Estamos ad-portas de un regalo “cagastrófico” navideño, (y perdonen la expresión). Un “acuerdo exprés por Chile” expresamente ilegítimo. Sus creadores legislativos buscan apresuradamente una reforma veloz y timorata para activarlo comenzando por la elite senatorial. Quieren evitar los riesgos de cambios o modificaciones contingentes y azarosas en la cámara baja ¿Un “buen” regalo para el presente y el futuro de millones de personas en los campamentos y los grandes sectores pobres y marginados del pueblo ciudadano? ¡No! Eso es algo imposible de creer. Sus creadores no han dado muestras fehacientes de sus compromisos y primer deber con la búsqueda del “bien común” y la justicia para el país.
Definitivamente no inspiran confianzas. “Encuestas muestran estrecho margen de apoyo ciudadano al acuerdo constituyente”. (la Segunda, 19/12)
El “Acuerdo por Chile”. Un proceso de auto (in)determinación forzada. Una infame cocinería de un engendro, que llamado “imperfecto” por el mismo presidente, y considerado mejor que nada, refleja una falta penosa de lucha y coraje moral. Un abandono ignominioso de un necesario proceso de transformación neo refundacional. ¿Pero, de qué clase de engendro hablamos? De una quimera con cabeza de león, cuerpo de cabra, y cola de dragón diseñada para devorar la participación democrática soberana. Un engendro cambio fóbico, conservador, (derechoso y amarillento), parte de un centro político virtual que no existe (son de centro derecha), dirigido a conservar y acentuar la estructura inhumana e injusta llena de desigualdades del modelo actual. ¡Qué regalo navideño! Bueno, mal que mal, muy de acuerdo con nuestro espíritu navideño. ¡Cómprelo! Se vende en Mercado Libre y pronto en las ferias ilegales informales.
Sin conocer bien el regalo final, les gustó mucho a los empresarios y a la derecha. “Se acabó el intento refundacional y la hoja en blanco de la izquierda afiebrada” dijeron y aplaudieron enfervorizados. Los empresarios “dixit”: “Veo un gobierno mucho más abierto a escucharnos, a llegar a acuerdos, y no a imponer su programa (pero sí el nuestro). Impulsaremos candidaturas (de los nuestros) al Consejo Constitucional”.
Se esfuerzan por ponerle un papel atractivo a un paquete de contenido muy oscuro, avisando que no trae tícket de cambio. Pero sí un boleto para un paraíso feliz. A los críticos legítimos se les conmina a “que honren sus compromisos”, que el “acuerdo es sagrado”. Lo contrario “es inaceptable “¿Está escrito en piedra? No recuerdan que hasta los acuerdos y compromisos con Dios sí pueden romperse en nombre del libre albedrío human. De lo contrario no existe la fe. Todo puede interpretarse ¿Desde cuándo es inaceptable disentir? Pero eso requiere coraje. La izquierda y el PC sólo lo aceptaron el regalo para salvar al presidente y a su gobierno donde ellos participan de forma fundamental. El pueblo inactivo, guarda por ahora un silencio donde no hay “épica” alguna. ¿Dónde está la movilización social? Recuerden: “Modificar lo pactado podría hacer caer el acuerdo”
Por algo el proceso se tramita junto a las fiestas de fin de año. Luego, vendrán las vacaciones y, ahogarse en el consumo caluroso desenfrenado (con poco dinero popular).
¿Alguien cree profundamente que el sentido del acuerdo (que por suerte debe ser ratificado), es realmente el bien común de Chile? Lo que es bueno sólo para el poder de la elite económica política, nunca será para el bien de Chile.
El filósofo Agamben entrevistado en septiembre del 2022 afirmó que “la era de las democracias burguesas, con sus derechos, y sus parlamentos está llegando a su fin”, (en medio de las ruinas políticas que nos rodean).
¿Alguien duda de que nuestra democracia actual en una deriva autodestructiva termina por favorecer y admirar a los privilegiados y a los poderosos, dejando a los débiles a su suerte?
No se extrañen entonces frente a viejos y viejas que deambulan con calurosos trajes de color rojo Coca-Cola. Recuerden que el viejo de la pascua no existe. (Dicen los descreídos que es sólo un invento del mercado “salvaje”. ¿Acaso osan comerciar con la magia y la felicidad infantil? No lo creo… ¿O sí?
No hay Dios ni estrella (y casi nada de esperanzas) en este espurio regalo navideño Constitucional.
¡Recuerden comprarlo! Puede estar ya agotado.
¡Feliz Navidad! … Feliz Navidad… ¿próspero? año y ¿felicidad?
Quizás el verdadero regalo está oculto en esta frase: “Modificar lo pactado podría hacer caer el acuerdo”. (CADEM 19/12).