Bartolina Sisa. Mama T´alla: Virreina Aymara. Por Cristina Wormull

por La Nueva Mirada

“¿Dónde estás?… Julián,
Julián Apaza, Serpiente de Fuego, ¿Dónde estás Julián Túpac Katari? ¿Dónde
estás?, ¿por qué me dejas sola?, ¿Dónde estás? Que no te encuentro, entre la
tierra te busco, ¿Dónde estás?… me violaron Julián, me humillaron, escupieron en mi cuerpo, se orinaron en mí…”

“No soy solo un recuerdo, estoy en ti, en tus ojos me veo, yo nací en ti, en tus antepasados me tienes. No me mires así, no te quedes ahí, de que sirve si te quedas sentado sin hacer nada, no calles, no olvides tu historia, tu pasado es importante para que nunca más vuelva a pasar, si tú te callas se perderá nuestra historia”.

Bartolina Sisa (poema por Túpac Katari)

Hace pocos días conmemoramos, sin preguntarnos por qué, el día internacional de la mujer indígena.  Como en años anteriores, se hicieron afiches y más de alguien publicó en las redes la imagen de Bartolina Sisa, la mujer que inspiró la conmemoración de ese día.  Pocos, quizás nadie, se preguntaron quién fue Bartolina Sisa y por qué hay un día que la recuerda.  Pero la vida, obra y muerte de la lideresa indígena, que comandó los ejércitos quechua-aymara en contra de los colonizadores españoles, a fines del siglo XVIII en el Alto Perú, ejemplo de lucha por la emancipación del yugo español, rebelión en que la acompañó su esposo Túpac Katari, es estremecedora y poco conocida más allá de Bolivia donde existen numerosas agrupaciones de mujeres que llevan su nombre.  Bartolina nació un 25 de agosto de 1750 en la provincia Loayza del departamento de La Paz.  Murió, después de un año en prisión, resistiendo heroicamente las más aberrantes torturas, el 5 de septiembre de 1782 a la edad de 32 años.

Murió, después de un año en prisión, resistiendo heroicamente las más aberrantes torturas, el 5 de septiembre de 1782 a la edad de 32 años.

Su familia era originaria del Alto Perú y vivían del comercio de la coca de los Yungas y de la tela o bayeta de la tierra, para liberarse del sometimiento al que estaban condenados todos los pueblos originarios de esas tierras.  Julián Apaza (Túpac Katari), el esposo de Bartolina Sisa también fue parte del comercio de la coca, el que desarrolló luego de pasar dos años en trabajo forzado en la mita (en quechua mit’a), un sistema de trabajo obligatorio utilizado en la Región Andina, tanto en la época incaica, como en la anterior a la conquista española de América. La mita proveía al Estado de la energía indispensable para construir y conservar caminos y puentes en las minas de Oruro.

Bartolina fue una mujer aguerrida que dominaba la kurawa (honda) y el fusil. Sabía montar caballo, era de piel morena, esbelta, de ojos negros, y muy inteligente.

Los españoles, en ese entonces, ejercían una explotación brutal sobre los aymaras, ensañándose en las mujeres. En la cultura Aymara ellas eran poseedoras de bienes, tierras y animales por vía materna y respetadas como pareja complementaria y posibilidad de ser Mama T´alla (mujeres autoridades políticos sociales a la par de los hombres). Más insoportable era la violencia sexual y psicológica que se aplicaba a las mujeres aymaras que las desvalorizaba y menoscababa, en contraste a su situación dentro del sistema de Ayllu donde ellas habían desarrollado dominios equitativos con los hombres. Además de violarlas pública y ocultamente (derecho de pernada sobre las jóvenes antes de casarse ejercido por patrones, curas y soldados), las esclavizaron y muchas veces mataban a sus niños y alentaban la borrachera de los hombres (que en tiempo del incario era duramente castigado), esta situación provocó la descomposición y violencia familiar.

A la edad de 25 años Bartolina Sisa junto a Tupac Katari, organizó y lideró distintos levantamientos contra el poder imperante, tras observar los abusos cometidos por el sistema colonialista de explotación.

Bartolina Sisa y Túpac Katari compartieron el mismo ideal de emanciparse de las cadenas de los crueles españoles y restaurar la Nación Aymara.

Bartolina Sisa, que además era hábil para las actividades de la campaña rebelde, desde el primer momento ejerció su liderazgo ya que contaba con la total obediencia de los indígenas sublevados.

Antes del cerco a La Paz, rumbo a la liberación de su pueblo, Sisa fue nombrada Virreina y Túpac Katari Virrey del Inca.

Con ese título, Bartolina organizó campamentos militares durante la sublevación en El Alto, en Chacaltaya; en Killi Killi; en el Calvario; en el valle de Potopoto y en las alturas de Pampahasi.

