Además de la crisis política que vivió Bolivia a fines del año pasado, por las denuncias de fraude no comprobado, la forzada renuncia del expresidente Evo Morales y posterior asunción del gobierno de facto de Jeanine Añez, el país se enfrentó paralelamente al grave desastre sanitario por la pandemia mundial. A mediados de marzo, se reportaron los primeros casos de COVID19 en Bolivia y dos días después se declaró estado de emergencia nacional y cuarentena total en todo el territorio, con el cierre de fronteras contra el contagio y la propagación de la pandemia.
Según el médico Eligio Copari-Jiménez, Bolivia es un país con insuficiente infraestructura hospitalaria, con un número de camas de hospitalización por debajo del promedio mundial de 2,7 por cada 1000 habitantes. La cantidad de profesionales en salud, entre médicos, enfermeras y demás personal existente es de 14.1 por cada 10,000 habitantes (la OMS recomienda 25 por cada 10,000). Según el índice de desarrollo humano de Naciones Unidas, el número de médicos alcanza a 4,7 por cada 10,000 habitantes, el segundo más bajo de Latinoamérica. Ante este panorama se sumó la mala administración del gobierno de transición, que lejos de acelerar la conclusión de los hospitales en construcción, de la anterior gestión de Morales, paralizó las obras. En algunos casos se atrasaron porque los hicieron pintar del color del partido por el que la expresidenta-candidata hacia campaña política.
Teniendo como referencia la experiencia de países asiáticos y europeos en la implementación de medidas de emergencia frente a la crisis sanitaria, debería haberse gestionado un adecuado equipamiento y ampliación de las unidades de terapia intensiva en los centros de segundo y tercer nivel de todo el país, adquisición masiva de equipos de bioseguridad, readecuación de la infraestructura ya existente, creación de hospitales centinela, incremento del número de profesionales especializados, creación de entidades nacional y departamentales, coordinadoras de las acciones preventivas, de diagnóstico y manejo de enfermos.
Nada de lo anterior se hizo de forma eficiente, ni oportuna. No se aprovecharon los meses de relativa baja incidencia de casos para implementar medidas de preparación antes de los elevados picos de los meses más álgidos entre junio y agosto. Al contrario, en medio de la desesperación por unidades de terapia intensiva se presentó un grave caso de corrupción en la adquisición de respiradores.
No se aprovecharon los meses de relativa baja incidencia de casos para implementar medidas de preparación antes de los elevados picos de los meses más álgidos entre junio y agosto. Al contrario, en medio de la desesperación por unidades de terapia intensiva se presentó un grave caso de corrupción en la adquisición de respiradores.
La Asamblea Legislativa Plurinacional realizó una investigación donde se vinculó a la expresidenta Jeanine Áñez y cuatro ministros de su gabinete involucrados en presuntas irregularidades en la compra de 170 respiradores españoles y 324 respiradores chinos durante la etapa más crítica de la pandemia.
vinculó a la expresidenta Jeanine Áñez y cuatro ministros de su gabinete involucrados en presuntas irregularidades
En cuanto a los respiradores españoles, el informe destaca que el direccionamiento dispuesto por el ex ministro de salud Marcelo Navajas ocasionó un daño económico de 2.028.780 dólares. Además, se compraron y distribuyeron resucitadores mecánicos, que no servían para cuidados intensivos y no funcionaban por falta de accesorios.
En el caso de los 324 respiradores chinos, la comisión que elaboró el informe confirmó un sobreprecio de 8.900 dólares a 18.900 dólares por cada respirador.
En el caso de los 324 respiradores chinos, la comisión que elaboró el informe confirmó un sobreprecio de 8.900 dólares a 18.900 dólares por cada respirador.
