La chacota de los misiles.

por Luis Rafael de Las Rocas

Esta semana nos ha regalado con la más interesante chacota informativa. Es decir, nos han llenado de explicaciones diversas sobre los misiles caídos en Polonia.

El Pentágono y la OTAN dudaron de la procedencia rusa de los misiles. Los temblorosos estadistas, dirigentes y primeros ministros europeos, dijeron hay que investigar.

La Rusia de Putin dijo yo no llevo velas en este entierro de los dos polacos fallecidos.

Ahora dicen que los misiles son rusos, proporcionados por Polonia a Boludomir Zerensky para que los lanzara sobre Polonia, país miembro de la OTAN, con el objetivo de provocar la reacción del organismo por la agresión padecida por uno de sus países integrantes y escalar la guerra contra Rusia.

Aparte, los informes de la inteligencia británica señalan que los misiles son chinos y proporcionados a Boludomir por Pakistán, para que los disparara a Polonia y el humorista en el poder afirmara que eran rusos y de esa manera involucrar a la OTAN contra Putin. Así todos apuntarían el fuego contra el imbécil por su invasión a Ucrania.

Mientras tanto el viejo senil de Biden estaba preocupado del matrimonio de su nieta a realizarse en la Casa Blanca y del coctel que incluiría canapés de caviar   enviados por sus enemigos los ayatolas de Irán. De paso señaló que de los misiles se ocupen otros ociosos.

Sin embargo, la verdad sobre el origen de los misiles es otra muy diferente. Mensajes cifrados recibidos de servicios de inteligencia que no puedo revelar, me indican que aquellos misiles fueron fabricados en Chile.

En efecto se ha descubierto que Carlos Cardoen –ingeniero de minas, quien de estos asuntos ya sabemos que sabe – habitante de Santa Cruz, y famoso por las bombas de racimo que produjo para la guerra de oriente medio, ha logrado producir unos misiles de mimbre de Chimbarongo que son los que, efectivamente, están cayendo allá en la zona de conflicto.

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