Apetitos apresurados por sucesión presidencial

por La Nueva Mirada

Los crecientes traspiés en las filas de la opositora centro izquierda llegan como providencial obsequio al gobierno de Sebastián Piñera, en momentos de fragilidad creciente de la credibilidad ciudadana en el mandatario y su cuestionada gestión.

En la misma medida que transcurre el decisivo segundo año de la actual administración, previo al inicio de un intenso período electoral, crece la ansiedad de los que aspiran a la sucesión presidencial desde una derecha que se congratula de los tropiezos opositores que alimentan la confianza en un nuevo gobierno para el sector.

Ciertamente el urgido y parcial cambio de gabinete está lejos de garantizar tiempos mejores para el oficialismo. En la misma medida que transcurre el decisivo segundo año de la actual administración, previo al inicio de un intenso período electoral, crece la ansiedad de los que aspiran a la sucesión presidencial desde una derecha que se congratula de los tropiezos opositores que alimentan la confianza en un nuevo gobierno para el sector.

En rigor el tiempo político que resta para el inicio de una nueva carrera presidencial es mucho. Bastaría consignar el período transcurrido desde la celebración del retorno triunfal de Piñera a La Moneda y la atmósfera que rodea hoy su gestión, incluido el desaliento y malestar del más que incidente gran empresariado que presiona abiertamente su cuestionada conducción económica.

En materia de los tiempos políticos parece tan justificado el malestar del mandatario por la ansiedad inocultable de sus pretendidos sucesores, como el alivio opositor para imaginar un escenario menos ingrato que el actual. Con todo, el horno está para bollos y la ansiedad de los aspirantes queda a la vista, más allá de raspacachos explícitos de Piñera y palabras de buena crianza de los que adelantan sus sueños con una banda presidencial.

Bastaría consignar el período transcurrido desde la celebración del retorno triunfal de Piñera a La Moneda y la atmósfera que rodea hoy su gestión, incluido el desaliento y malestar del más que incidente gran empresariado que presiona abiertamente su cuestionada conducción económica.

El solo mencionar un escenario presidencial es suficiente para que las aspiraciones, celos y límites para marcar territorio se manifiesten con algo más que crudeza en el sector. Que Sebastián Piñera marque distancias con su tienda original (RN), los vínculos con la UDI sean tan complejos como lo demostró el último ajuste de gabinete y los sustituya por la relación político familiar con Andrés Chadwick, son factores incidentes en las tensiones por las aspiraciones de sucesión en un eventual nuevo gobierno de derecha. Si antes su distancia con la dictadura cívico militar marcó un hito, que el más puro pragmatismo de los diversos admiradores de ese régimen pudo superar, actualmente su predilección por colaboradores como el salvado ministro Alfredo Moreno, no deja de complicar a los partidos de Chile Vamos y sus alrededores (incluido el Partido Republicano de JA Kast).

Aunque las palabras de buena crianza de los presidentes de las tiendas oficialistas intenten tranquilizar el malestar de Piñera por el surgimiento del síndrome del “pato cojo”, nadie puede ocultar los anhelos de los senadores Allamand, Ossandón y Chahuán, la potencia mediática de Joaquín Lavín y el explícito desafío de José Antonio Kast que consigue guiños más que explícitos desde los partidos de Chile Vamos.

Aunque las palabras de buena crianza de los presidentes de las tiendas oficialistas intenten tranquilizar el malestar de Piñera por el surgimiento del síndrome del “pato cojo”, nadie puede ocultar los anhelos de los senadores Allamand, Ossandón y Chahuán, la potencia mediática de Joaquín Lavín y el explícito desafío de José Antonio Kast que consigue guiños más que explícitos desde los partidos de Chile Vamos.

A la hora de explicitar sus anhelos cada aspirante –Evópoli se resta, aunque Felipe Kast es la carta anunciada para eventual primaria del sector – se esmera  en adelantar sus méritos, como lo reitera el senador Chahuán resaltando el crédito de haber derrotado a Joaquín Lavín en última elección senatorial, Ossandón enfatizando logros de sus presiones parlamentarias a decisiones de Piñera y Allamand jugando su última y postergada ambición con los antecedentes de sus conocidos giros y tropiezos anteriores.

El más explícito, sin complejos ni compromisos con el actual gobierno, al que no duda en maltratar por sus vacilaciones y complejos “izquierdistas” (por ejemplo en la reciente designación de ministro Sebastián Sichel) o debilidades de “derecha light”, es el admirador de la dictadura de Pinochet, José Antonio Kast. Como antes lo hizo, celebrando la irrupción de Bolsonaro en Brasil- compitiendo en ese protagonismo con la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysseberghe – en días recientes visitó al líder de Vox en España, Santiago Abascal.

