El ex mandatario Alan García optó por el suicidio ante su inminente detención por graves acusaciones de corrupción. Un doloroso y triste final para un talentoso político y gran orador, que naciera a la vida política en el partido de centro izquierda fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, la Alianza Popular Revolucionaria Americana, cuya ideología se proyectó a nivel de la región, incluyendo el Partido Socialista de Chile.
Alan García alcanzó la presidencia de su país a la temprana edad de 35 años, marcado por una fuerte vocación de cambio y transformaciones que marcó los inicios de su primer mandato para luego terminar en un estrepitoso fracaso, con hiper inflación, graves acusaciones de corrupción y represión, que lo obligaron a un largo exilio de ocho años, primero en Colombia y luego en Francia, en lo que muchos asociaron con el final de su pretensiosa carrera política.
Alan García alcanzó la presidencia de su país a la temprana edad de 35 años, marcado por una fuerte vocación de cambio y transformaciones que marcó los inicios de su primer mandato para luego terminar en un estrepitoso fracaso, con hiper inflación, graves acusaciones de corrupción y represión, que lo obligaron a un largo exilio de ocho años, primero en Colombia y luego en Francia, en lo que muchos asociaron con el final de su pretensiosa carrera política.
Sin embargo, Alan García regresó a Perú como el líder indiscutido de su partido para competir, inicialmente sin éxito, como candidato presidencial y volver a competir en las elecciones siguientes, alcanzando nuevamente la presidencia, al derrotar a Ollanta Humala en una segunda vuelta.
La experiencia de su primer gobierno, el largo exilio y los nuevos tiempos que corrían en ese entonces en Perú, transformaron su impronta de hombre de centro izquierda en una figura más cercana a la centroderecha, pro mercado y libre comercio.
Tal como sucediera en su anterior administración, el nuevo gobierno de García no estuvo exento de acusaciones de corrupción, que comprometían al propio mandatario y buena parte de su administración. Algo que ha ocurrido con los últimos presidente en ese país, incluyendo a Alberto Fujimori (nuevamente en prisión), Alejandro Toledo (prófugo de la justicia), Ollanta Humala (en prisión preventiva) y Pedro Pablo Kuczynski, que recientemente ha debido ingresar a prisión.
Con esa impronta impulsó la creación de la Alianza del Pacífico, pensada como una asociación de libre comercio y cooperación política entre países que compartían una misma concepción del desarrollo, incluyendo a Chile (gobernada entonces por Sebastián Piñera), Colombia, Perú y México. Una propuesta acogida con entusiasmo por esos gobiernos, dando nacimiento a este pacto de integración subregional que surgió como la contrapropuesta a MERCOSUR, que unía a los países atlánticos, adquiriendo gran dinamismo, aunque despojada de los énfasis ideológicos y políticos que Alan García planteara inicialmente. En estricto rigor, el entonces mandatario peruano fue el autor de una iniciativa que mereció debido reconocimiento.
Vanamente Alan García intentó eludir la acción de la justicia solicitando asilo en Uruguay, país que luego de analizar los antecedentes, decidió denegarlo. Tras ello García decidió volver a su país, afirmando que enfrentaría la acción de la justicia.
Tal como sucediera en su anterior administración, el nuevo gobierno de García no estuvo exento de acusaciones de corrupción, que comprometían al propio mandatario y buena parte de su administración. Algo que ha ocurrido con los últimos presidente en ese país, incluyendo a Alberto Fujimori (nuevamente en prisión), Alejandro Toledo (prófugo de la justicia), Ollanta Humala (en prisión preventiva) y Pedro Pablo Kuczynski, que recientemente ha debido ingresar a prisión.
Vanamente Alan García intentó eludir la acción de la justicia solicitando asilo en Uruguay, país que luego de analizar los antecedentes, decidió denegarlo. Tras ello García decidió volver a su país, afirmando que enfrentaría la acción de la justicia.
No parece adecuado juzgar y difícil calificar su dramática decisión de quitarse la vida antes de enfrentar la acción de la justicia. Con todo, no es posible evitar pensar que si todos los ex mandatarios, empresarios, parlamentarios y autoridades gubernamentales de la región, involucrados en severos actos de corrupción, optaran por esa drástica opción, el continente debería lamentar una creciente alza en la tasa de suicidios.
No parece adecuado juzgar y difícil calificar su dramática decisión de quitarse la vida antes de enfrentar la acción de la justicia. Con todo, no es posible evitar pensar que si todos los ex mandatarios, empresarios, parlamentarios y autoridades gubernamentales de la región, involucrados en severos actos de corrupción, optaran por esa drástica opción, el continente debería lamentar una creciente alza en la tasa de suicidios.
Lamentablemente la corrupción parece ser un mal endémico no tan sólo de los políticos, sino también de empresarios, sacerdotes, uniformados y funcionarios. Al parecer, un fenómeno asociado a la naturaleza humana, en donde ninguna persona, sociedad o país esta inmune. Erradicarlo de una vez y para siempre constituye una utopía, Lo verdaderamente relevante es que el Estado y la sociedad perfeccionen los mecanismos institucionales y sociales de vigilancia, fiscalización y control para perseguirla y sancionarla, evitando que corroa los sistemas políticos y degrade la convivencia social.
Un doloroso y solitario final para quien surgió como un talentoso y brillante líder político que marcó la historia de su país, proyectando su liderazgo a la región pero que, al igual que muchos políticos, empresarios o uniformados, no resistió la tentación de abusar del poder para su enriquecimiento personal.
Su suicidio inhibe la acción de la justicia pero no el juicio de la sociedad, que reconocerá sus aportes y/o condenará sus debilidades. QEPD
Su suicidio inhibe la acción de la justicia pero no el juicio de la sociedad, que reconocerá sus aportes y/o condenará sus debilidades.
QEPD
