Un título que en vez de remitir a un espacio necesario para entender la contingencia nacional, sirve para matar tres pájaros de un tiro: un canal público jibarizado hasta volverlo intrascendente, económicamente desfondado y viable solo como prestador de servicios inmobiliarios de arriendo de oficinas y estacionamientos; un programa de entrevista, panel y debate político añejo, payasesco y sesgado que agoniza en sus propios sesgos e incapacidad; y un emisor de contenidos multado tres veces este mes por la Corte de Apelaciones por sensacionalismo e incumplir cuota mínima de programación cultural.

De ser un medio de comunicación creado para fortalecer la democracia e integrar a los habitantes de Arica a Magallanes, a fines de la década 60, se transformó en un impúdico órgano oficial panfletario de la dictadura en los 70-80. Con militares dirigiéndolo y periodistas intervenidos por agentes de seguridad, encargados de narrar los “montajes oficiales”.
Luego devino voz concertacionista en la primera década de la transición democrática en los 90, donde cambió su estatus legal en 1992 para darle una aparente autonomía frente a los gobiernos de turno y la obligación de autofinanciarse en el mercado publicitario. Pese estas nuevas reglas, Televisión Nacional se pudo instalar como referente de programación cultural, de entretención e informativa, mediante la observación de tendencias sociográfica y etnográfica de la población. Relatos emergentes, congregantes y novedosos para suplir las necesidades de la sociedad que comenzaba a plasmarse en esos años.

Una historia que cambiará violentamente con el avance del siglo XXI, donde la función de “plaza pública” de encuentro ciudadano de los 90, es mutada a un “mall” o centro comercial virtual de paseo privado familiar. Y que asiste al desgaste programático, de rating y de sentido de lo público o “de todos”, donde la agudización de su crisis se comienza a visualizar en la última fase de gestión del ingeniero Expansiva, Daniel Fernández, para acentuarse con el abogado Mauro Valdés durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, cayendo aún más en la segunda administración de Michelle Bachelet. Un período donde hubo siete directores ejecutivos que no pudieron frenar el derrumbe de la estación, que entre el 2014 y el 2020 acumuló pérdidas nominales por casi 80 mil millones de pesos.

Desde el año 2017 hasta hoy, la señal pública despidió por goteo y por episodios mayores a casi mil funcionarios, reduciendo la planta a un tercio de los casi 1.600 trabajadores de hace cuatro años. Redujo su oferta de pantalla al alargue de sus noticieros, de su matinal, la explotación de formatos de series y teleseries turcas y de producciones bíblicas de un cuestionado canal evangélico brasileño, TV Record.
Y gracias al arriendo de buena parte de sus oficinas, estacionamientos y estudios, más la enajenación de activos como terrenos multimillonarios, recién está obteniendo un equilibrio financiero. Sin estos recursos y recurriendo solo a los ingresos por explotación de su giro como medio de comunicación, sería altamente deficitario. Cuestión que deja en manos del próximo gobierno resolver para asegurar su existencia futura y evitar su privatización.
Multas acumuladas
Como si lloviera sobre mojado, este último mes se conocieron tres fallos de la Corte de Apelaciones de Santiago en contra de TVN, con millonarias multas, debido a la emisión de contenidos sensacionalistas en la cobertura de casos de conmoción pública, así como por no respetar el mínimo de emisión de programación cultural semanal.
En el primero de ellos, conocido el 8 de junio, el Tribunal rechazó en fallo unánime el recurso de casación en contra de la sentencia que condenó a TVN a pagar $35.000.000 de indemnización por la cobertura sensacionalista del caso de supuestos abusos sexuales del año 2014, referidos al jardín infantil de Vitacura Hijitus de la Aurora, en el programa matinal Buenos Días a Todos.
La resolución establece que “los matinales de la compañía demandada, son un espectáculo televisivo con fines comerciales, que incluyen la entrega de información de prensa, pero cuya programación va más allá, en la medida que para satisfacer sus fines económicos y obtener una mayor audiencia los conductores tienen la función de entretener al público y entregar sus propias opiniones al igual que muchos de sus invitados”. Particularmente se pone el acento en que el canal público fue más allá del mero hecho de informar al recurrir a una recreación de supuestos hechos con actores profesionales, para inducir emocionalmente en los espectadores una interpretación no probada sobre el proceso en curso de investigación. Cuestión reforzada por el rol de los conductores del programa y los panelistas invitados.
Una segunda ratificación de condena y multa para la señal estatal se conoció el 17 de junio, respecto de no cumplir con la norma del mínimo de horas exigidas de programación cultural a la semana para los canales de televisión chilenos, en franjas de alta audiencia. Esta vez la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó la multa por 40 UTM, equivalente a $2.080.200, aplicada por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV), por no emitir esta cuota mínima durante tres semanas de febrero del año 2020.
El fallo unánime establece que los programas informados por TVN no cumplieron con los criterios necesarios y suficientes para ser clasificados como “contenido cultural”, por tratarse del docurreality Mamá a los 15 y los festivales Viva Dichato, y de Viña del Mar.
Por último, este miércoles 30 se supo de la ratificación de una nueva multa al matinal Buenos Días a Todos, aplicada por la misma Corte, esta vez por 100 UTM, más de $5.200.000, porque en abril del 2020, en un contacto móvil en directo, difundió los datos personales de un transeúnte (dirección, estado civil y nivel de estudios) que andaba sin mascarilla y era fiscalizado en esos instantes por personal policial en el Metro Santa Lucía.
“Entiende esta Corte que la generalidad de las noticias o reportajes en los programas de la mañana en televisión tienen el defecto del sensacionalismo”, se argumenta en el fallo. Principalmente tienden a producir emociones en el espectador más que informar, según los jueces, pero se recalca que en aquel reportaje denunciado se excedió el mínimo tolerable, pese a las advertencias expresadas por el conductor del programa al momento de establecer el contacto con el periodista en terreno.
Cuando el fondo es solo forma
Un último eje de análisis refiere a la exasperante y a la vez intrascendente oferta de análisis político y debate que representa el programa dominical Estado Nacional.
En la última década ya era un formato decadente, fome, estereotipado y eternamente maniqueo, con un panel entregado a los partidos hegemónicos para sugerir a sus representantes, su versión prime en manos del periodista Matías Del Río linda con lo peor que se haya visto en la historia de los programas políticos televisivos.