El más explícito, sin complejos ni compromisos con el actual gobierno, al que no duda en maltratar por sus vacilaciones y complejos “izquierdistas” (por ejemplo en la reciente designación de ministro Sebastián Sichel) o debilidades de “derecha light”, es el admirador de la dictadura de Pinochet, José Antonio Kast.

La ocasión fue propicia para resaltar las semejanzas valóricas, defendiendo el derecho a la vida y la promoción de la familia como eje fundamental, la reducción del gasto fiscal,  el cuestionamiento al “peligro” de la migración, con énfasis en la seguridad pública y los valores “tradicionales”. Poniéndose el parche antes de la herida, niega ser de “extrema derecha” sino líder de una fuerza de “extrema necesidad” tal como lo plantea Vox.

Poniéndose el parche antes de la herida, niega ser de “extrema derecha” sino líder de una fuerza de “extrema necesidad” tal como lo plantea Vox.

La declaración de principios (18 puntos) del naciente Partido Republicano, traduce su cuestionamiento a la derecha “light” (léase Lavín, como aspirante a liderazgo presidencial), reforzando la existencia de un “orden moral natural” que no puede ser modificado “por autoridad política alguna, ni “por mayoría electoral o parlamentaria”. Valga citar: “Toda intolerancia, persecución o violencia contra la fe en Dios y sus expresiones constituyen un acto en contra de los derechos de las personas, un atentado a la sociedad democrática y contraviene gravemente nuestra tradición cristiana occidental”.

Valga citar: “Toda intolerancia, persecución o violencia contra la fe en Dios y sus expresiones constituyen un acto en contra de los derechos de las personas, un atentado a la sociedad democrática y contraviene gravemente nuestra tradición cristiana occidental”.

Se suma a la homofobia y transfobia, postulando además la revocación de la ley que despenaliza el aborto en tres causales. Y es más que conocido su “negacionismo” ante los crímenes de lesa humanidad y su solidaridad con condenados por ellos, como el brigadier® Miguel Krassnoff.

Mantiene incidencia en los partidos tradicionales (RN y UDI) que con palabras de buena crianza, intentan marcar límites y condiciones para sus aspiraciones electorales, de la que no pueden desentenderse, ni tampoco asumir que se repetirán las condicionantes de la última elección presidencial.

Valga mencionar la eficaz estrategia comunicacional de JA Kast y sus seguidores en redes sociales (Facebook, Instagram, You-Tube) con la que apuesta cosechar a río revuelto en la derecha. Mantiene incidencia en los partidos tradicionales (RN y UDI) que con palabras de buena crianza, intentan marcar límites y condiciones para sus aspiraciones electorales, de la que no pueden desentenderse, ni tampoco asumir que se repetirán las condicionantes de la última elección presidencial.

En cualquier caso la amenaza del Partido Republicano tiene mucho de ruido, pero ¿cuántas nueces” podrá sostener ante la popularidad cómoda y bien protegida de Joaquín Lavín? ¿Podrá RN hacer sentir su “mayoría electoral” en el convulsionado Chile Vamos? La evidente distancia de la presidenta de la UDI con el discurso “light” del actual alcalde de Las Condes ¿se deberá someter a la fuerza de las encuestas, como ya ocurrió con Sebastián Piñera? ¿Cómo y cuándo será el eventual aterrizaje de Joaquín Lavín en una tercera carrera presidencial?

En cualquier caso la amenaza del Partido Republicano tiene mucho de ruido, pero ¿cuántas nueces” podrá sostener ante la popularidad cómoda y bien protegida de Joaquín Lavín? ¿Podrá RN hacer sentir su “mayoría electoral” en el convulsionado Chile Vamos? La evidente distancia de la presidenta de la UDI con el discurso “light” del actual alcalde de Las Condes ¿se deberá someter a la fuerza de las encuestas, como ya ocurrió con Sebastián Piñera? ¿Cómo y cuándo será el eventual aterrizaje de Joaquín Lavín en una tercera carrera presidencial?

Un futuro escenario que se puede adelantar será más que rudo, atendiendo a los aprontes que ya se hacen públicos y manifiestos, como lo demuestra el columnista de “El Mercurio”, Gonzalo Rojas, en su última publicación, descalificando a Lavín por su “cosismo”, carencia de principios intransables y verdaderas convicciones. Nada de guante blanco para augurar la contienda futura entre las dos opciones populistas que disputarían la sucesión del hoy incómodo mandatario

descalificando a Lavín por su “cosismo”, carencia de principios intransables y verdaderas convicciones.

Demasiadas interrogantes para un futuro escenario electoral que, para malestar del mal evaluado Piñera, se adelanta más de lo conveniente.

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