Sebastián y su disfrute bipolar

por Frank Kotermann

Por Frank Kotermann

Seguro de estar librando de la imputación por crímenes de lesa humanidad durante el estallido social, en la causa conducida por la fiscal Ximena Chong que lo interrogó durante dos extensas jornadas, recientemente se relajó junto a Cecilia participando como uno de los exclusivos asistentes a la versión 38 de Sun Valley, compartiendo con grandes pares multimillonarios como Bill Gates, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y otras celebridades del empresariado mundial, con los que disfrutó fotografiándose en el lujoso resort.

A fin de cuentas, nada de mal le ha ido a Sebastián en sus osados negocios, moviéndose en la delgada línea roja de la legalidad transitada desde su inicial movida en el Banco de Talca hace exactamente 41 años- sólo fue encargado reo – hasta las recientes incursiones en el top ten de multimillonarios, involucrando a sus esforzados hijos y en compañía de próceres de las finanzas como el “Choclo” Délano, con quien selló la compraventa de la Minera Dominga en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas.

Después del desastre de su reciente gestión presidencial – pocos recuerdan que batió todos los récords de aprobación (9% según Cadem; 6% en Cep) –instaló su centro de operaciones en el El Golf, moviendo los hilos de sus colaboradores incondicionales a buen recaudo para continuar incidiendo en la política del sector. La irrupción de J. A. Kast y sus huestes nacionalistas poco ha contribuido al rendimiento de la inversión de Piñera y su ambiguo vínculo histórico, escandaloso desde el origen, con Evelyn Mathei, lo han estimulado a reaparecer por cuenta propia y osadía en la arena política. Presumiendo más de la cuenta con el prestigio del doctor Mañalich, a quien le debe haberlo sacado del desastre durante la pandemia, ha dado algunos infructuosos palos de ciego que más bien le abren nuevos flancos de interrogantes respecto de su cálculo y lucidez política.

En los momentos más desgraciados de su gestión presidencial se especuló maliciosamente con un diagnóstico clínico que refería a un eventual “daño derivado de agnosia en la frontera occipitotemporal / corriente ventral”, en definitiva: una supuesta lesión cerebral que explicaría los palos de ciego de Sebastián. ¿Quién inventó tal falacia y para qué?…

Lo único verificable fueron sus continuos desaciertos políticos, como haber apostado a ganador por la opción presidencial de su tocayo Sebastián Sichel.

La peligrosa lengua de Sebastián

Ocioso y reiterativo sería referirse a las Piñericosas y sus orígenes clínicos. Ciertamente no cabe en esa categoría su muy reciente intervención ante el Consejo Constitucional, donde fue recibido con la caballerosidad que no le garantizó en su momento la anterior Convención Constitucional, y bajo aplausos ceremoniosos dejó abierta una interrogante más que sospechosa respecto de su gestión durante el estallido social, cuando declaró al país en guerra, en contrapunto con la percepción del alto mando del Ejército.

Sebastián, locuaz como él mismo, se refirió a la quema de siete estaciones del Metro de Santiago (más que recomendable leer el libro recientemente publicado por LOM, autoría de la periodista Josefa Barraza D. y el doctor en Ciencias Forenses, Carlos Gutiérrez A.) acción ciertamente no esclarecida y que la  entonces primera autoridad nacional describió coloquialmente: “Fue de forma simultánea, un acto absolutamente preparado, deliberado, con tecnología y organización que no conocíamos en Chile(…) De lo que pasó inmediatamente después, cómo se expandió eso, hay muchas teorías. Yo recuerdo haber invitado a todos los intelectuales a La Moneda. Una vez fueron seis, seis interpretaciones brillantes, todas contradictorias y yo estaba de acuerdo con todas. Hasta el día de hoy nosotros no sabemos”

Relato al menos insólito de quien parece disfrutar lo que emana su propia lengua. Suficiente para que la dirección de Metro de Santiago le solicitara entregar información detallada de lo que pudo recabar en esos días complicados que continúan penando su gestión y reacción ante lo ocurrido en el tren subterráneo de la Región Metropolitana.

¿El que explica se complica? Suele ocurrir con Sebastián cada vez que extiende una lengua que termina sumándole detractores que desatan en él sus propias frustraciones y pasos en falso. La lista es larga, partiendo por excolaboradores que como su exministro Mario Desbordes no se cansa de cuestionarlo “Creo que se mira al espejo y siente que es el único que puede gobernar Chile (…) yo no lo apoyaría ni a palos”.

¿Cría cuervos y te sacarán los ojos? En cualquier caso, la billetera de Sebastián no tiene estrecheces para mantener incondicionales bien considerados en su centro de operaciones del barrio El Golf.

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