“Nuestra auténtica locura es la coexistencia pacífica de opciones radicalmente diferentes”.
La posibilidad de que el país colapse. Una amenaza existencial global que coexiste con múltiples posibilidades catastróficas, superpuestas a la vez.
Sin embargo, esta idea amenazante y miedosa, coexiste con desear y pensar sobre las vacaciones de invierno baratas o fuera del país y que el mal tiempo no las arruine. Coexiste con la salida (demasiado política) del fiscal Cooper. Con las propuestas sobre el aborto y la eutanasia. Con los autoritarismos populistas (¿qué convergen?) de izquierda o derecha. Con la guerra cultural entre el progresismo y las derechas. Con la propuesta de Paz en la Araucanía y la mantención de actos terroristas. Con una percepción negativa de la democracia de casi un 50% del pueblo ciudadano y una alta preferencia autoritaria para el control de la seguridad. Con la anarco-bomba, los programas de las candidaturas…y mucho más. La locura consistiría en que todos estos hechos, “no nos importan en realidad”. Tan solo, nos importaría “de verdad” nuestra vida cotidiana. Donde se nace, se sobrevive, se vive, se ama, se trabaja y se muere.
“Vivimos en una era de la superposición de visiones universales de progresos. Cada una de las cuales conduce a un futuro inevitablemente distinto”. En nuestro caso convivimos con visiones locales y micro fragmentadas del progreso que incorpora las catástrofes posibles.

Zizek, propone que todas estas posibilidades del mundo político y sociales económicas, se superponen de una manera holográfica. La resolución de cualquiera de esas posibilidades en hechos de realidad, “atrapa y contiene el patrón de interferencia de otras posibilidades perdidas (que subsisten como posibilidades de sentido), cuando se hace realidad una de ellas en su estado final. Diferentes futuros se tambalean a la vez, al borde del colapso y la consolidación”. Una auténtica locura. Traslada entonces la reflexión primera sobre el progreso que queremos y de quien tiene el poder para definirlo: “Consideremos el dolor. Consideremos la izquierda (y la derecha). Consideremos el progreso”. Progreso como “desarrollo interno de un sistema, con la actualización de sus potencialidades”. En realidad, aclaro, potencialidades de todas las personas, del pueblo ciudadano, materiales y espirituales. El progreso depende entonces del sistema y medios que se elijan, donde destaca entre otras, las posibilidades siguientes:
Un progreso de crecimiento económico tecnocrático liberal, producto de la “mercancía capitalista ideal” (ligada al deseo ilimitado, insaciable y placentero que oculta el deseo de bienestar espiritual presentado como producto de consumo. Pero, asociado a un “sufrimiento humano a que conduce, efectivo, adictivo y lleno de efectos secundarios” deletéreos ecológicos y sociales. Sistema que sólo podría prosperar, a través de su “propia auto socavación y auto revolución” por su ligadura al deseo.
O, un progreso a través del “comunismo del decrecimiento” del filósofo marxista Kohei Saíto: “Un decrecimiento ecosocialista a través de un decrecimiento mediante una reforma democrática del trabajo y la producción: la transición hacia la economía del valor de uso, contra la sociedad de la opulencia. La reducción de las horas de trabajo en favor de una mejor calidad de vida (ya realizada en Chile). Que las tareas de cuidado se compensen conforme a su valor e importancia” (en proceso actualmente). Decisiones laborales en mano de clientes que realmente necesitan de un producto…”. Pero, “con crecimiento en áreas de educación, sanidad, viviendas adecuadas, infraestructura energética e hídrica en regiones y países más pobres…favoreciendo iniciativas locales y municipales…” Propuesta fundamentalmente racional materialista y, de un humanismo principalmente ateo.
Zizek dixit: La respuesta yacería en aceptar el futuro catastrófico inevitable, imaginado /determinado, (que ya “no podría ser peor”), reescribiendo el pasado que conduce a un nuevo futuro a partir de este. “Recordar la contingencia y asumir el futuro con conciencia plena y dolorosa de nuestras limitaciones” (conteniendo el exceso de deseo). Con fe, esperanza y colaboración… El bienestar material espiritual de todos sería el de uno, y el de uno, de todos.
Citas de “Contra el progreso”; Zizek 2025.