Asesinato de Camilo Catrillanca: Carabineros en jaque, Gobierno a la deriva

por La Nueva Mirada

Las tres semanas transcurridas desde el asesinato de Camilo Catrillanca en la comunidad de Temucuicui, han marcado un antes y un después para la cuestionada gestión del gobierno. “Ya se han cometido muchos errores, en muchos gobiernos, por confiar ciegamente en la primera versión de Carabineros. Recordemos el caso Huracán, recordemos las primeras versiones de la muerte de Camilo Catrillanca y, por tanto, como Presidente de la República le pedí al general (director de Carabineros) que se entreguen todos los antecedentes a la fiscalía”. “Que digan la verdad, que no oculten nada”.

A confesión de partes…… Se han respaldado mentiras institucionales desde el mismo 14 de noviembre. De una reunión dirigida por el general Christian Franzani- que viajó desde Santiago por orden del director general, Hermes Soto – con participación de los cuatro integrantes de la patrulla, incluido el sargento primero Carlos Alarcón, quien disparó la bala calibre 5.56*  45 mms que mató a Catrillanca, surgió la primera versión oficial, llena de vacíos que el ministro Chadwick hizo propia del gobierno. La misma que se iría haciendo trizas día tras día.

De una reunión dirigida por el general Christian Franzani- que viajó desde Santiago por orden del director general, Hermes Soto – con participación de los cuatro integrantes de la patrulla, incluido el sargento primero Carlos Alarcón, quien disparó la bala calibre 5.56*  45 mms que mató a Catrillanca, surgió la primera versión oficial, llena de vacíos que el ministro Chadwick hizo propia del gobierno. La misma que se iría haciendo trizas día tras día.

Siguiendo una línea histórica de mentiras oficiales, que explican la fuerte reacción de las comunidades involucradas en esas versiones, el mando apostó a cerrar el caso con la baja de los cuatro integrantes de la patrulla del GOPE y las renuncias del general Mauro Vittoriano – jefe de la zona Araucanía Central y Orden Público- y del coronel Iván Contreras, prefecto de Fuerzas Especiales, por “negligente operativo”.

Mientras crecía el ruido por las responsabilidades políticas en un asesinato, cuyo contexto y circunstancias se ponían en duda por el propio Chadwick, entonces vicepresidente en ejercicio- Piñera participaba en el encuentro de la G 20 en Argentina-no quedó más remedio que sumar la renuncia del intendente Luis Mayol.

En este caso la indagación judicial y policial (de Investigaciones de Chile) ha desnudado la mentira oficial, afectando el control de la inocultable crisis en manos de Chadwick, que inicialmente censuró los matices interpretativos del crimen y sus efectos políticos expresados por el ministro Alfredo Moreno – que ha debido lamentar el severísimo traspié para su pretencioso Plan Impulso en la Araucanía- y también por el titular de Justicia Hernán Larraín.

En este caso la indagación judicial y policial (de Investigaciones de Chile) ha desnudado la mentira oficial, afectando el control de la inocultable crisis en manos de Chadwick, que inicialmente censuró los matices interpretativos del crimen y sus efectos políticos expresados por el ministro Alfredo Moreno – que ha debido lamentar el severísimo traspié para su pretencioso Plan Impulso en la Araucanía- y también por el titular de Justicia Hernán Larraín.

Que el mandatario haya asumido una arriesgada vocería oficial para enfrentar la crisis de conducción política ante una indagación judicial cuyos efectos aún son impredecibles, marca una debilidad mayor para hacer frente a una reacción desde las comunidades mapuche, que han subido el tono de sus demandas históricas.

Recientemente en la comunidad de Temucuicui se realizó un gran tragún, con amplia participación de dirigentes mapuche, provenientes de diferentes regiones del país, donde se acordaron cuatro condiciones para el diálogo con las autoridades de gobierno. Ellas son: poner fin inmediato a la militarización del territorio, con la salida del comando Jungla y las fuerzas especiales que participaron en el asesinato de Catrillanca; la libre determinación para transitar a un autogobierno institucional ante el Estado chileno; la creación de una comisión de esclarecimiento histórico y reparación por los crímenes de lesa humanidad contra el pueblo mapuche y la recuperación de tierras ancestrales, incluyendo las que hoy ocupan las grandes empresas forestales, que deberían abandonar gradualmente el territorio ocupado.

Se acordaron cuatro condiciones para el diálogo con las autoridades de gobierno. Ellas son: poner fin inmediato a la militarización del territorio, con la salida del comando Jungla y las fuerzas especiales que participaron en el asesinato de Catrillanca; la libre determinación para transitar a un autogobierno institucional ante el Estado chileno; la creación de una comisión de esclarecimiento histórico y reparación por los crímenes de lesa humanidad contra el pueblo mapuche y la recuperación de tierras ancestrales, incluyendo las que hoy ocupan las grandes empresas forestales, que deberían abandonar gradualmente el territorio ocupado.

Ciertamente se trata de demandas más que complejas de negociar en el actual contexto político. Quedando en evidencia una distancia inmensa con las expectativas del gobierno. Los retrasos históricos para asumir las reivindicaciones de los pueblos originarios están a la vista, en materias de larga data, como los vinculados a la autonomía, reconocimiento constitucional y formas de participación en el poder legislativo.

El asesinato de Camilo Catrillanca marcó un antes y un después para la conducción del actual gobierno, pero también desafía la respuesta del conjunto del espectro político. Cual más cuál menos, con evidentes vacíos para asumir un inocultable pendiente histórico.

El asesinato de Camilo Catrillanca marcó un antes y un después para la conducción del actual gobierno, pero también desafía la respuesta del conjunto del espectro político. Cual más cuál menos, con evidentes vacíos para asumir un inocultable pendiente histórico.

El tratamiento mediático del caso que sigue desnudando los vicios institucionales de las fuerzas policiales, parece perder la visión de lo que efectivamente ocurre en la cotidianeidad de una zona militarizada, con todas sus consecuencias económicas, sociales y culturales.

El hilo se sigue cortando por lo más delgado. Se continuará castigando a subordinados, como el responsable de la grabación de los dichos del sargento Alarcón, autor de los disparos asesinos, supuestamente incomunicado, que acusó al mando, señalando: “nos hicieron mentir”.

La mano dura de Chadwick fracasó. Aunque Piñera lo respalde. Los recursos políticos se agotan. El desafío institucional es mayor. Poco contribuye el mando de Carabineros. ¿Alguien cree que basta un raspacacho público del presidente?

La mano dura de Chadwick fracasó. Aunque Piñera lo respalde. Los recursos políticos se agotan. El desafío institucional es mayor. Poco contribuye el mando de Carabineros. ¿Alguien cree que basta un raspacacho público del presidente?

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