Como resultado de las desacertadas medidas, en la actualidad se registran cerca de nueve mil personas fallecidas, pero nunca se logrará saber cuál fue el número real puesto que lo entierros clandestinos desfiguran las estadísticas oficiales. Los médicos, hombres y mujeres fueron saliendo de los hospitales en razón del alto grado de contagio y porque no contaban con el necesario material de bioseguridad. El personal de salud tuvo que hacerse cargo de su protección individualmente ante el abandono de las autoridades.
se registran cerca de nueve mil personas fallecidas, pero nunca se logrará saber cuál fue el número real puesto que lo entierros clandestinos desfiguran las estadísticas oficiales.
160 médicos fallecieron en Bolivia y cerca de 400 integrantes del personal de salud se fueron con ellos. El resultado de los fallecidos reportados representa cerca del 7% del total de la población superando estadísticas mundiales.
160 médicos fallecieron en Bolivia y cerca de 400 integrantes del personal de salud se fueron con ellos. El resultado de los fallecidos reportados representa cerca del 7% del total de la población superando estadísticas mundiales.
Los laboratorios de diagnóstico específico para el SARS Cov2, fueron escasos; la mayoría de carácter privado con costos muy altos. Los del sector público nunca fueron suficientes para cubrir la masiva demanda.
Se tardó en definir algunos protocolos de tratamiento con fármacos, que iban modificándose constantemente. Los comités científicos no cumplieron el rol de actualizar dichos protocolos para aplicarlos en nuestro medio, lo que hizo que la población se automedicara. Además, de forma irresponsable, se distribuyeron paquetes de medicamentos, sin eficacia probada, a una población desesperada que en muchos casos llegó a intoxicarse al consumirlos sin supervisión, incluso ingiriendo sustancias como el dióxido de cloro, cuyo consumo humano no está avalado por la ciencia médica. Asimismo, la falta de orientación profesional sobre el uso de fármacos por parte de las autoridades provocó que la población se volcara a adquirir medicamentos en farmacias que especularon con los precios. Aspecto que tampoco fue controlado por las autoridades gubernamentales.
la falta de orientación profesional sobre el uso de fármacos por parte de las autoridades provocó que la población se volcara a adquirir medicamentos en farmacias que especularon con los precios.
Ahora el gobierno de Luis Arce, elegido democráticamente el pasado mes de octubre, deberá hacer frente a un eventual rebrote. Por ello, Enrique Coritza Zuñiga médico del Hospital de Clínicas, plantea que es urgente incrementar y equipar las unidades de terapia intensiva en todos los hospitales de segundo y tercer nivel del país, y crear hospitales centinela en cada capital de departamento y ciudades intermedias con personal especializado multidisciplinario.
Ahora el gobierno de Luis Arce, elegido democráticamente el pasado mes de octubre, deberá hacer frente a un eventual rebrote.
Se debe dotar de suficientes equipos de protección individual al personal sanitario, así como de suministros de material de desinfección. Equipar laboratorios estatales de diagnóstico y dotarlos de suficiente personal capacitado. Constituir comités de coordinación de las acciones sanitarias de emergencia, integrado por personal competente, que dé las directrices en el manejo hospitalario y las medidas de prevención o manejo de centros de aislamiento, siguiendo un protocolo elaborado sobre la base de la evidencia científica. El gobierno deberá gestionar la provisión de los fármacos que hasta el momento mostraron eficacia en el tratamiento antiviral en otros países. Por último, es importante ir negociando con los laboratorios que están en la tercera fase del ensayo de las vacunas para la adquisición de estas cuando estén listas. Esto implica contar con recursos suficientes para hacerlo y una logística instalada para distribuirlas a toda la población.
El gobierno deberá gestionar la provisión de los fármacos que hasta el momento mostraron eficacia en el tratamiento antiviral en otros países.
2 comments
Muy bueno el artículo. La verdad la pandemia fue manejada por el gobierno de Añez irresponsablemente, Concuetdo con Elizabeth Salguero,,
Ojalá las autoridades leyeran y no hicieran caso omiso de estas visiones a fin de mejorar en nivel y grado de atención médica en todo el país de Bolivia. No quiero imaginar la extrema pobreza de atención sanitaria de la gente del campo, gente que apoya a un partido político u otro y nadie los atiende