Los resultados preliminares reflejan que la ciudadanía no quiere darle todo el poder a un solo partido y a pesar de la crisis política de fines del 2019, que puso en evidencia las intenciones de algunos líderes cívicos y políticos tradicionales, ganaron en varias regiones al MAS.
Hace un año en Bolivia se declaró la cuarentena por el COVID 19, medida que se sumó a la crisis política que se vivió en los meses de octubre y noviembre del 2019. La misma se dio cuando se perpetró el golpe de Estado, argumentando fraude electoral denunciado por la OEA que nunca se comprobó. La renuncia del Ex Presidente Evo Morales del Movimiento al Socialismo (MAS) y el cambio de gobierno liderizado por Jeanine Añez dieron lugar a persecuciones políticas, encarcelamientos, masacres y destituciones de autoridades de manera inconstitucional y violando los derechos humanos.
Ante la pandemia, el gobierno de Añez tomó medidas de emergencia, por medio de un Decreto Supremo 4179 en el que se declaró situación de emergencia nacional y se establecieron restricciones a la circulación de personas y automóviles, horarios de trabajo, limitación de reuniones y prohibición de concentraciones masivas unto a medidas de bioseguridad. También se dispuso la suspensión de las labores escolares y educativas en colegios y universidades.
Posteriormente se suspendieron los vuelos y se cerraron las fronteras, en algunos casos cientos de ciudadanos bolivianos quedaron varados en la frontera con Chile, en total desprotección, sufrieron el frío del altiplano y la falta de comida. A principio eran 450 personas que se encontraban en localidades fronterizas como Colchane y el gobierno chileno habilitó un liceo municipal en la ciudad norteña de Iquique y en la región de Tarapacá, para hospedar a más de 800 personas, a quien la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) aportó alimentos y asistencia especial para la población más vulnerable, como mujeres embarazadas, adultos mayores y niños, que luego de varias semanas pudieron volver.
En el mes de marzo de 2020 se registraron 115 casos positivos y siete decesos en el país. En promedio ese mes terminó con casi seis casos por día y con un índice de letalidad de un 6%. Luego de un año de la llegada de la pandemia al país, se registran a la fecha un total de 255.621 casos positivos y 11.858 de personas fallecidas.
A pesar de la pandemia, la ciudadanía fue a las urnas el pasado 18 de octubre, para elegir al presidente, vicepresidente, senador@s y diputad@s. Como presidente de Bolivia resultó elegido en primera vuelta Luis Arce del MAS, quien obtuvo 55,11 % de los votos, a pesar de que un año anterior se había denunciado al mismo partido como perpetrador de un fraude, sin que terminara el conteo final. Esto ocasionó un malestar en la población que fue canalizada por líderes cívicos de todos los departamentos de Bolivia, logrando mediante bloqueos, violencia y amedrentamientos que el partido en el poder fuera sacado.
Este pasado domingo 7 de marzo, l@s bolivian@s acudieron a las urnas para elegir a 4.962 nuevas autoridades entre titulares y suplentes, según información oficial del Tribunal Supremo Electoral. De este total, 583 son autoridades departamentales, 27 regionales y 4.352 municipales.
Los resultados preliminares reflejan que la ciudadanía no quiere darle todo el poder a un solo partido político y a pesar de la crisis política de fines del 2019, que puso en evidencia las intenciones de algunos líderes cívicos y políticos tradicionales, ganaron en varias regiones al MAS.
El MAS se está consolidando en los municipios de las zonas rurales, y está perdiendo en ocho de las diez alcaldías de las principales ciudades. Una reciente disidente del MAS, Eva Copa, ganó la alcaldía de El Alto, ex bastión del oficialismo que colinda con la capital de La Paz. De la misma manera, Ana Lucía Reis, ex diputada del MAS, ganó la alcaldía de Cobija con otra sigla. Manfred Reyes Villa, ganó la de Cochabamba que viene de un pasado político conservador y cuestionado por corrupción. En cuanto a La Paz, el nuevo alcalde será Iván Arias, un exministro del gobierno interino de Jeanine Áñez y la propia expresidenta salió en tercer lugar como gobernadora en el Beni.
En gobernaciones departamentales, el MAS va ganando en cinco de las nueve, donde en tres existe una posible segunda vuelta. La victoria del ultraconservador Luis Fernando Camacho como gobernador –líder de las protestas que terminaron en el derrocamiento de Morales a fines de 2019– gobernará Santa Cruz, la región más conservadora y rica del país.
Es de esperar que los pesos y contrapesos de la democracia a nivel nacional y subnacional sean usados para el bien del país y que se complementen bajo el principio de trabajar por lo que nos une y no por lo que nos divide, porque en la crisis económica, sanitaria y política, que estamos viviendo, se trata de gobernar para salir adelante y superar los enormes desafíos.
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Buen artículo. Falto señalar que el gobierno de janinne Añez fue el gobierno más corrupto en toda nuestra epica de democracia