Difícil un peor momento de conducción periodística
No corresponde juzgarlo en su calidad de miembro de una fundación sostenedora de colegios católicos subvencionados en sectores de bajos recursos (Astoreca), que congrega el apoyo de empresarios y políticos de derecha como Cristián Larroulet, el propio jefe de los asesores del Presidente Piñera, en el segundo piso de La Moneda. Tampoco por su trayectoria profesional anterior, que incluye el diario conservador español ABC, o su paso por los medios escritos económicos del Grupo Claro, o de las radios de Prisa, o su rol en Tolerancia Cero.
Lo que compete hoy es revisar su paso como conductor del espacio de debate político principal de TVN, por muy malo que sea el formato. También sus armas intelectuales para canalizar las entrevistas y conversaciones para comprender lo que se juega en el sustrato de la contingencia. Ser una suerte de arqueólogo de los crípticos territorios de la política contingente, donde las señales implícitas suelen ser muchas más que las explícitas. Y donde generalmente los entrevistados no van a un confesionario público, sino a tratar de no salir peor parados que cuando entraron al set.
Por eso, uno de los males de los debates políticos hoy radica en la calidad de los entrevistadores, que en el caso de Del Río, en dupla con Constanza Santa María, sencillamente se hacen insufribles. Primero por creer que el modo agresivo, rápido y falsamente inquisidor –que no da respiro a la contraparte-, es hacer periodismo que ayude a comprender la realidad desde los dichos de los entrevistados.
Baste repasar en el último año su férrea defensa de la reapertura de clases presenciales, inquiriendo a sus invitados a pronunciarse a favor o en contra. Sin mencionar explícitamente sus conflictos de intereses personales en este asunto. Otro punto, sus sesiones de interrogatorios –no alcanzan para denominarse entrevistas- a Daniel Jadue, Gabriel Boric y Mario Desbordes.
Entrega de datos económicos laborales de Alemania para rectificar a Jadue, rebatidos posteriormente por expertos en otros medios; incapacidad para discernir la esencia de lo que es una violación de derechos humanos en el contexto del estallido social –con centenares de personas con traumas oculares- preguntándole a Boric si en vez de violaciones sistemáticas se trataba de “accidentales”; o haciéndose cargo de trascendidos anónimos de un supuesto pacto de Desbordes con Lavín para no traspasar eventualmente sus votos a Sebastián Sichel si gana la primaria. Del Río fue llamado a terreno por el candidato con la frase “… póngase serio… Yo lamento que usted se esté haciendo cargo constantemente de trascendidos sin nombre. ¿Quién lo dijo? Cuénteme”, dejándolo en silencio.
¿Será posible pedirle a la televisión pública mayor rigor profesional periodístico a quienes tienen la responsabilidad de despejar las propuestas de fondo y debates que definirán en forma clave los próximos años de Chile? Las señales hasta ahora son de una sorda tozudez y de un narcisismo burdamente sesgado. ¿Es demasiado el desafío para sus actuales autoridades?
2 comments
Excelente artículo. Efectivamente, TVN deja mucho que desear como canal público. Matías del Rio tiene 0 carisma.
[…] y consultor de medios Luis Breull, fue lapidario este jueves en su columna semanal en el portal La Mirada Semanal, en el que escribió sobre la debacle en la que se encuentra […]