Arma de comunicación política y de refuerzo de lealtades de votantes duros, las confrontaciones televisivas entre presidenciables de Chile Vamos y del Pacto PC-Frente Amplio reportan un importante espacio para visibilizar las candidaturas y marcar la agenda electoral del resto de los medios.
La apuesta de Chilevisión – CNN Chile
Como ha venido siendo desde el estallido social en adelante, los canales de Warner-Media (uno de ellos comprometido en su venta a Viacom CBS), apostaron por reforzar su oferta y presencia en el espacio político, con la organización de los debates oficiales de los cuatro postulantes del pacto oficialista y los dos de la izquierda más dura, para las primarias del próximo 18 de julio.
Tomando prestados algunos conceptos de la comunicóloga argentina Adriana Amado en su libro “Política Pop”, los liderazgos políticos que aspiran a ser populares en el contexto contemporáneo deben comprender a la opinión pública en sus dimensiones de realidad, mito y psicosis simultáneamente. Hace sentir el peso simbólico de su presencia; aunque sea difícil identificarla con exactitud. Y desde allí se debe intentar calzar los mensajes para explotar fuertemente algunos de estos aspectos, como por ejemplo el miedo y el deseo.
Ya desde los primeros cuatro debates televisados en el mundo, con la confrontación entre Richard Nixon y John Kennedy en 1960, el estudio de los efectos posteriores se situó en el plano del refuerzo de cada candidato en su relación con los votantes duros. Y estudios posteriores reafirmaron que el desempeño de los candidatos rivales generalmente es visto como más débil y deformado en el sentido general de sus mensajes y performance proxémica o gestual, dependiendo de las simpatías políticas que tengan los telespectadores. Un efecto de percepción selectiva influida por sus prejuicios y muy difícil de cambiar. Pero para los votantes indecisos es otro el entorno, porque estos generalmente ni se enteran ni se interesan por los debates electorales, sino que resuelven su voto al momento de entrar a la cámara secreta si realmente tuvieron ganar de concurrir a emitir su sufragio.
Independiente de lo anterior, la oportunidad brindada por estas señales televisivas a los seis competidores de las primarias es importante para reforzar sus imágenes públicas y la revisión de sus propuestas. A lo que se debe sumar la visibilidad posterior agregada por la franja electoral televisiva que comenzará en los próximos días.
Lo anterior configura un contexto mediático muy perjudicial para el resto de los candidatos presidenciales, como Yasna Provoste, Carlos Maldonado y Paula Narváez, en la medida que les resta protagonismo en el proceso de primarias y les deja en solo categoría de observadores opinantes de propuestas ajenas.
Chile Vamos y sus públicos
Fue visto en promedio por 280 mil hogares (11,0 puntos de rating) a lo largo de sus dos horas treinta minutos de duración. Es decir, uno de cada cinco hogares que efectivamente estaban viendo televisión en su horario siguió los contenidos de esta confrontación (independiente del grado de profundidad y atractivo de esta).
Si se analizan sus públicos por estratos socioeconómicos, su audiencia más fuerte estuvo en los segmentos medio-alto y alto o ABC1, donde de cada cuatro personas de ese grupo viendo TV en ese horario, uno estaba sintonizando el programa, o un 26,2% para ser preciso. En cambio, en el resto de los estratos la cifra de encendidos siguiendo este debate baja a 19,5% en la clase media típica o C2, a 14,8% en la clase media baja o C3 y a 14,0% en el segmento popular o D, que representa a la clase trabajadora típica.
Ahora al analizar la composición interna o perfil de la audiencia del debate de Chile Vamos por grupo socioeconómico, un 15,3% fue ABC1, un 24,9% C2, un 25,7% C3 y un 34,2% D. Lo que refuerza la sobre representación de los segmentos altos versus el desinterés creciente en la medida que descendemos en estratos.
Por sexos, un 47,2% fueron hombres y un 52,8% mujeres. Mientras que en el share o encendido, ambos congregaron a poco más del 16% del total de públicos que estaban viendo TV efectivamente en ese momento. Algo más de lo que proporcionalmente en los estudios de opinión se declara interesado en temas políticos e informarse sobre ellos.
