Si J.A.K no estuviera en Republicanos, yo tampoco…afirma su nueva estrella constitucional, Luis Alejandro Silva Irarrázabal. Los une la lealtad y admiración incondicional al legado de Pinochet. Los crímenes de lesa humanidad no cuentan en su íntima atmósfera y ambos aborrecen que el fenecido dictador sea convenientemente ignorado por connotados civiles que profitaron de su régimen durante 17 años, sólo para eludir el eco bochornoso de sus multimillonarios robos al erario nacional repartidos en cuentas clandestinas de paraísos fiscales. “Si Pinochet estuviera vivo votaría por mí” afirmó orgulloso Kast en su primera aventura presidencial y Silva proclama ahora jubiloso el carácter de estadista del augusto tirano, cuando se cumplen 50 años de su sangrienta irrupción.
El presidenciable republicano– hijo de un ex oficial de la Wehrmacht, militante del Partido Nazi alemán – es católico practicante, fiel del movimiento apostólico Schoenstatt y orgulloso padre de nueve hijos. Luis Ignacio, su privilegiado compañero de ruta, celebra aún la primera mayoría nacional como consejero constituyente en su calidad de numerario del Opus Dei, célibe, casto y puro por vocación desde que cumplió sus 21 años en 1999. Toda una decepción para centenares de tincudas votantes que, ignorando aquella condición, apoyaron entusiastamente la candidatura del “profe Silva”, como agradece le digan sus alumno(a)s de Derecho Constitucional en la Universidad de Los Andes. Para el mayor de los Silva Irarrázabal no ha sido fácil la relación más que áspera con sus hermanos desde que abrazó públicamente la furia republicana. Cuentos de familia que poco importan, pero los hay caray porque el implacable numerario suele irse de lengua ante la menor provocación.
La ocasion ha sido más que propicia para el despliegue mediático del locuaz constituyente que desata su verbo sobre ideologizado más allá de las reanimadas conveniencias presidenciables del propio J.A. K.
Las cartas están desplegadas, con el aliento de cercanas voces expertas que lo vienen asesorando como joven promesa republicana, destacando entre ellas la irascible exconstituyente Marcela Cubillos. Mientras otros se empeñan en moderaralo, como sucede con el connotado y siempre flotante gremialista Gonzalo Cordero, que le aconseja a Silva Irarrázabal transitar convenientemente de la academia a la política, evitando insistir en sus desatados elogios al dictador cuando se cumple medio siglo del golpe de estado, suceso en que el entusiasta numerario no tuvo flauta que tocar.
Sin embargo los principios originarios de estos triunfantes republicanos tiran tan fuerte como los de un “elegido de la fuerza”. Imagen que inspiró a sus publicistas para que maestro y discípulo grabaran juntos aquel video en la reciente campaña electoral. Lo hicieron disfrazados de personajes de Star Wars:”Que la fuerza te acompañe” decía Kast. “Gracias, maestro” respondía Silva, agregando “pero no hay que olvidar la fe”. Ambos sosteniendo sables láser, miraban a cámara, despidiéndose, avasalladores: “con la fuerza y fe somos invencibles”.
Fiebre de incondicionales…Tanta que llevó a sonrojarse al Colorado Edwards.