El gobierno no aprende. Emergieron las mismas estrategias y tácticas de resistencias comunicacionales del mundo conservador empresarial neoliberal de la derecha, contra el 6% solidario, y a favor de la mantención de las AFPs, usadas para el Rechazo. Siempre con sus conspicuos voceros de siempre, que no vale la pena nombrar.
“Esta reforma de pensiones no es la que no nos conviene. Es mala”. (Peores son las pensiones miserables actuales).
“El presidente recupera aprobación atacando a las AFP”. (No. Su “ataque” es contra la “industria” de las pensiones de corte neoliberal. Es contra el individualismo y mercantilismo extremo que impide mejorarlas solidariamente).
“Pierden el tiempo atacando a los privados”. (No ataca a los privados. Pide que se transformen y colaboren con el estado en la búsqueda ética moral del bien común y el bienestar social de las personas).
La defensa del gobierno parece ser sólo hasta ahora fuertemente técnica- numérica. Finalmente, con una lógica de mercado neoliberal.
Olvidan como advierte Paula Walker, que “La mejor comunicación, no es técnica, sino política y emocional”. (La derecha lo sabe muy bien, creando “desinformación y miedo”). También es ética moral.
Según Sebastián Edwards, no podría existir esta mirada neoliberal, debido a que ya murió el 18-O en Chile. Su columna, invita al velorio de esta forma “económica, moral y sociocultural que no es más que mercantilismo extremo para resolver todos los problemas sociales y personales”. De acuerdo, si agregamos un hiper individualismo extremo insano y des humanizador. Pero en desacuerdo con su invitación al funeral, debido a que olvida el poderoso flujo de subjetivación que ha cristalizado y cristaliza emergente en todos nuestros niveles socioculturales. El deseo de consumo transformado en dinero sí creó y crea realidades. Individualiza. Estamos subjetivados e individualizados neoliberalmente. La vieja Concertación (¿y la nueva ahora?) lo están ya profundamente.
No puede haber funeral en medio de una fiesta permanente espectacular, que celebra su renacimiento inmortal llena de símbolos y rituales en medio de “conciertos de rock, asados, conciertos y feriados largos irrenunciables” (Podríamos agregar del fútbol y paseos interminables por los malls).
Pablo Ortuzar, provocadoramente interpela a este gobierno de izquierda incitándolo a tomar “una oportunidad histórica”, para “romper definitivamente con el lastre intelectual de la (izquierda) de la Concertación, generando una nueva visión política madura reflexiva”. Le faltó, revolucionaria, pacífica y democrática. Las revoluciones pacíficas democráticas, sí, son reflexivas.
La izquierda que gobierna hoy debiera preguntarse sobre su ser en la actualidad histórica (citando a Deleuze a través Foucault), reflexionando sobre: “¿Qué sé? (sobre el saber “verdadero” y sobre mi si-misma) ¿Qué puedo? (sobre el poder que ejerzo y ejercen sobre mi) ¿Qué soy?” (como sujeto en el flujo de subjetivación e individuación social temporal histórico y político).
Y después, hacer y pensar ética y moralmente. Debe so-pesar el profundo impacto del “lastre concertacionista” que encadenaron a sus dos piernas baldadas. Pregúntense quienes son los guardianes de la llave que les impide “hacer camino al andar” y llegar a ser “lo que prometieron cuando niños”, y al nacer. No vaya a ser (¿o, fingir?), que extraviaron la llave.
La verdadera invitación, es al velorio de una “nueva izquierda” que nunca fue, o que por lo menos, deja de ser.
Nota: A veces las llaves yacen olvidadas en el alma y el corazón. Más allá de la razón.