Ivan Witker,
Escuela de Gobierno Universidad Central
El horizonte de la relación Chile-Brasil se aprecia con algunos nubarrones. Varios factores, principalmente de naturaleza política, se entrecruzan y pueden incidir en que los esfuerzos por construir un vínculo relativamente amistoso queden a medio camino. E incluso, empujar las cosas hacia lo que los especialistas en estudios prospectivos llaman worst case scenario; el peor de los escenarios. La verdad es que, utilizando uno de los floridos aforismos de Mao, “una sola chispa puede incendiar la pradera”.
El horizonte de la relación Chile-Brasil se aprecia con algunos nubarrones.
En efecto, lo único que pareciera medianamente certero en el plano bilateral, es que las relaciones comerciales y de Defensa proseguirán una dinámica relativamente estable, pues se sitúan fuera de los focos de posibles ruidos. Ello se vio tanto en la IV Reunión de los Comandantes en Jefe de los Ejércitos del Cono Sur como en la Segunda Reunión Ministerial 2+2, celebradas con éxito hace pocas semanas en Santiago.
Por lo tanto, las determinantes del escenario bilateral son, en realidad, factores domésticos y externos de índole política.
La incertidumbre está dada por el cruce de dos factores externos de mucho peso específico, las elecciones presidenciales en Argentina y EEUU.
Entre los primeros destacan los calendarios electorales, ya que el Presidente Piñera finaliza su mandato en dos años más, mientras a Bolsonaro le quedan tres, con la posibilidad de una reelección por otro período. Esto plantea una gran incógnita acerca de cómo se desenvolverá la relación bilateral en lo que queda del período en que ambos coincidan. La incertidumbre está dada por el cruce de dos factores externos de mucho peso específico, las elecciones presidenciales en Argentina y EEUU.
Factor uno: si se confirma el resultado de las PASO en Argentina y vence el peronista Alberto Fernández, los vaticinios de una grave crispación entre Buenos Aires y Brasilia -sin descartar ruptura-, pondrán a Santiago en una posición inconfortable, como rara vez en los ya 150 años de relaciones bilaterales. En tal eventualidad, Piñera difícilmente tenga una opción distinta a la extrema cautela, actitud que generaría incomodidad en Itamaraty. Sin embargo, es una espiral muy difícil de impedir, por razones políticas acentuadas por el escenario interno chileno de cara a una elección presidencial. Es evidente que J.A. Kast se siente más próximo a J. Bolsonaro que cualquier candidato que Piñera vaya a apoyar. Ahora bien, si el Presidente M. Macri logra revertir los pronósticos, la importancia del factor argentino se matizará considerablemente.
Factor uno: si se confirma el resultado de las PASO en Argentina y vence el peronista Alberto Fernández, los vaticinios de una grave crispación entre Buenos Aires y Brasilia -sin descartar ruptura-, pondrán a Santiago en una posición inconfortable.
Factor dos: tanto la campaña presidencial como su desenlace en EEUU, impactarán de manera muy fuerte en todo el hemisferio. No es desconocida la cercanía y simpatía mutua entre Bolsonaro y Trump. Este factor contiene además dos elementos con fuerte volatilidad. Por un lado, el impacto negativo que tendrá en Mercosur la presencia simultánea de Fernández en la Casa Rosada, de Bolsonaro en el Palacio da Alvorada y de Trump en la Casa Blanca. Estos dos últimos se comprometieron a firmar un TLC, algo imposible sin una fragmentación o disolución del Mercosur. Por otro lado está el curso que tome la guerra comercial chino-estadounidense en el futuro inmediato. Para la diplomacia trumpiana no ha pasado inadvertido el acercamiento chileno con Beijing, mismo que ha ocurrido en paralelo al de Bolsonaro con Washington. Ejemplos más elocuentes son el viaje de Piñera con sus hijos a Beijing y la designación de Bolsonaro hijo como embajador en Washington. Flirteos que hablan por sí solos.
Para la diplomacia trumpiana no ha pasado inadvertido el acercamiento chileno con Beijing, mismo que ha ocurrido en paralelo al de Bolsonaro con Washington. Ejemplos más elocuentes son el viaje de Piñera con sus hijos a Beijing y la designación de Bolsonaro hijo como embajador en Washington. Flirteos que hablan por sí solos.
Finalmente, en la relación bilateral interviene un tercer “ente volitivo” como se denomina en los estudios prospectivos a las apreciaciones personales y voluntades humanas. Este factor es el que está metiendo su cola. Aunque algunos pocos dudan, los temas medioambientales ya se instalaron en la agenda internacional. Por lo tanto, cobran relieve las aproximaciones de cada quién. Por mucho que se trate de disimular, las ópticas de Piñera y Bolsonaro son distintas en esta materia y lo serán aún más a medida que se acerquen las elecciones en Chile. Incluso ahora puede apreciarse que las circunstancias que rodean a cada uno, son definitivamente contrapuestas. El deseo de Piñera de asumir un liderazgo en materia medioambiental es mirado necesariamente con recelo en Brasilia. Tan inimaginable es un handshake entre Bolsonaro y Greta Thunberg (similar al que Piñera se dio con ella), como que la activista sueca no hable de la Amazonia durante su inminente visita a Chile. Ello sacará chispas en Brasilia.
Por mucho que se trate de disimular, las ópticas de Piñera y Bolsonaro son distintas en esta materia y lo serán aún más a medida que se acerquen las elecciones en Chile.
Y hay más. Producto de que ambos gobiernos difieren en aspectos bien sustantivos, como son las evidencias científicas respecto al cambio climático y a la responsabilidad última sobre los pulmones del planeta, cabe preguntarse ¿cómo será la reacción de ambos presidentes respecto a los acuerdos sobre procedimientos y validez de los dictámenes de los Paneles Intergubernamentales en la COB25? Esta rispidez ocurre justo cuando en Chile se está instalando la institucionalidad del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Tan inimaginable es un handshake entre Bolsonaro y Greta Thunberg (similar al que Piñera se dio con ella), como que la activista sueca no hable de la Amazonia durante su inminente visita a Chile. Ello sacará chispas en Brasilia.
En suma, existe un conjunto muy amplio y variado de entresijos. Factores que se entrecruzan y caminos muy inciertos.
En suma, existe un conjunto muy amplio y variado de entresijos. Factores que se entrecruzan y caminos muy inciertos.
