No estamos aquí por ser infractoras de la ley; estamos aquí por nuestros esfuerzos de convertirnos en hacedoras de leyes.
Justicia y juicio se encuentran a menudo en mundo aparte.
Los hombres hacen el código moral y esperan que las mujeres lo acepten. Ellos han decidido que es totalmente correcto y apropiado para los hombres luchar por sus libertades y sus derechos, pero no es correcto y apropiado para las mujeres, luchar por ellos.
(Frases emblemáticas de los discursos de Emmeline Pankhurst)
A fines del siglo XIX y en los albores del siglo XX, Emmeline Pankhurst, una de las grandes oradoras del género, encabezó en el Reino Unido una de las luchas más emblemáticas y exitosas para las mujeres de aquellos tiempos. En realidad, no solo para ellas, también para la sociedad moderna de iguales y para todas las que han continuado esa lucha en pos de convertir a las mujeres en sujetos y sacarlas de la cosificación de siglos. Emmeline ha sido reconocida como uno de los 100 personajes más influyentes del siglo XX, pero ella y sus sufragistas fueron en sus orígenes, ignoradas, despreciadas y vilipendiadas por la sociedad y para ser notadas utilizaron y reivindicaron todo tipo de acciones, incluso algunas muy violentas.
Manifestaciones y concentraciones cifradas ya en medio millón de participantes y convocadas a través de las encendidas arengas de Emmeline, se alternaron durante la lucha de las sufragistas con la quema de buzones, pintadas en las que se utilizaba incluso ácido, lanzamiento de piedras a escaparates y a la policía, atentados a la autoridad con bombas incendiarias, el apuñalamiento de La Venus del espejo de Velázquez en la National Gallery y hasta una acción que se cobró la vida de la activista Emily Davison cuando trataba de colgar un cartel en el caballo del Rey Jorge V en plena disputa del Derby de Epsom. Se estima que entre 1908 y 1914, los años más duros de la protesta, fueron encarceladas más de un millar de sufragistas, entre ellas Pankhurst y una de sus hijas (Sylvia).
Se estima que entre 1908 y 1914, los años más duros de la protesta, fueron encarceladas más de un millar de sufragistas, entre ellas Pankhurst y una de sus hijas (Sylvia).
Sylvia Pankhurst, su madre Emmeline y su hermana Christabel, conocidas como “Las Pankhurst”, se transformaron en emblema del movimiento feminista, por su lucha por el derecho al voto para las mujeres. Sylvia terminó, como muchas de sus compañeras, en la cárcel. Se enfrentó a los tribunales con huelgas de hambre, de sed y de sueño, y actuó como su propia abogada defensora.
Si bien Christabel continuó trabajando junto a su madre, Sylvia, finalmente, se apartó de la organización y comenzó a funcionar de forma independiente en los barrios obreros, organizando a las mujeres trabajadoras en la lucha por sus demandas. Bautizó el periódico que editaba para mujeres trabajadoras como El Acorazado de las Mujeres, en homenaje al acorazado Potemkin de la Revolución Rusa de 1905.
Bautizó el periódico que editaba para mujeres trabajadoras como El Acorazado de las Mujeres, en homenaje al acorazado Potemkin de la Revolución Rusa de 1905.
Su objetivo era claro: “Estaba ansiosa por fortalecer la posición de las trabajadoras para cuando se hubiese conseguido el voto… Miraba hacia el futuro. Deseaba levantar a las mujeres de esta clase sumergida para que se convirtiesen en luchadoras por su propia cuenta y no como mero argumento en los discursos de gente más afortunada…”.
Sylvia estaba convencida de que las demandas de las mujeres debían confluir con las de la clase trabajadora, ya que tanto unas como otros estaban excluidos de los derechos democráticos elementales. Las mujeres no eran las únicas que no podían votar, tampoco podían hacerlo los varones que fueran obreros con bajos salarios (la mayoría de la clase trabajadora).
Las mujeres no eran las únicas que no podían votar, tampoco podían hacerlo los varones que fueran obreros con bajos salarios (la mayoría de la clase trabajadora).
En 1918, finalmente, se extendió el derecho al voto a algunas mujeres mayores de treinta años; Sylvia denunció que el mismo estaba limitado y así fue hasta que en 1928 se aprobó la ley que lo equiparó con el voto masculino, además de reconocer las otras reivindicaciones civiles que abanderaban las sufragistas y forzar, de esta forma, a otros países a seguir el ejemplo.
“El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que ya ves
Es feminicidio.
Es la desaparición.
Es la violación.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. Y
la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía.
El violador eras tú.
El violador eres tú.
(El violador eras tú, Lastesis, fragmento)
Ya en el siglo XXI, casi cien años después, las mujeres continúan su largo camino en busca de igualdad y respeto. Lastesis, colectivo feminista de Valparaíso -integrado por Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres- en el marco de las protestas surgidas en medio del estallido social de 2019, realizó una performance participativa: Un violador en su camino, con el objetivo de manifestarse en contra las violaciones a los derechos de las mujeres, convirtiéndose en una de las organizaciones protagonistas de la revuelta.
El colectivo fue fundado con el propósito de llevar a la práctica tesis relacionadas con el feminismo y tomarse los espacios públicos para lograr atención sobre sus demandas. Así, uno de sus primeros proyectos artísticos estuvo relacionado con el texto Calibán y la Bruja de la autora italiana Silvia Federici. Luego vino un trabajo inspirado en la obra de Rita Segato: y a partir de esa lectura, surgió la performance Un violador en tu camino.
Fue interpretada por primera vez en Valparaíso, con tremendo éxito y luego por más de 2000 mujeres chilenas en Santiago, el 25 de noviembre de 2019, como parte del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ese día fue grabada en video y viralizada en redes sociales. Y continúa siendo replicada por múltiples agrupaciones femeninas del país.
Su alcance se hizo mundial, y decenas de movimientos feministas en diversos países adoptaron y tradujeron la performance para acompañar sus protestas y reivindicar demandas locales por el cese y castigo de feminicidios y violencia sexual, entre otras. Debido al impacto mundial de su trabajo, Lastesis fueron incluidas dentro del Time 100 de las personas más influyentes del año 2020 a nivel global.
Debido al impacto mundial de su trabajo, Lastesis fueron incluidas dentro del Time 100 de las personas más influyentes del año 2020 a nivel global.
Desde las Pankhurst hasta Lastesis se ha recorrido un largo camino donde las palabras han tenido que ser apoyadas por acciones, muchas veces violentas y/o chocantes para lo establecido como una forma de avanzar en el logro de sus objetivos. Mucha mención se hace de la violencia con la que actúan las activistas, pero poco se habla y menos se condena, la feroz crueldad que el sistema imperante ha ejercido sobre las mujeres a lo largo de la historia para evitar que sea integrada a la sociedad como una igual.
Desde las Pankhurst hasta Lastesis se ha recorrido un largo camino donde las palabras han tenido que ser apoyadas por acciones, muchas veces violentas y/o chocantes para lo establecido como una forma de avanzar en el logro de sus objetivos.
3 comments
Hola, buen y bendecido día
Gracias por la nota
Llevamos cientos de años definiéndonos como «civilizados» y seguimos mostrando nuestra máxima involución y miseria, siendo que es más llevadero respetarnos, igualarnos y así seremos libres….
Por ahora seguimos siendo inquilinos del feudo que se apoya del miedo que tiene su capataz para ejecutar sus deseos degenerados
Excelente fragmento
Muy buen analisis de una lucha que ya lleva siglos y sigue cobrando victimas