Por Matías Asun
Director Nacional Greenpeace
El período 2015-2019, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), será probablemente el quinquenio más cálido jamás registrado. Hoy también estamos viendo los impactos económicos y sociales del Cambio Climático, que serán cada vez más graves, como: daños en las cosechas y en la producción alimentaria, las sequías, los riesgos en la salud y los fenómenos meteorológicos extremos como incendios, tormentas y huracanes.
Dicho esto, el Cambio Climático es un problema global que alcanza una perspectiva ambiental, política, económica y social en la que las peores previsiones también implican enormes catástrofes humanitarias. Y es que cuanto más tardemos en actuar, mucho más elevadas serán las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura.
En los peores escenarios probables que los expertos proyectan, el aumento de temperatura podría llegar a los 4,8 ºC para final de siglo. Dicho esto, el Cambio Climático es un problema global que alcanza una perspectiva ambiental, política, económica y social en la que las peores previsiones también implican enormes catástrofes humanitarias. Y es que cuanto más tardemos en actuar, mucho más elevadas serán las inversiones para la adaptación al aumento de la temperatura.
Tal es la situación: si todos los países siguieran las políticas de Chile, la temperatura subiría 4° C a finales de siglo. Según Naciones Unidas, el nuestro es uno de los diez países del mundo más afectados por las consecuencias del Cambio Climático.
Un estudio del consorcio científico internacional Climate Action Tracker sitúa a Chile a mediados del año 2019, como un país con insuficiencia alta en políticas para disminuir sus emisiones de Gases de efecto invernadero (GEF). Tal es la situación: si todos los países siguieran las políticas de Chile, la temperatura subiría 4° C a finales de siglo. Según Naciones Unidas, el nuestro es uno de los diez países del mundo más afectados por las consecuencias del Cambio Climático.
El Cambio Climático es una realidad altamente comprobada e innegable. Para Greenpeace el negacionismo de esta realidad mundial que la vasta mayoría de la comunidad científica asume como un Cambio Climático de origen antrópico, es decir producido por la acción humana – asociado al inicio de la revolución industrial – es peligrosa, considerando una reacción escasa y de última instancia.
Quienes optan por el negacionismo son aquellos que no pueden concebir un mundo sin la forma de capitalismo salvaje que impera en la actualidad, en donde todas las actividades humanas y las interacciones con el medio ambiente están condicionadas por la acumulación material y a un crecimiento infinito que es imposible en un planeta finito.
Quienes optan por el negacionismo son aquellos que no pueden concebir un mundo sin la forma de capitalismo salvaje que impera en la actualidad, en donde todas las actividades humanas y las interacciones con el medio ambiente están condicionadas por la acumulación material y a un crecimiento infinito que es imposible en un planeta finito. Con sus devaneos, los negacionistas ponen en peligro la supervivencia y prefieren sacrificar al planeta completo antes que sacrificar su sistema decadente, donde la búsqueda de beneficio económico se logra destruyendo el medio ambiente.
el negacionismo encubierto es asumido por aquellos que reconociendo verbalmente el cambio climático continúan contribuyendo a que se agrave, como las grandes corporaciones contaminantes con combustibles fósiles. En nuestro país su cara la tienen empresas como AES Gener o Mina Invierno.
El negacionismo abierto proviene de quienes sostienen que el cambio climático es un invento de los comunistas, de Soros, del nuevo orden mundial o algo por el estilo, como ver un video falso en youtube, por lo que no habría que hacer nada para enfrentarlo. Por otra parte, el negacionismo encubierto es asumido por aquellos que reconociendo verbalmente el cambio climático continúan contribuyendo a que se agrave, como las grandes corporaciones contaminantes con combustibles fósiles. En nuestro país su cara la tienen empresas como AES Gener o Mina Invierno.
En Chile, el 38% de la generación eléctrica es a través de combustibles fósiles, principalmente con centrales a base de carbón. Hoy, en nuestro país, existen 27 unidades térmicas a carbón aún en operación, las que suman 5.154 MW de potencia. Las empresas generadoras en la actualidad son cuatro: AES Gener con 3.016 MW; ENGIE con 1.130 MW; ENEL con 638 MW y Colbún con 370 MW. Aproximadamente el 86% del carbón que es utilizado en generación eléctrica es importado de países como Colombia, Australia y Estados Unidos y el otro 14% es utilizado en la generación de energía eléctrica en Chile y se extrae dentro del país. Una brutal dependencia a un combustible propio de la era de la Revolución Industrial.
En nuestro país, existen 27 unidades térmicas a carbón aún en operación, las que suman 5.154 MW de potencia. Las empresas generadoras en la actualidad son cuatro: AES Gener con 3.016 MW; ENGIE con 1.130 MW; ENEL con 638 MW y Colbún con 370 MW.
Al quemar carbón se emiten gases de efecto invernadero que provocan el incremento de la temperatura en el mundo. Y es que las centrales térmicas de carbón son la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono (uno de los principales gases de efecto invernadero) producidas por el ser humano. Por eso, este sector energético es uno de los que más contribuye al Cambio Climático.
Al quemar carbón se emiten gases de efecto invernadero que provocan el incremento de la temperatura en el mundo.
En Chile, AES Gener, sigue insistiendo en generar buena parte de su electricidad usando esta fuente no renovable liderando la carbonización de muchos territorios con emisiones y cenizas.
En Chile, AES Gener, sigue insistiendo en generar buena parte de su electricidad usando esta fuente no renovable liderando la carbonización de muchos territorios con emisiones y cenizas.
El calentamiento global es el mal de nuestro tiempo y sus consecuencias pueden ser devastadoras. De acuerdo a proyecciones de la Dirección Meteorológica de Chile, se estima un incremento significativo en la frecuencia de olas de calor, además de días y noches cálidas. Respecto de las lluvias, se estima que disminuirán en la zona centro y sur de Chile. Por esto es urgente prescindir de los combustibles contaminantes, en una transición a energías limpias. No mañana ni pasado, ahora. Que cierren las centrales a carbón en Chile, las más sucias antes de la COP y el resto en la próxima década, mientras las reemplazamos por energías limpias, renovables, propias y de bajo impacto. Se puede. Existe la alternativa. Es urgente la presión para que quienes hoy lucran con la contaminación sinceren sus costos y asuman responsabilidades.
Por esto es urgente prescindir de los combustibles contaminantes, en una transición a energías limpias. No mañana ni pasado, ahora.
¿Más niños con plomo y metales pesados en su sangre o apostar por una transformación hacia un futuro limpio?
Por eso la urgencia de que este modelo
insostenible cambie y se acelere la transición a un sistema energético
eficiente, inteligente y 100% renovable.
