Desde siempre los mercados han sido un lugar privilegiado en los pueblos.
Es en este lugar de trueque donde se encuentran los productos de la tierra, donde se va forjando la historia de grandes civilizaciones, tan distintas como la griega, la maya, la fenicia o la azteca.
El mercado de la ciudad de Arica también tiene una historia que contar, en la que se funde el misterio y la historia, el mito y la realidad, en medio del casco antiguo de la ciudad.
Caminar, andar el mismo camino que los antiguos habitantes de Arica, de aquellos que ya se fueron. Escuchar sus voces, los ecos adormecidos entre las paredes, entre tantas y tantas historias, entre tantas y tantas leyendas.
Dicen que los mercados cobijan historias y que sus paredes nos gritan en silencio.
Recorrer cada uno de los pasillos del Mercado Viejo, como le llaman nuestros abuelos, es adentrarse en nuestra historia; respirar tiempos antiguos, saberse parte de un lugar mágico, adentrarse en sus aromas; volver a revivir antaño.
Cuentan que hace muchos años el cuidador del mercado, un señor de apellido Benítez, en las noches escuchaba voces y murmullos y veía pasar un perro blanco, que después se esfumaba..
Don Ricardo Castro, un antiguo ariqueño y estudioso de este tema, nos relata:
“El sereno que trabajó aquí hace como 30 años atrás, decía que en todas las noches cuando él salía a recorrer el mercado, él veía un perro blanco, o sea que se le aparecía, y bueno y desaparecía, justo cuando se escuchaban voces y murmullos, en el viejo edificio”.
Sin embargo, en esa oportunidad ocurrió lo de siempre…nadie creyó.
Pasarían muchos años, y en la década del 70, del siglo pasado, se realizaron ciertas excavaciones y descubrieron que lo que había escuchado el señor Benítez, no era producto de su imaginación o de la soledad, pues en ese lugar se encontraron armas y osamentas, que en ese entonces, fueron atribuidas a restos de la Guerra del Pacífico.
Fuentes históricas nos relatan que:
“Para el año 1877 aproximadamente, cuando se escuchaban ciertas noticias de posible guerra, entre Chile y Perú, el gobierno peruano, determinó construir este edificio que ustedes pueden ver en la actualidad con los restos de los del edificio de la Aduana de Arica, y rescataron las columnas de fierro forjado, que arrasó el maremoto de 1868 del viejo edificio, para instalarlas en el edificio que hoy acoge al “Mercado viejo”, que en ese entonces alojó al regimiento Junín.
Entonces el habitante de Arica urdió un cuento, en la que se mezcló la leyenda con la historia y la tradición.
Sin embargo, no todo estaba dicho, ya que el año 1991 durante el desarrollo de una excavación, quienes participaron en ella se asombraron al darse cuenta que tres metros más abajo del Mercado viejo, se encontraba el Convento de San Francisco, que existió entre los años 1712 y 1868.
Precisamente, 13 de Agosto de ese mismo año, dicho Convento fue derrumbado por un terremoto y un posterior maremoto.
Don Ricardo Castro nos comenta:
“Entonces en este Convento donde vivían los monjes franciscanos con los diferentes monasterios y conventos que existían en la época colonial de Arica. Y la comunicación la tenían por debajo de la tierra, por los túneles”.
Una historia subterránea se tejía en los días del Convento de San Francisco, un camino que llevaba a la Iglesia de La Merced, otro que llevaba a la Iglesia de la Matríz y otros que llevaban a distintas partes, nos muestran como mucho antes que nosotros llegáramos a estas tierras, una ciudad oculta con caminos subterráneos, frailes y pilas bautismales convivían en las tierras del Valle de Azapa.
Hoy se nos asegura que ésa es la verdadera historia de las voces y murmullos que escuchaba el señor Benítez.
Si usted pasa después de la medianoche por el mercado viejo, y se detiene a mirar su interior, no se asombre si escucha una letanía de cantos gregorianos.
Sin embargo, aún no está dicha la última palabra, y los monjes franciscanos siguen a la espera, de que revelemos sus secretos.
8 comments
Rescatar historias de nuestro pasado histórico y humano tiene un valor poderoso para reconocernos,para saber de nuestros antepasado ,atraves de mitos y leyendas que sin dudas corresponden a hechos históricos.Por tanto notable es tu labor Hermann Mondaca,te aplaudo,gracias
Excelente relato condensado, de uno de los muchos misterios legendarios, qué guarda Arica, enclavada en una superficie de cementerios.
Estimado Hermann excelente trabajo histórico que sobre insospechadas proyecciones sobre lo que tu llamas la ciudad subterránea, Arica es la Roma, Jerusalén, Belén, etc donde la historia milenaria está intacta bajo tierra. Mentes inquietas y brillantes cuidan de ella. Gracias colega.
Me remontó a historias familiares de entierros y los túneles en ese sector donde nací.
Gracias por vuestras generosas opiniones, querida Adriana y querido Nicolás.
Abrazos agradecidos, Hermann Mondaca Raiteri
Interesante el relato acerca del mercado central. Enhorabuena por recuperar estás memorias del Arica de antaño. Gran abrazo Hermann.
Admirable relato escrito por una pluma admirable. Felicitaciones Mancho querido!
Muchas gracias por sus palabras, querido Carlos Aguilera. Y estimados Juan Pancracio Morales y estimada priana Torres Moscopulos.