Un factor importante de diferenciación se da también al momento de repasar las segmentaciones por edades. Mientras los niños y adolescentes hasta 17 años menos de un 2% de su audiencia total, los mayores de 65 años fueron un 28,4%, los de entre 50 y 64 años un 25,6%, los de entre 35 y 49 años un 28,6%, los de 25 a 34 años un 10,2% y los de 18 a 24 años un 5,8%.
Frente Amplio – PC y sus públicos
Fue visto en promedio por 361 mil hogares (14,2 puntos de rating) a lo largo de la hora y veinte minutos de duración. Es decir, uno de cada cuatro hogares que estaban viendo televisión se interesó en ver esta confrontación (81 mil hogares más que el programa oficialista). Si se considera que en cada hogar hay poco más de tres personas promedio, los públicos podrían alcanzar fácilmente a 500 mil personas el lunes o 750 mil el martes, si lo siguieron dos personas por cada vivienda.
Los públicos por estratos socioeconómicos muestran mayor nivel de concentración de encendidos en el segmento C2 (28,3%), seguido del ABC1 (26,0%), del C3 17,7% y del D (13,3%). Se potencia el interés del debate de izquierda en la clase media típica, entonces, sea por interés en las propuestas de los candidatos o por seguir su desempeño, o por miedo a las mismas, considerando que históricamente este fue un segmento asociado a Canal 13 en su etapa más conservadora. Destaca también el desinterés de la confrontación de Daniel Jadue y Gabriel Boric en el mundo popular, donde poco más de una de cada diez personas viendo TV se engancharon a este programa.
Al analizar la composición interna o perfil de la audiencia por grupo socioeconómico, un 13,8% fue ABC1, un 32,5% C2, un 25,9% C3 y un 27,8% D. Lo que indica es que una de cada tres personas que vieron el debate era del gse C2, mientras que el público popular fue menor que en el caso del debate de la centroderecha.
Por sexos se exacerba la tendencia de mayor interés femenino que masculino, un 43,8% fueron hombres y un 56,2% mujeres. Mientras que en el share o encendido, congregaron al 18,5% del total de hombres viendo TV y al 19,7% de mujeres. Por lo tanto, fue un programa con mayor grado de atractivo que el de Chile Vamos.
Al repasar las segmentaciones por edades, los niños y adolescentes hasta 17 años apenas superaron el 2% de su audiencia total. Y en el caso de los mayores de 65 años fueron un 25,5%, mientras que los de entre 50 y 64 años representaron un 22,2%. El público de entre 35 y 49 años fue un 24,2%, los de 25 a 34 años un 24,3% y los de 18 a 24 años un 1,7%.
Similitudes y diferencias
A la hora de sintetizar este análisis es interesante percatar que congregó más público el debate de primarias de izquierda. Esto no quiere decir que quienes lo vieron sean necesariamente votantes seguros de esa primaria, pero sí que esa confrontación tiene implicancias más atractivas de conocer para las audiencias televisivas.
Se reafirma también el sesgo clasista que sitúa estos programas en perfiles de públicos orientados a los segmentos medios-altos y altos, además de las capas medias tradicionales. Principalmente el ABC1 en el debate Chile Vamos y el C2 en el debate Frente Amplio-PC.
Y en términos de género, hubo siempre mayor interés por parte del público femenino que masculino, aunque todavía más en el caso de Jadue-Boric.
Si bien en todas las edades el segundo debate fue más visto que el primero, en el perfil interno o peso de los grupos, fue claramente más atractiva la disputa Jadue – Boric para las audiencias de 25 a 34 años, mientras que la disputa Lavín, Briones, Desbordes y Sichel se radicó más en la tercera edad y entre los de 35 a 49 años.
No es posible desprender intenciones ni interpretar este comportamiento, pero las cifras duras muestran al menos el comportamiento televisivo de la ciudadanía frente a unas primarias que resolverán con una alta probabilidad al menos una candidatura que llegará a segunda vuelta en diciembre de este año.