Todo es, o puede parecer, surrealista.

por Francisco J. Zañartu. G

Una imagen no es un lienzo en la pared, es el 
impacto que da en el blanco de tu mente”

Roberto Matta.

Nuestra surrealidad

Quienes vivimos en el Chile de 2024, a diario nos enfrentamos a quienes clasifican nuestra cotidianeidad como situaciones surrealistas. El hecho de que el encargado de seguridad del estado sea acusado de violación, que un grupo, casi monárquico, se llame Partido Republicano, o que, en pleno siglo XXI, el congreso vete el presupuesto para que realizar operaciones de reasignación de género en casos de disforia, nos impactan el blanco de nuestra mente. De pronto caemos en cuenta que eso, aunque parezca, no es surreal sino es nuestra realidad y nos obliga a preguntarnos: ¿No será que vivimos y hemos vivido siempre una realidad surrealista?  

 El concepto surrealismo tiene millones de definiciones y en Chile muchos lo asocian a delirante, enfurecido o simplemente loco, sin embargo, revisar su significado, desde la filosofía, nos puede entregar algunas luces respecto de cuán lejos, o cuan cerca, estamos, de esa surrealidad. Esta se basa en la creación de una realidad superior al realismo y, por tanto, tiende a destruir todos los mecanismos reales. Sus ancestros ideológicos están en Heráclitoy  el marqués de Sade, sin embargo, su mayor referente está en las leyes psicoanalíticas de Sigmund Freud que trabaja sobre el sueño y el subconsciente. 

 En nuestra realidad cotidiana, a diario nos vemos somos subsumidos por actitudes inconscientes que tienden a destruir lo que nos entrega la realidad. 

 Desde el punto de vista estético, el surrealismo intenta expresar el pensamiento sin la intervención reguladora de la razón y, por tanto, es ajena a toda preocupación moral, además ambiciona sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática de la conciencia.

El 15 de octubre de 1924 aparece el primer manifiesto surrealista escrito por André Breton (1896 – 1966), originalmente redactado como un prefacio para el libro Poisson soluble. En él se propone: 


Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral.

La poesía surrealista se nutre de la dialéctica y encuentra sus precursores en Arthur RimbaudAlfred Jarry o Lautréamont. En la pintura, su precedente más antiguo es el de Hieronymus Bosch el Bosco o la pintura metafísica de Giorigio de Chirico. Sin embargo, su precedente más inmediato es el dadaísmo de Tzara.  

Cabe destacar que este movimiento artístico nace en un periodo dramático en Europa, la interguerra, y fue acuñado por el poeta francés Guillaume Apollinaire (1880 – 1918) que es herido de gravedad en la cabeza durante la guerra. Este, dos años después, escribe su obra “Las tetas de Tiresias. Obra de teatro surrealista” donde cuenta la historia de Teresa, que cambia de sexo para obtener el poder entre los hombres. Su objetivo es alterar las costumbres, rechazar el pasado y establecer la igualdad de sexos. (Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia).

El mundo vive la época de los ismos, en 1909 aparece el manifiesto futurista de Tomasso Marinetti y en 1916 surge, en el café Voltaire de Suiza, el Dadá con Tristán Tzara a la cabeza. Luego surge el creacionismo de Vicente Huidobro.

Surrealismo chilensis.

Por esos años, un grupo de pintores chilenos viaja a Paris y, luego de conversar con Juan Gris, decide formar un colectivo de pintores post – impresionista que, en un ataque de creatividad, se bautiza con el mismo nombre del grupo parisino “Montparnasse” Este grupo, al igual que sus homónimos, manifiesta su rechazo al arte academicista y en lo particular se largan contra el criollismo romántico en boga en el país durante esos años. 

Entre sus participantes está el escritor y pintor Álvaro Yáñez Bianchi, más conocido como Juan Emar o Jean Emar  (1893  – 1964), quien es considerado un máximo exponente local de la vanguardia literaria de las décadas de 1920 y 1930 en el género narrativo, Junto a Paul Éluard  propone prescindir de la reflexión, de las observaciones y del análisis racional, como asimismo de las generalizaciones y otras funciones cognitivas que distorsionan el producto del pensamiento puro.

 El profesor Patricio Lizama de la Universidad Católica, ha publicado dos volúmenes respecto de la visión estética de Emar: Notas de ArteJean Emar en La Nación (1923-1927). Santiago: Ril –Dibam, 2003 y Jean Emar: Escritos de Arte(1923-1925). Santiago: Dibam, 1992.  

La historia avanza y en un acto vanguardista, en 1925, el poeta Vicente Huidobro decide abandonar Europa y se convierte en candidato a la presidencia de Chile. Se convence de que es el momento de ir por delante del resto abriendo rutas, no solo dentro de los márgenes del ámbito de lo artístico-estético, sino que debe apuntar a la cabeza del mando político.

 Obviamente Huidobro no es electo presidente de la república y algunos años después, vuelve a Paris y funda el creacionismo. En Chile se funda en el año 1938, en el liceo de Hombres de Talca, el colectivo poético surrealista ·La Mandrágora, formado por Teófilo Cid, Enrique Gómez Correa, Jorge Cáceres y Braulio Arenas. Este último, a quien Erick Polhammer le dijera Braulio Apenas, años después, en una actitud bien poco surrealista, se transforma en autor de los comunicados de la dictadura. Este grupo se declara a contracorriente del realismo y del compromiso social y se propone incorporar la poesía chilena en las líneas del pensamiento internacional.

Al hablar del surrealismo no se puede olvidar el nombre de Roberto Matta (1911-2002) llamado el último de los surrealistas. Él, al igual que Huidobro, pertenece a la aristocracia chilena y en los años 30, se recibe de arquitecto y parte a Paris. Si bien no se presenta a la presidencia de la república, su compromiso político es evidente y durante el gobierno de la UP, viene a Chile y pinta un mural en compañía de las Brigadas Ramona Parra de las Juventudes Comunistas.

 En 1934, entra a trabajar al taller de Le Corbusier y viaja a España, donde conoce al poeta Federico García Lorca. A su vez, Lorca le presentó a   Salvador Dalí que lo alienta a mostrar sus dibujos a Bretón con quien establece un vínculo que marcará su producción artística para siempre.

La estética de Roberto Matta se caracteriza por la representación de escenas fantásticas y la exploración de lo subconsciente. Sus pinturas están llenas de imágenes simbólicas y formas orgánicas que desafían la lógica y la realidad convencionalSu obra parte del surrealismo y el automatismo psíquico para liberar la imaginación y tiene un gran componente de pintura metafísica.

 Luego de este rápido tránsito por el surrealismo, revisando nuestra cotidianeidad, podríamos concluir que lo único que tiene de surrealista es que a diario nos enfrentamos a impactos que se enfrentan en el blanco de nuestra mente.

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