Recordando a Jacques Chonchol

por Pedro Felipe Ramírez

Ha fallecido Jacques Chonchol. La persona que lideró el proceso de transformación más importante de nuestra sociedad desde nuestra independencia: la Reforma Agraria.

Estudió agronomía en la Universidad de Chile, recibiéndose de Ingeniero Agrónomo en 1949. Posteriormente se doctoró en viticultura y estudió ciencias políticas en la Universidad de Paris. Más tarde estudió economía agraria en Londres.

Ya en Chile, trabajó en los Ministerios de Tierras y Colonización y de Agricultura.; también en la CORFO y ocasionalmente hizo trabajos para la FAO.

Inició su obra más significativa en 1964, cuando el presidente Eduardo Frei Montalba lo nombra a cargo del INDAP, para desarrollar un vasto programa de apoyo financiero y técnico a los pequeños agricultores y de sindicación de los campesinos que trabajaban en los grandes fundos y latifundios, ya como inquilinos o afuerinos, emulando el sistema medieval de explotación de la tierra. Y fue el principal redactor de la ley de reforma agraria N°16.640 que se promulgó en lulio de 1987, que vino a sustituir la ley N°15.020, dictada en el gobierno del presidente Jorge Alessandri en 1962.

Era el inicio de un proceso de cambio fundamental que duró hasta el final del gobierno de Salvador Allende.

Durante ese período, entre 1965 y 1970, fueron expropiados en todo el país 1.319 predios con un total de 3.408.788 hectáreas.

Fue en esos años que conocí a Jacques. A pesar de la enorme fama que tenía en el PDC, por su nivel intelectual y la tarea que realizaba en el Gobierno, siempre vi en él a un ser humano sencillo y acogedor. Y a pesar del odio que le procesaba la derecha del país, nunca le divisé el menor rencor hacia ellos. Con tranquilidad sabía que cumplía una tarea necesaria para el país.

Una tarea patriótica; que en primer lugar daba al campesinado una dignidad que nunca había conocido, al saberse ahora dueños de la tierra que trabajaban, permitiéndoles elevar su nivel de vida y una mayor educación y futuro para sus hijos. Entonces la pobreza en que vivían era indescriptible. En segundo lugar, poner millones de hectáreas improductivas a producir alimentos para darle al país seguridad alimentaria, ahorrar millones de dólares en importación y generar otro tanto en exportación.

Avanzado el Gobierno de Frei, fueron surgiendo en el PDC sectores críticos a la gestión de éste, argumentando que, más allá de la prometida reforma agraria, su acción estaba fortaleciendo al sistema capitalista imperante en el país, un capitalismo más moderno, pero capitalismo al fin. Y que había que avanzar hacia una política económica que combatiera el dominio de los grandes monopolios y fuera ampliando la participación de los trabajadores y fórmulas colectivas de propiedad y gestión de las empresas. Dos sectores críticos se generaron, primero los rebeldes y más tarde los terceristas. A estos se incorporó Jacques.

A principios de 1967, el presidente del PDC, Patricio Aylwin, con el objeto de encontrar un acuerdo unitario entre todos los sectores, forma un comité de siete personas constituido por representantes de estos dos grupos y también de oficialistas, que era el sector de quienes respaldaban al presidente Frei sin mayores cuestionamientos, comité que debía proponer un programa de consenso para la acción del gobierno en los siguientes últimos tres años de gestión. Este comité fue presidido por Chonchol y emitió unánimemente un informe llamado Proposiciones para una Acción Política en el período 1967-1970 de una Vía No Capitalista de Desarrollo, que fue propuesto al Gobierno por una nueva directiva, presidida por el senador Rafael Agustín Gumucio, que fue elegida en junio de ese año en una alianza de rebeldes y terceristas. Informe que Frei rechazó y que generó una fuerte disputa con la nueva directiva del Partido.

Este conflicto se agudizó hacia fines de año al proponer el Gobierno un proyecto de reajuste de remuneraciones que obligaba a los trabajadores a capitalizar el 50% de éste en bonos de inversión que administraría el propio Gobierno y que fue rechazado ampliamente por las organizaciones sindicales. La directiva de Gumucio nombró una comisión para hacerle indicaciones al proyecto en el Parlamento, comisión en la que estábamos Jacques y yo, que para entonces servía el cargo de gerente del Servicio de Cooperación Técnica de la CORFO. El Presidente decidió que se nos exigiera renunciar a la comisión, en vista de ser ambos funcionarios de su confianza, o dejar nuestros cargos. Ante la fuerte protesta de Gumucio por esta decisión, Frei retiró el pedido y Jacques se mantuvo en su cargo, pero el ministro de Economía Edmundo Pérez, del cual yo dependía, se opuso a ello y me vi obligado a renunciar. Ciertamente la renuncia obligada de Chonchol, dada su enorme significación política, habría generado un quiebre definitivo Partido-Gobierno.

