Ante la Muerte de 10.000 Muertos. Por Dr. Sergio Canals Lambarri; Psiquiatra

por La Nueva Mirada

“Ante la muerte, que será misterio y no necesariamente nada”.

“Si se devalúa la muerte, la inmortalidad pierde sentido. Si la muerte se hace banal, o un tabú social, la inmortalidad se convierte en un concepto manido, en un artificio, al tiempo que una forma de afectación”. Un simulacro espectacular.

Datos: Tasa de mortalidad ajustada por edad y sexo en comunas de Santiago: La Pintana 146.7; Vitacura 25.9

Vivencias:

Hace casi medio siglo atrás, en un populoso hospital cerca de Puente Alto, actualmente colapsado, cuentan los médicos- en un relato del cual doy fe cierta-que al final de un viejo pasillo de madera, en la última sala descolorida por el paso del tiempo y ásperos quejidos, muy lejos de las escaleras y frente al único ascensor, se entraba de día o de noche a “Cabo Cañaveral”.

En largas noches de turno, llenas de café e insomnio, muchas veces tuvimos que caminar sobre maderas que crujían retorcidas y dolientes bajo el rechinar de las ruedas de camillas que llevaban a un paciente terminal, ya muerto, (pero de miedo), al lugar de su último estertor viajero. Sabían qué de allí, “no se volvía”.

La muerte. ¡Muérete de una vez! “Palabras llenas de orificios que dolían”.

Una cama más libre para paliar la altísima demanda.

Impotencia. Pena. Alivio. Finalmente había algo bello en ese rostro afilado como un cuchillo. Resplandecía capaz de cortarte en miles de pedazos de piel y órganos sangrantes.

La sangre del alma no coagula. Gotea para siempre sobre el sedante murmullo de la vida. Dibuja rostros sobre el desorden de un ataúd en blanco.

“La belleza, en efecto, puede haber nacido de >>forma terrible<<, como afirma Yeats”.

La muerte cojea en el tiempo. Anda con un burrito metalizado y se orina en la calle.

Hace días atrás, en un populoso hospital de la calle Gran Avenida, una viuda de 82 años, fue enviada a la sala más antigua de “Cuidados Proporcionales”, localizada en lo que llaman el “túnel del tiempo”. No la pasaron a la UCI. Al igual que su anciano marido muerto por COVID, estaba sólo y sola destinada a un viaje mortal.

Era un rostro muerto sin cuerpo.

La doctora:

“A veces siete mueren en un día”. “No es bueno hidratarlos porque el pulmón se llena de agua y mueren con más angustia”. “Están sedados”.

“Dos o tres respiraciones por minuto (lo normal son 20) y sabemos que se están apagando”. “De pronto abre los ojos, respira más agitado…abre los ojos…en un ratito se va…”. “Hay que soltarlos, dejarlos ir…”

Hay que darles un adiós. Tristeza. Es la muerte al fin.

“¿Acaso la nada de la muerte no es la propia desnudez del rostro del prójimo”? (…) “La idea del infinito (…) reposa en el rostro del Otro”.

Allí nace el tiempo.

Los muertos viven para siempre. En la memoria amorosa.

“La muerte es un hueso triste, llena de golpes, dirías, / y a pesar de todo ella me espera, años tras año, (…)”.

La ciencia:

Respiración de Cheyne -Stokes “La respiración se vuelve superficial y rápida. O superficial y con intervalos de 50 a 60 segundos”.

La poesía:

“PORQUE NO ENCONTRASTE EL FRAGMENTO DE DESAMPARO/ en la devastación/ los siglos de sombra reposan a tu lado/ y te escuchan pensar (…)”. Muerto. ¡Para siempre!

El dolor de la doctora. Reconoce que ha llorado. A medias. Semi oculta.

 “(…) Un semi dolor, otro, sin / huella duradera, aquí, a medio camino. Un semi placer. (…)”

“La mayor parte de esos días no puedo recordar”.

Los muertos ¿“(…) se caen del cielo/cada noche (…)”?

Reflexión:

“(…) Lo que se abre con la muerte ¿es la nada, o lo desconocido?”

¿Ser o nada? Imposibilidad de la posibilidad.  “Silencio de los espacios infinitos”.

“El mismo cielo, de repente abierto, absolutamente negro, absolutamente vacío (…)”. Más allá de las estrellas.

“Hemos caracterizado a este acontecimiento (la muerte en que no se es dueño del acontecimiento) como un misterio (como lo otro radicalmente otro, lo incognoscible), porque no puede ser anticipado, es decir, aprehendido; no puede caber en un presente, o si lo hace, entra en él como lo que no tiene cabida”.

La muerte. Relación con el misterio y no con la nada. Caída eterna detenida por la tumba. “La intensidad de la muerte es más fuerte que la muerte (…) La distancia entre la vida y la muerte es infinita”.

La respuesta:

“Continuar viviendo para un tiempo después de la muerte, que es el tiempo de lo Otro.”

La Muerte es un cadáver clavada a la vida eterna.

Acogida sin eternidad.

Estropajo de alcantarilla.

Huellas de perro sobre el cemento.

Remolino en un desagüe tapado.

Eternidad sin acogida.

Sepulcro sin sepultura.

Mal aliento de Dios.

Tik tok

real TIME,

follower.

*(Colaboraron: Murice Blanchot, Emmanuel Levinas, George Steiner, Anne Sexton)

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