¿Qué valor tienen las humanidades?

por Dante Cajales Meneses

No fui un niño precoz que anduviera con libros bajo el brazo a temprana edad, pero reconozco que fui en mi adolescencia un joven muy hormonado de literatura. Debí tener unos 17 años cuando leí a Víctor Frankl la primera vez. Recuerdo que me pasé ese verano leyendo “El hombre en busca de sentido” Me impactó profundamente el final: Después de todo, el ser humano es ese ser que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha entrado en esa cámara con la cabeza en alto y el padre nuestro o el shema Yisrael en sus labios.

Después de todo existen percepciones erróneas

Existe una percepción generalizada de que las humanidades son un área que no aporta valor productivo. Otros sostienen ver en las humanidades un valor formativo muy potente, pero que no encuentran en ellas un valor práctico, un importe económico. Ya, ok, me encantaría estudiar filosofía o quisiera ser poeta, pero de qué me sirve, qué posibilidades de empleabilidad tengo al escoger una u otra opción. También está la sensación de que los humanistas leen muchos libros, que, a diferencia de las carreras científicas y/o técnicas, las carreras humanistas te ayudan a ti como persona, pero no forman parte de lo que podríamos llamar esa capacidad de generar ingresos para sostener un hogar; para pagar la escolaridad; un dividendo; la cuota de algo; etc. Pero, ¿qué diferencia lo uno de lo otro?

El valor de la conversación

El valor intrínseco de las humanidades es el del diálogo, la argumentación. Preguntémonos si no es resultado, la desinformación: la cultura de la cancelación; el encierro en una burbuja de los grupos humanos con un mismo modo de pensar.

Tengo la convicción de que las humanidades son fundamentales para la construcción de la ciudadanía; de la comunidad. La mirada actual solo apunta a esa relación de vender y comprar. Es lo que interesa, porque es productivo y genera valor monetario. Fundamento de sobra para considerar “inútiles” las horas de historia; filosofía; literatura; educación cívica; arte. ¿Cuál su la relevancia entonces?

No podemos seguir tomando decisiones personales y colectivas sin tener conocimiento de una mirada global de las cosas. No podemos seguir dialogando con las mismas personas, con quienes converso de lo mismo y nos reunimos en torno a creencias comunes. No podemos, continuar cerrando los grupos con un mismo pensamiento y que no dialogan con los otros, que solo generan una ilusión de unanimidad, y no se exponen a lo distinto, a voces opuestas, porque la diferencia complejiza o insegurisa. Sucede mucho en literatura; no aceptas la crítica si ésta no es complaciente.

En esta reflexión, quisiera considerar que para que el humanismo sea un camino social para la paz, el desarrollo, el crecimiento cultural, y, por cierto, el progreso económico, es preciso y urgente potenciar el conocimiento en todos los sectores de la vida. ¡Todos! pero no de forma aislada, parcelada: las ciencias médicas, acá; y las ciencias sociales, allá.

Cómo tenemos que enseñar las humanidades hoy día

Hace unos años habíamos naturalizado que el hombre salía a trabajar y la mujer tenía cierto rol, y las niñas y los niños tenían que saludar de besos a personas desconocidas, ¡eso ha cambiado! Y entendemos que puede, y debe tener otro rol. Las humanidades te invitan a ver eso, o cómo nos comportamos frente a la IA hoy día, que está asumiendo muchas funciones que antes eran vistas como capacidades humanas. Por ejemplo, la creatividad era vista como algo muy humano. Y hoy día la IA recoge todo lo que está en la red y hace una pintura, un poema. La pregunta es ¿qué hacemos con eso?

La deuda de las humanidades en la enseñanza es algo que debemos cambiar. Que menos personas se vayan a otras áreas que no sean las humanidades, tiene que ver con lo que recibieron en su educación inicial, primaria y secundaria. Otro factor diferenciador es la calidad de la enseñanza de las humanidades entre la educación pública y la privada. ¿Cómo tenemos que enseñar las humanidades hoy día? ¿Qué deberíamos enseñar? ¿Cuál es su rol en la cultura actual? Estas son preguntas súper importantes que nos debemos hacer permanentemente frente a lo nuevo que estamos viviendo.

La gestión que se defina integral, moderna y eficiente, sea ésta pública o privada. En su diseño, en el currículo, tiene y debe pensar cómo integrar y qué le va a enseñar a los estudiantes de pregrado, en humanidades, en ciencias sociales, en literatura, durante la educación inicial, básica y media, y cómo va a recoger esos aprendizajes en la educación técnica o universitaria, e inclusive, en el trabajo. ¿Enseñarle que conozca qué es y cómo funciona un algoritmo? Por qué no. Los algoritmos también funcionan como un lenguaje. Necesitamos que las ciencias dialoguen e interactúen entre ellas. 

Después de todo

De qué nos sirve sacarnos una foto en Turquía, en el Empire State, en Indonesia, o en Egipto con las pirámides detrás, y postear “estuve aquí” si no somos capaces de abrir nuestra mente y nuestra percepción y valoración de lo distinto, de lo diferente a uno, en nuestra propia tierra. Después de todo, el ser humano es esa persona junto a otras que hoy vi en un vídeo de Instagram, eufórica, tratando de sostener una manta tirante para salvarle la vida a otro ser humano, que intentaba arrojarse desde un cuarto piso. Después de todo, el amor entre humanos, hoy, evita todo lo que puede herirle. Con el amor se sortea herir o ser herido. Pero para amar o ser amado no hay más remedio que arriesgarse. Después de todo, querido lector; todos y todas estamos aquí; agnósticos, judíos, moros y cristianos, para conversar.

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1 comment

Maria Teresa Díaz Espina julio 25, 2024 - 4:59 pm

Excelente aporte a nuestra reflexión diaria.. concuerdo totalmente con el escrito, con el escritor????????

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