“Empecé a los 40 años. ¡Antes no podía! Tenía cuatro hijos, debía criarlos sin marido, no tenía tiempo para escribir. Fue cuando conocí a mi segundo marido y encontré una calma y un equilibrio. Como dice Sartre: ‘Entre vivir o escribir, hay que elegir”, Maryse Condé.
Y como el verano es propicio para ponerse al día en lecturas y también para darse tiempo para echar una mirada a los medios digitales extranjeros que siempre nos aportan, pero que tarde, mal o nunca miramos por la prisa con la que vivimos día a día -aun en confinamiento- cayó en mis manos o ante mis ojos un reportaje sobre Maryse Condé y me atrapó desde el inicio.
La ganadora, fue la escritora guadalupeña Maryse Condé, autora de una veintena de novelas y que en sus obras se ha ocupado en forma preferencial del colonialismo y sus tremendas consecuencias.
Poco recordaba, porque la memoria es frágil y un par de años transcurridos entre estallido y pandemia, han borrado de nuestra mente hechos acaecidos recientemente y que no están directamente relacionados con ellos. Así, de golpe y porrazo recordé el año 2018 y el escándalo que sacudió a la Academia sueca previo a la entrega del Nobel de literatura… escándalo sexual y de uso y abuso de influencias que derivó en que, una de las pocas veces en la historia del premio (las otras fueron con ocasión de las guerras mundiales) éste no se otorgara. Renunciaran un gran número de miembros de la academia y se decidió que, al año siguiente, el 2019, se entregarían juntos el correspondiente a 2018 y el del 2019. Fue tal el escándalo que un grupo de intelectuales suecos financiados gracias a una campaña en redes, creó la Nueva Academia que agrupó a más de un centenar de miembros, narradores, bibliotecarios y artistas suecos, con la misión de garantizar que ese año se concediera un premio internacional de literatura y luego se disolviera. La ganadora, fue la escritora guadalupeña Maryse Condé, autora de una veintena de novelas y que en sus obras se ha ocupado en forma preferencial del colonialismo y sus tremendas consecuencias.
Condé, poco conocida por estos lados, recibió este premio alternativo, aunque nunca ha merecido la atención ni del Goncourt ni de ninguno de los otros premios que consagran carreras en Francia. Maryse nació en Guadalupe, territorio de ultramar francés y tiene por ende la nacionalidad francesa. Creció entre París, Guinea-Conakry y Ghana. Tanto en Europa como en África la hicieron sentir diferente, pudo palpar lo que ha sido y es la negritud en su camino a consagrarse como una de las grandes voces actuales de las letras francesas.
pudo palpar lo que ha sido y es la negritud en su camino a consagrarse como una de las grandes voces actuales de las letras francesas.
Sus padres fueron víctimas de las ideas coloniales porque querían demostrar que los negros podían comportarse bien. Ella era la menor de ocho hermanos de una familia de la burguesía negra de Pointe-à-Pitre. Sus padres eran funcionarios franceses, importantes en Guadalupe y tenían la oportunidad de viajar con frecuencia a la metrópolis. «No sabían que eran negros, se dieron cuenta al llegar a París. Yo lo descubrí un poco antes, a los 16 o 17 años, cuando me fui a vivir sola allí, a estudiar el bachillerato y luego en la Sorbona» explica la escritora en una entrevista. Su padre era banquero. Su madre, maestra. Se consideraban “supernegros”, negros que barrían sus orígenes bajo la alfombra y aspiraban ser más franceses que nadie. En París descubrieron que eran nadie para la sociedad francesa.
“Me creía fea por ser negra, veía a una chica blanca y rubia en la iglesia y me maravillaba, eso es la alienación”
Maryse se casó en primeras nupcias con un actor y tuvo cuatro hijos a los que debió criar sola. Recién empezó a publicar sus obras cumplidos los 40 años, porque como ella declara, estaban los hijos que mantener, sin marido, y eso marcaba las prioridades… Luego, conoció al que sería su segundo marido, y su vida cambió: “Es ahora, cuando soy vieja, que la vida es fácil. No tengo problemas de dinero. Mis hijos son adultos. Para mí, vivir significa ser un poco infeliz y pelear, todo el tiempo”, cuenta en una entrevista reciente, sentada en un confortable sillón en su casa en las afueras de un pueblo de la Provenza francesa.