 El 13 de marzo de 1871, un ejército de 40.000 Aymaras al mando de Túpac Katari y Bartolina Sisa se reunieron para sitiar la ciudad donde se asentaban los españoles: La Paz, acción que la historia conocería como el cerco a La Paz. Los españoles eran un enemigo muy superior en armas. Los Aymaras luchaban, básicamente con piedras y palos.   En el sitio murieron 10.000 españoles de los 23.000 asentados en La Paz.

Tras 109 días de cerco, los españoles recibieron ayuda de Charcas y esto hizo que Tupac Katari replegara su ejército, que fue abatido por las fuerzas españolas y por las alianzas que estas establecieron con líderes indígenas contrarios a la rebelión. A continuación, los españoles desarrollaron la estrategia de ofrecer recompensas, en especial el indulto, para quien entregara a Bartolina Sisa, Túpac Katari y otros líderes de la sublevación Aymara.

los españoles desarrollaron la estrategia de ofrecer recompensas, en especial el indulto, para quien entregara a Bartolina Sisa, Túpac Katari y otros líderes de la sublevación Aymara.

Los españoles capturaron a Bartolina gracias a una delación conseguida de esta forma y ya prisionera, la torturaron y le dieron el peor de los tratos, pero la mantuvieron con vida esperando usarla como anzuelo para capturar a Katari.

Katari hizo innumerables pero infructuosos esfuerzos para rescatarla y, finalmente también fue apresado gracias a la traición de su más cercano consejero seducido por la promesa de indulto que, por supuesto, los españoles no cumplieron.

El 14 de noviembre de 1781 los españoles mataron a Túpac Katari descuartizando su cuerpo y obligando a Bartolina Sisa a contemplar todo este suplicio.  Es en ese momento que Katari lanza su grito “Solamente a mí me matan. Volveré y seré, millones”.

El 14 de noviembre de 1781 los españoles mataron a Túpac Katari descuartizando su cuerpo y obligando a Bartolina Sisa a contemplar todo este suplicio.  Es en ese momento que Katari lanza su grito “Solamente a mí me matan. Volveré y seré, millones”.

El 5 de septiembre de 1872, casi un año después, los españoles y sus sicarios mestizos sacaron a Bartolina Sisa de su celda, rapada y desnuda, con una soga de esparto que desgarraba su cuello, la hicieron pasear por las calles de Chuquiagu, torturada, golpeada e insultada, luego es atada a la cola de un caballo con una soga al cuello y le ponen una corona de espinas. Los españoles la flagelan, sus gemidos los molestan y para callarla le cortan los pechos. Muerta ya, es degollada y despedazada. Su cabeza fue clavada en un palo para exhibirla en Ayllus y luego, en macabra procesión, los españoles hicieron recorrer su cabeza por los pueblos donde Bartolina había liderado la sublevación para amedrentar a los indígenas.

Su cabeza fue clavada en un palo para exhibirla en Ayllus y luego, en macabra procesión, los españoles hicieron recorrer su cabeza por los pueblos donde Bartolina había liderado la sublevación para amedrentar a los indígenas.

Bartolina Sisa es uno de los símbolos más emblemáticos de las luchas anticoloniales del siglo XVIII en América Latina y parece imperioso impedir que su nombre y vida sean olvidadas o ignoradas como ocurre en esta fecha.  Es otra más de las tantas mujeres que aportaron y aportan al desarrollo de la humanidad, permaneciendo casi o totalmente en el anonimato.

MUNAT TAYKAJATAKI

Mamita,
Tu amor es interminable,
Tu vida se termina nomás.
Quisiera que vivieras eternamente,
Eternamente te puedo cuidar.

Mamaku,
Munasiñamax jan tukuskiriwa,
Jakäwimax tukusirikirakiwa.
Wiñay jakañam muniristha,
Wiñayaw jumar uñjirisma.

(Fragmento del poema Aymara MUNAT TAYKAJATAKI/ A mi madre querida)

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2 comments

Mario Fidel Cepeda Muñoz. septiembre 10, 2020 - 12:58 pm

Cuando la historia omite acontecimientos , deja de ser historia y se transforma en un panfleto político tendencioso, con el fin de perjudicar la verdad de los los sucesos . Entonces , además se transforma en una mentira y está queda integrada como un tumor en la cultura.

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Mon septiembre 10, 2020 - 1:30 pm

Gran aporte a la recuperación histórica de las mujeres, y en especial, de Bartolina Sisa. Ella, valiente y dolorosa, se niega a a dejar en la oscuridad el ejemplo de su vida como llama eterna, llamada permanente a hacer, a luchar por recuperar lo propio, empezando por la dignidad.
Gracias, Cristina, por escribir con miel cualquier tema, nos acerca y nos quedamos en tu trampa, hasta llegar al final de la emoción de los nuevos conocimientos sobre viejos acontecimientos…

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