Debo reconocer que hace algunos años solo tenía noción de Benito Cereno como el proyecto musical de uno de los creadores de 31 Minutos, Álvaro Díaz. Sin embargo, el nombre me sonaba particular, especial. Posteriormente, descubrí que se trataba de una pequeña, pero intensa novela escrita por Herman Melville (1819 – 1891) cuatro años después de “Moby Dick” (1951).
La historia de “Benito Cereno” se basa en hechos reales que sucedieron en 1804, cuando Benito Cerreño el capitán español de un barco que transporta esclavos, se topa con el capitán norteamericano, Amasa Delano, quien comanda una nave que comercia y caza focas. Ambos coinciden en las costas de la isla Santa María, en el sur de Chile, en particulares circunstancias. El barco de Cereno –tal como se lo menciona en el libro- aparece como un buque fantasma con problemas de funcionamiento por lo que el capitán norteamericano decide socorrerlo. Llega a la nave y el panorama es desolador: tripulación enferma, esclavos abandonados a su suerte, y el capitán Benito Cereno aparece muy frágil, siempre custodiado por su esclavo y sirviente personal Babo, que no lo deja ni a sol ni a sombra. Así las cosas, el norteamericano queda preocupado y se instala en el barco para ayudar a su colega.
Así las cosas, el norteamericano queda preocupado y se instala en el barco para ayudar a su colega.
A partir de ese momento, se empieza a desarrollar en la novela una trama de suspenso, donde realmente no se sabe lo que ocurre. La tensión avanza y la atmósfera enrarecida, bastante bien descrita por Melville, muestra que algo anda mal. Sin embargo, todo se oculta, se esconde. El desarrollo de los personajes principales es descrito por el escritor norteamericano de manera magistral. Cereno, Delano y Babo forman parte de una trama casi policial que se puede quebrar en cualquier momento ¿Dónde se encuentra la verdad? ¿Está presionado por algo Benito Cereno? Lo cierto es que el lector va desclasificando la realidad del barco junto al capitán Delano a medida que avanzan las páginas. A través de descripciones, el texto va mostrando el progreso de la desolación y el racismo en la novela. El discurso sobre el valor de la libertad, la verdad y las apariencias se hace presente en un libro que explora a fondo la dimensión humana a través de expresiones de pobreza, maldad y violencia que se manifiestan de diversas maneras.
A partir de ese momento, se empieza a desarrollar en la novela una trama de suspenso
Cereno, Delano y Babo forman parte de una trama casi policial que se puede quebrar en cualquier momento
¿Quiénes son los malos? ¿Dónde están realmente los buenos? Delano actúa como el intruso, el ingenuo observador que intenta comprender la errática actitud de un Cereno debilitado, apoyado en la extremadamente servicial actitud de su criado Babo. Es la culpa, la rabia y el sometimiento lo que mueve a los personajes de “Benito Cereno”. Melville, con destacada experiencia como marinero, maneja bien los tiempos y los ritmos detenidos sobre el barco de esclavos. Han pasado 165 años desde que se publicó por primera vez “Benito Cereno” y la obra mantiene su vigencia intacta con logradas descripciones:
Han pasado 165 años desde que se publicó por primera vez “Benito Cereno” y la obra mantiene su vigencia intacta con logradas descripciones:
“La calma acabó de confirmarse. En la lejana distancia, libre del influjo de la tierra, el plomizo océano parecía terso y emplomado, su curso extinguido, sin alma, difunto. Pero la corriente que provenía de la costa, donde se encontraba la embarcación, cobró mayor fuerza, llevándosela, silenciosamente más y más lejos hacia las hipnotizadas aguas de mar adentro.”, señala uno de los pasajes del libro.
En la obra nada es lo que parece. Eso lo saben bien Cereno, Babo, los esclavos y los marineros españoles que sobreviven en el barco. La duda se establece en la trama como algo permanente. El poder del mar, la lucha de clases y la discriminación se respiran en cada página de un texto, en su momento incomprendido, y que fue tomado por Melville de las memorias de Amasa Delano, escritas en 1817. A pesar del ambiente de capitanes de barcos en el sur del mundo, la historia de Benito Cereno – que también fue llevada al cine por el director francés Serge Roullet, en 1967- está lejos de ser una obra heroica. Al contrario. El capitán español representa cabalmente los límites de la debilidad humana, la vigencia de una fragilidad imborrable, tan dura y macabra como la peor de las pandemias.
los límites de la debilidad humana, la vigencia de una fragilidad imborrable, tan dura y macabra como la peor de las pandemias.