“Francia era profundamente racista, los niños franceses rechazaban sentarse junto a los negros en el metro. Los padres hacían comentarios como ‘qué mona esta negrita”, recuerda Condé. “Allí me di cuenta de que yo no era como los franceses. Antes no sabía quién era. Lo descubrí en París”.
Reconocida feminista y activista difusora de la historia y la cultura africana, escribió su primera novela a los 11 años y se ha destacado por su productividad como autora y su versatilidad para escribir ficción histórica, cuentos, novelas, ensayos y otros géneros. Obtuvo un doctorado en Literatura comparada en la Sorbona Nueva, París y es especialmente conocida por su novela Ségou y su continuación Ségou II que tratan sobre el Imperio de Bambara en el Malí del siglo XIX, la memoria y el entrecruce de estos pueblos, de sus dioses ancestrales. La diáspora.
Su último libro, La Deseada, es una novela de secretos familiares y de búsqueda de la identidad protagonizada por tres generaciones de mujeres y transcurre entre Guadalupe, París y Estados Unidos. Es una puerta de acceso a una obra en la que la vida de la autora y sus ficciones se confunden, como pueden comprobar quienes lean Corazón que ríe, corazón que llora y La vida sin maquillaje, los libros de memorias de Maryse Condé, recientemente reeditados en España.
El presidente Macron le entregó la Orden al Mérito de la República francesa en uno de los últimos actos públicos previos al primer confinamiento de la pandemia. En la ocasión, Macron declaró que … “Siempre me ha apasionado África y ella forma parte de los escritores que me han enseñado qué es África. Me conmueven los combates que ha librado y, sobre todo, esta especie de fiebre que la empuja, esta indisciplina, esta desubicación permanente…”
Todos sus personajes, todas sus historias tienen algo de ella y de su historia. “Escribir es tomar su propia vida y rehacerla de acuerdo con los sueños y deseos secretos de una”, reflexiona. Ella es la madre y la hija de La Deseada, el nombre de la isla en el archipiélago de Guadalupe que Colón avistó, y el símbolo de un origen oculto y de un mundo soñado. En Ségou, la saga épica del África precolonial que la lanzó a la fama en los ochenta se entrevé el descubrimiento sin idealismo ni nostalgia del continente de sus ancestros. Yo, Tituba, la bruja negra de Salem, su novela más celebrada en Estados Unidos narra la historia de la esclava negra de la isla de Barbados condenada por brujería en los famosos juicios de Salem. “Soy yo si hubiese vivido en otra época”, resume; y La colonia del nuevo mundo está ambientada en la ciudad caribeña de Santa Marta, a la que llegan unos adoradores del Sol, con el sueño de fundar una nueva religión…
Sus libros, con expresiones en criollo, translucen influencias de Mishima, Duras, Yourcenar, Virginia Woolf, Thomas Hardy… y reflejan diferentes momentos de la experiencia negra en el mundo. En España tiene parte de su obra traducida.
Condé pertenece a la categoría de escritoras que primero vive y después escribe; primero sufre y después crea. África le ofreció una educación que le proporcionaría la materia primera que alimentaría sus ficciones y relatos desde su primera novela, Hérémakhonon, de 1976, hasta la más reciente, Le fabuleux et triste destin d’Ivan et d’Ivana, publicada en 2017 y no traducida al castellano.
Hoy, Maryse se desplaza en una silla de ruedas y firma sus libros con un tampón afectada por el Parkinson que está haciendo estragos en su salud, pero no impide que siga escribiendo incansablemente y desde que obtuvo el Nobel alternativo, los dos años siguientes ha sido incluida en la nómina de los candidatos a obtener el galardón oficial. ¿Será posible que un día tengamos a esta escritora ostentando los dos premios?
desde que obtuvo el Nobel alternativo, los dos años siguientes ha sido incluida en la nómina de los candidatos a obtener el galardón oficial. ¿Será posible que un día tengamos a esta escritora ostentando los dos premios?