Jacques siguió en su tarea en el INDAP hasta mayo de 1969, ocasión en la que se realizó la Junta Nacional del PDC citada para nominar a su candidato presidencial para 1970 y su estrategia de gobierno, en la que se enfrentaron dos posiciones: una presentada por los oficialistas denominada camino propio; la otra por Radomiro Tomic y respaldada por rebeldes y terceristas, denominada unidad popular. Debido al triunfo de la primera, los rebeldes renunciaron al PDC y con ellos Jacques Chonchol. Un par de semanas después, los renunciados formaron un nuevo partido: el Movimiento de Acción Unitaria Popular, MAPU, integrándose a la Unidad Popular formada por los partidos de izquierda.

Chonchol es propuesto a esta alianza por el nuevo partido como precandidato a la Presidencia, renunciando finalmente a favor de Salvador Allende.

Después que el MAPU tiempo después se declarara partido marxista-leninista, renuncia a este partido y junto a los senadores Gumucio y Alberto Jerez más el diputado Julio Silva, se incorpora a la Izquierda Cristiana hasta su disolución 40 años después.

Al asumir, el presidente Allende lo designa ministro de Agricultura para continuar y acelerar el proceso de la reforma agraria. Dos años después, una mayoría constituida por parlamentarios de la Democracia Cristiana y los partidos de derecha, que ya constituían un sólido bloque de oposición al Gobierno, lo acusa constitucionalmente y el 2 de noviembre de 1972 es reemplazado por Rolando Calderón. Pero él ya había impuesto un mayor ritmo de expropiación. Para 1973, el gobierno de Allende había expropiado 4.329 predios a latifundistas con un total de 5.902.059 hectáreas.

Después del golpe de estado de 1973 se asila en la embajada de Francia donde después de nueve meses viaja a Venezuela, para vivir su exilio en el país europeo, donde se desempeñó como director y profesor del Instituto de Altos Estudios sobre América Latina, en la Universidad de París, hasta su retorno a Chile en 1994.

Desde entonces siguió manteniendo una postura crítica al neoliberalismo y siempre estuvo actualizado en el tema agrícola y alimentario, no sólo de Chile y de América Latina, sino mundial.

En su último libro Por una Nueva Reforma Agraria para Chile plantea la necesidad de recuperar el control público de las aguas y lograr la seguridad alimentaria; critica el monocultivo forestal y propicia la agricultura familiar y la devolución de tierras al pueblo mapuche.

Luis Maira escribió a su muerte estas letras que interpretan a muchos de quienes fuimos sus amigos y compañeros de lucha:

Jacques fue una persona fundamental a la hora de elegir los valores de mi vida de un modo que lo convirtió en uno de los maestros de mi generación.

Fue un hombre profundo, comprometido y generoso con su idea de un país más justo, y entendió que no progresaríamos mientras se mantuvieran los resabios medievales y el abuso en la vida de los inmensos e improductivos latifundios que condenaban a más de la mitad de los chilenos a una vida carente de justicia y dignidad

Fue capaz de dedicar su vida entera a esta causa en América Latina y sin duda su contribución fue decisiva para que Chile mejorara su estructura agraria y dejara de dilapidar los cientos de millones de dólares que nuestra tierra era incapaz de producir, y que nos obligaba a traer del exterior los alimentos y materias primas que estábamos en condiciones de producir en nuestro suelo.

Aprendí de Jacques Chonchol que los compromisos fundamentales de la vida, como el suyo, se sirven cotidianamente y el ejemplo es mejor si va acompañado de la cordialidad y el afecto hacia los que luchan por hacer de su país una sociedad más equitativa y solidaria

Echaremos de menos a Jacques, su periódica conversación siempre teñida de optimismo y esperanza. Y tengo la profunda convicción que la historia de Chile hará justicia a su infatigable compromiso.

También te puede interesar

1 comment

Pncho Zeta. octubre 12, 2023 - 5:53 pm

Buen y bello texto de homenaje a uno de los grandes de la historia del último siglo

Reply

Deja un comentario