de cristianos que luego de desnudarla, usó tejas de los techos y conchas de ostras para cortar la carne viva de su cuerpo y apalearla hasta la muerte dando así paso al oscurantismo de la edad media.

El instigador de su asesinato fue Cirilo, obispo y patriarca de Alejandría quien durante su episcopado se caracterizó por la persecución contra judíos, paganos y otras confesiones cristianas, así como por sus roces con las autoridades imperiales y su lucha de poder con el Patriarcado de Constantinopla y que, hoy, curiosamente, es reconocido como santo por las iglesias ortodoxa, copta, católica y luterana.

Quizás les parezca conocido, quizás una historia repetida, una historia nunca terminada, una historia que las mujeres vivieron por siglos, cuando un asomo de libertad e inteligencia amenazaba a iglesias y agrupaciones que no podían soportar la participación femenina y menos aún aceptar la posibilidad de su inteligencia, salvo endilgándoles la condición de brujas o descalificándolas de maneras brutalmente creativas. 

Hipatia fue una maestra de la escuela neoplatónica, conferencista, filósofa y matemática.  Una fina e inteligente mujer de la cual El léxico Suda, enciclopedia del siglo X dice que por su lógica y espíritu público… la ciudad acogió con un respeto especial.

Hipatia maestra de Orestes, el Prefecto de Alejandría, fue culpada de impedir que éste se convirtiera en un buen cristiano mediante encantamientos y otros y murió por ser considerada bruja (hecho aseverado por el obispo copto del siglo VII Juan de Nikiû, quien justifica la muerte de Hipatia, a la que presenta como una bruja peligrosa) mientras Cirilo fue canonizado y declarado santo por su valiente defensa de la fe.

…Una multitud de creyentes en Dios se levantaron guiados por Pedro el Magistrado, y procedieron a buscar a la mujer pagana que había engañado a la gente de la ciudad y al prefecto (Orestes) con sus encantamientos. Y cuando descubrieron el lugar donde se encontraba, la fueron a buscar y la hallaron cómodamente sentada; habiéndola hecho descender, la arrastraron por todo el camino hasta la iglesia mayor, llamada Cesareo. Esto sucedió en los días de Cuaresma. Le arrancaron la ropa y la arrastraron por las calles de la ciudad hasta que le provocaron la muerte. La llevaron a un lugar llamado Cinaron y quemaron su cuerpo. Todo el mundo rodeó al patriarca Cirilo y le aclamaron como “el nuevo Teófilo”, ya que él había acabado con los últimos restos de idolatría de la ciudad… Juan, Obispo de Nikiu. Crónica 84.87-103

Como raras veces, en aquellos tiempos Hipatia pudo estudiar por ser la hija de Teón de Alejandría, un astrónomo y prolífico autor que editó y comentó obras de pensadores como Euclides y que convirtió a Los elementos en un libro capaz de competir con la Biblia.  En su trabajo fue ayudado por Hipatia quien excedió con creces el conocimiento de su padre haciéndola transitar por otras disciplinas filosóficas obteniendo gran éxito que, en palabras del historiador griego Sócrates el Escolástico «Logró tales conocimientos en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su época. Le explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción…».

«A menudo aparecía en público en presencia de los magistrados. Y no se sentía avergonzada al ir a una asamblea de hombres. Pues, debido a su extraordinaria dignidad y virtud, todos los hombres la admiraban».

Esta extraordinaria mujer inventó un nuevo y eficiente método para hacer divisiones largas, en una época donde no existían las calculadoras electrónicas y el proceso de sumar, restar, dividir y multiplicar era una tarea ardua en los campos de la ingeniería o la astronomía.  Fue consultada y contribuyó activamente en la creación del astrolabio, algo así como una calculadora astronómica que se usó hasta el siglo 19 y el hidroscopio, un aparato para medir líquidos.  Hipatia, escribió el Comentario de la “Aritmética” de Diofanto, que dio un impulso decisivo al álgebra con la creación de unos signos matemáticos que simplificaban y agilizaban las operaciones y los cálculos.

Hipatia participó de la escuela neoplatónica cuyas ideas parten de los pitagóricos. Los miembros de la comunidad pitagórica establecían su relación a partir de la amistad, no existiendo una estructura jerarquizada. Apoyaban la igualdad de género y admitían bajo las mismas condiciones a hombres y mujeres. Creían que todas las personas, con independencia de su cultura, clase social y género eran capaces de llegar a conocer el mundo perfecto, porque todas tenían la misma alma.

Durante la vida de Hipatia, la escuela de Alejandría transmitió esta doctrina filosófica y con el espíritu integrador pitagórico, no separaba los estudiantes según su religión. Los alumnos de Hipatia eran un modelo de diversidad cultural, religiosa y étnica. Lo cual atraía a intelectuales de diferentes partes del mundo que acudían a la ciudad para formarse sobre las diferentes concepciones filosóficas y científicas.

Por aquel entonces Cirilo, eclesiástico romano era el Patriarca de Alejandría y lo seguiría siendo hasta su muerte.  Sobrino del obispo Teófilo, sucedió a su tío en el cargo.  Uno de sus grandes logros fue que el Concilio de Efeso estableciera a María la Theotokos: Madre de Dios.

En 1882 Cirilo fue proclamado doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien al mismo tiempo atribuyó el mismo título a otro importante exponente de la patrística griega, San Cirilo de Jerusalén (así ambos entraron a formar parte de los padres de la iglesia y a ser estudiados en la patrística). Esta proclamación se basó en su firmeza al servicio de la doctrina y en la valentía demostrada en defensa de la verdad católica, en particular contra el supuesto error de Nestorio, patriarca de Constantinopla, pero nada menciona acerca de Hipatia.  Es más, en informaciones difundidas por redes católicas, se explica la muerte de esta mujer aduciendo que es falso que fuera joven y atractiva y que al momento de su asesinato era una anciana de 61 años (curiosa justificación de su muerte y supuesta brujería, aunque en la época no hay relato alguno que indique que lo fuera).

Hipatia mantuvo a lo largo de su vida la tesis heliocentrista y sus observaciones a los Comentarios de Tenón cuestionan la teoría geocéntrica de Ptolomeo. Es muy posible que Copérnico lo leyese cuando estuvo en Florencia estudiando la obra de Ptolomeo, ya que el único ejemplar que se conservaba estaba en la biblioteca de los Médicis de dicha ciudad. Eso implicaría que la obra de Hipatia tiene una influencia directa en la Revolución Copernicana, uno de los momentos cruciales en el desarrollo del heliocentrismo.

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